
Repsol da un paso más en su proceso de reorganización del negocio de exploración y producción. La petrolera acaba de salir de Grecia con la venta del último yacimiento que todavía mantenía: el bloque de Ionian a Hellenic.
Adicionalmente, la compañía se desprendió de las participaciones en los bloques exploratorios Ioannina del 60% W.I a Energean en octubre.
La petrolera, por contra, se ha reforzado en el área de exploración en EEUU. Además de la compra de Rockdale Marcellus, la compañía española ha obtenido la adjudicación de ocho bloques en el Golfo de México (cinco en el área de Walker Ridge y tres en Keathly Canyon).
El pasado febrero, se inició el FEED (ingeniería y diseño de frontend) para la primera fase del proyecto Pikka en el desarrollo de North Slope de Alaska, que contempla la perforación de 43 pozos y la construcción de una planta con capacidad para 80.000 barriles/día. La decisión final de inversión para este yacimiento podría producirse en breve, ya que está prevista para 2022 y el inicio de producción para el año 2025.
En 2022 se han completado a su vez las desinversiones en Malasia (participación del 35% en PM3 CAA, del 60% en Kinabalu, del 60% en PM305/314), Rusia (actividades exploratorias -Karabashsky- a través de la asociación con Gazprom Neft) y Ecuador (venta del 35% de los bloques 16 y 67).
La petrolera española ha llegado a un acuerdo para venderle a Gazprom Neft las participaciones que todavía mantenía en dos empresas conjuntas. La intención de la compañía es que la operación pueda cerrarse en el primer trimestre de este año.
Gazprom Neft se quedará, por lo tanto, con las participaciones en Evrotek-Yugra y ASB GEO, respectivamente, y consolidará el 100% de estos activos, según indicó en su momento la empresa rusa en un comunicado.