El euríbor ha entrado en barrena. Desde hace meses el 'Euro Interbank Offered Rate' no encuentra un soporte que lo mantenga y la cuenta atrás está a punto de llegar a cero. 0,6% en abril de 2014, 0,5% en mayo, 0,4% en julio, 0,3% en septiembre, 0,2% en febrero de 2015, 0,1% en abril, 0,08% este mismo noviembre... Tic, tac, tic, tac, tic, tac.
La constante caída de la principal referencia de las hipotecas ha hecho que miles de españoles ahorren una buena suma de dinero en intereses pero, ¿puede ese ahorro terminar convirtiéndose en ganancias?
Lo cierto es que el escenario al que nos enfrentamos -con tipos de interés cercanos al 0% e incluso negativos- era inimaginable hace tan solo unos meses. Hace años, incluso, hubiera sido un auténtico ejercicio de economía-ficción.
Hoy en día es una realidad. Puede que el prestamista termine convirtiéndose en quien pague al prestatario un tipo de interés, es decir, lo contrario a lo que la lógica directa dicta de un préstamo.
Se podría incluso llegar a entender que el préstamo perdería su función principal, la de "prestar", para convertirse en un depósito retribuido. Con el euríbor en torno al 0% se podría considerar, a las hipotecas, donaciones.
Hace meses ya vimos cómo algunos clientes recibieron pagos en sus cuentas por tener una deuda en francos suizos con el banco. Son, sin duda, tiempos extraordinarios en cuanto a la política monetaria.
¿Cómo es posible? Es simple, aunque parezca contraintuitivo. El cliente, tal y como recogió The Wall Street Journal, contrató una hipoteca en 2006 ligada al líbor para francos suizos a 1 mes (precio al que se prestan francos suizos los bancos en Londres) más un diferencial de 0,5 puntos porcentuales. Como esta referencia ha caído al -0,8%, el interés que debe pagar el cliente es negativo, por lo que le están deduciendo parte del principal que debe.
¿Puede pasar lo mismo con los préstamos hipotecarios en euros? Desde un punto de vista jurídico, podría ser discutible que un banco pague al cliente si el referencial más el diferencial arroja un interés negativo, aunque desde un punto de vista matemático es, perfectamente posible.
Si el euríbor más el diferencial pactado arrojara un tipo de interés negativo el banco debería asumirlo, ya que ese "riesgo" se ha pactado junto con el diferencial. Un contrato a interés variable es un producto que comprende un préstamo y una cláusula de fijación de intereses a través de un diferencial, y eso puede no ser siempre positivo.
Probablemente no veamos nunca un euríbor a cero ni en negativo, pero el descenso acumulado hasta ahora ya es más que destacable. El indicador alcanzó máximo en julio de 2008, en torno al 5,38% y, a partir de ahí, inició una caída en picado que no sabemos dónde terminará.
La decisión final, en cualquier caso, la tomará el Tribunal Supremo, aunque el Banco de Portugal ya dictaminó que efectivamente la banca debería pagar a sus clientes si el euríbor más el diferencial se sitúa por debajo de 0.
¿Miedo en la banca?
Este mismo jueves el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, lamentó la "oportunidad perdida" de la banca española de desvincular el crédito hipotecario del euríbor, más aún con la polémica surgida sobre su manipulación, y vincularlo a otro índice que pueda explicar "mejor" la evolución de la economía española.
El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, fue mucho más lejos, y tildó de "absurdo" el mercado hipotecario español frente a otros como el del Reino Unido y defendió que no tiene sentido vincular los créditos hipotecario al euríbor a un año.
"Tenemos un mercado hipotecario absurdo. Y estamos condenados a convivir con él durante toda la vida", se resignó Guardiola durante su participación en el 'XI Encuentro bancario' organizado por el IESE y EY.
"No tiene sentido que todas las amas de casa de este país sepan lo que es el euríbor y estén cada día preocupadas de la televisión para ver si la cuota le va a bajar tanto porque el euríbor ha bajado tanto", sentenció.
Nada que ver con que con los intereses de las hipotecas estén tan bajos, o con que se puedan volver negativos, imaginamos.