La tensión entre Rusia y Ucrania puede empeorar la grave crisis energética que atraviesa Europa. Además del impacto que ya está teniendo en los precios del gas natural, una invasión de Ucrania podría causar una fuerte repercusión en los precios de los carburantes. Las refinerías europeas son las más expuestas ante un posible endurecimiento de las sanciones sobre Rusia, según indican los datos analizados por S&P Global Platts.
Alrededor de la mitad de las exportaciones de crudo y productos petrolíferos de Rusia -que actualmente se sitúan en torno a los 6,5 millones de b/d- se envían a países europeos y representan una cuarta parte de las importaciones de petróleo.
En el caso español, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas, Rusia exporta un 4,3% del petróleo que se utiliza en nuestro país, lo que lo convierte en el octavo suministrador por detrás de países como México, Libia, Guinea Ecuatorial o Estados Unidos.
Según los datos de S&P, el sistema de oleoductos de Druzhba transporta alrededor de 1 millón de b/d de crudo desde los yacimientos rusos a Europa, principalmente a las refinerías de Alemania, Países Bajos y Polonia.
Ucrania, por su parte, envía petróleo ruso hacia Eslovaquia, Hungría y la República Checa a través del tramo sur del mismo oleoducto. El tránsito de crudo ruso del país para su exportación a la UE fue de 11,9 millones de toneladas en 2021, por debajo de los 12,3 millones de toneladas de 2020, mientras que el transporte de petróleo a Bielorrusia se mantuvo sin cambios en unas 800.000 toneladas, según indica S&P.
El ramal norte de la ruta Druzhba, a través de Bielorrusia, suministra crudo de los Urales a las refinerías de Polonia y Alemania.
La refinería PCK de Schwedt, de 230.000 b/d, y la refinería Leuna de Total, de 230.000 b/d, se abastecen a través de Druzhba, pero pueden recibir suministros alternativos del Mar Báltico. La de Plock, de 326.000 b/d, también procesa el crudo de Druzhba, pero ha ido diversificando sus fuentes de suministro de Noruega, Angola, Nigeria, Arabia Saudí y Estados Unidos.
En Alemania, la rusa Rosneft es ya el segundo grupo refinero en términos de capacidad, por detrás de Shell y aspira a convertirse en el primero en 2025, cuando finalice la ampliación de una de sus instalaciones.
Cuando Rusia se apoderó de Crimea en 2014, los flujos de crudo hacia Europa no se vieron afectados por las sanciones estadounidenses impuestas a Moscú pero en esta ocasión la presión podría incrementarse y afectar con fuerza a los precios de los carburantes.