
El sol siempre ha sido una de las materias primas fundamentales de la Comunidad Valenciana. Hace un par de décadas la región ya vivió su particular fiebre de fabricantes de paneles solares. Empresas como la pionera Atersa, el primer productor español que después pasó a manos de Elecnor, o Siliken, que llegó a superar el millar de trabajadores en 2010. Una industria que, sin embargo, quedó fuera de juego con la competencia de los fabricantes chinos que saturaron el mercado mundial.
Esa experiencia que no desalentó a los impulsores de otro sector que es uno de los pilares de las centrales solares fotovoltaicas: los fabricantes de estructuras y sistemas que regulan los módulos solares en función del movimiento del sol para lograr un mayor rendimiento de las placas. En apenas unos años, varias factorías valencianas han logrado que el 75% de su negocio proceda de fuera de España tras conquistar grandes mercados y llegar a triplicar su negocio en los últimos tres año.
La mayor de estas compañías es PV Hardware, la principal empresa del grupo GranSolar que en 2013 se instaló en una nave alquilada en Cheste para montar estos equipos. Desde entonces el grupo ha pasado a ocupar otras seis instalaciones más en esa localidad y a convertirse en el mayor exportador de productos transformados de acero de la Comunidad Valenciana tras Ford, con casi 200.000 toneladas procesadas el año pasado. Hoy es el tercer mayor fabricante mundial de seguidores solares, con un negocio de 690 millones de euros el año pasado, tres veces más que en 2020.
La elección de Cheste no fue casual y se basó en dos factores fundamentales. El primero, "el puerto de Valencia, porque era fundamental para exportar el producto", según el propio presidente de GranSolar, Domingo Vegas. El otro motivo, fue la existencia de un proveedor con capacidad para tratar el acero y su producción, en este caso la vecina galvanizadora Galesa, que también ha visto aumentar su actividad con este cliente.
Futura macrofactoría
En sus instalaciones valencianas trabajan más de 450 personas y su intención es mantener su crecimiento vertiginoso. Este año pondrá en marcha una planta de fabricación de tubos con 20 millones de euros de inversión, con la que busca abarcar todas las fases de valor de producto. Además el grupo ha cerrado la compra de 65.000 metros cuadrados para asegurar su continuidad en Cheste y construir una nueva macrofactoría en la que unificar todas sus líneas. Además, el grupo ya tiene una planta en Arabia Saudí y este año abrirá otra en Estados Unidos, con los que se ha marcado el objetivo de alcanzar 808 millones de euros este año.
Otro fabricante valenciano de estructuras y seguidores solares, Axial Structural, tiene una historia muy vinculada al puerto valenciano, aunque por distintos motivos. La empresa surgió en 2008 y forma parte de la división de energías renovables de Grupo Alonso, uno de los operadores logísticos que más ha crecido vinculado a la actividad transitaria del puerto de Valencia.
En el caso de Axial fabrica sus equipos en una planta en Quart de Poblet y desde su sede en Paterna controla y monitoriza instalaciones en todo el mundo. Precisamente esa es una de las claves del éxito del made in Valencia: además de la parte industrial se trata de un producto con una parte tecnológica que exige I+D y también mantenimiento postventa. En el caso de Axial, el año pasado sus ventas crecieron un 20% respecto a 2021, en que se situaron cerca de los 100 millones de euros. Además instaló su primera factoría en el exterior, en Brasil y amplió su plantilla por encima de las 300 personas. Para este año prevé crecer otro 30% y se plantea nuevas inversiones.
También para los tejados
El interés por esta nueva industria auxiliar vinculada a la energía fotovoltaica también ha colocado a Sunfer Energy, que se centra en estructuras y soportes para paneles en tejados residenciales, en la diana de los fondos Blackstone y Rivean. A través de Esdec Solar, han comprado esta firma que con 20 millones de euros de ventas a más que duplicado su negocio en plena pandemia.