Evasión

El pueblo de Toledo a menos de una hora de Madrid que tiene una de las plazas más bonitas de España: que visitó Felipe IV

Foto: iStock

Toledo, con su apariencia medieval, puede llegar a dejar en un segundo plano al resto de la provincia con su patrimonio arquitectónico y su rica herencia cultural. Sin embargo, hay otro pueblo a menos de una hora de la capital que puede hacerle frente: Tembleque.

Una localidad toledana que, aunque sea menos conocido que otras villas cercanas, impresiona a todos los que llegan para visitarlo. A medio camino entre Madrid y Consuegra, este pueblo se ha conservado como un excelente ejemplo del urbanismo rural castellano, con una historia que se remonta al siglo XVI.

La historia de Tembleque

Durante siglos, Tembleque fue un enclave cuya economía se basaba en la agricultura y la ganadería, aunque también en el paso de viajeros entre Castilla y Andalucía. Con sus poco más de 2.000 habitantes, este lugar de la Mancha representa la estampa castellana más clásica con casas encaladas y un peculiar blanco que hace destacar al pueblo.

En esta localidad, lo más icónico es sin duda su Plaza Mayor, una de las más representativas de la arquitectura de la zona. Fue construida en el siglo XVII y por ella han pasado grandes personalidades como Goya o Felipe IV.

Se trata de una plaza cerrada, porticada y con balcones de madera que se diseñó para ser un centro cívico, plaza de toros y espacio para el mercado. Una mezcla entre la funcionalidad de la vida rural y la elegancia de la arquitectura por la que destaca con razón.

Aunque su construcción terminó en 1598, se considera que su inauguración -tal y como se conoce hoy día- fue en 1624 con los festejos taurinos a los que asistieron tanto Felipe IV como Quevedo.

Que más ver en un pueblo con encanto

En el corazón del pueblo también se encuentra la iglesia Parroquial de la Asunción, del siglo XVI, con una arquitectura renacentista que integra elementos góticos y barrocos. Su retablo mayor y su torre del campanario destacan en todo el pueblo.

El Palacio de las Torres, una construcción barroca del siglo XVIII que fue residencia nobiliaria, es otra de las construcciones más señaladas de Tembleque. Llama la atención su fachada decorada con esgrafiados y sus dos torres simétricas. Se puede visitar, aunque no siempre está abierto al público, por lo que conviene consultar la Oficina de Turismo antes de visitar el pueblo.

En los alrededores se conservan varios molinos de viento, uno de los rasgos más característicos de esta zona de la Mancha.

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