Cuando un acercamiento de Ucrania a la Unión Europea desembocó en una guerra abierta, con la invasión del Donbas y la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, los veintisiete fueron incapaces de reaccionar con la dureza suficiente para disuadir a Vladimir Putin. Siete años después, los líderes del bloque advierten que "cualquier nueva agresión militar contra Ucrania tendrá enormes consecuencias" y estudian nuevas sanciones contra el Kremlin.
Europa lleva con una guerra a sus puertas desde hace años. Pero la llegada de 175,000 efectivos de las tropas rusas, material y armamento a la frontera entre Ucrania y Rusia en las últimas semana ha hecho que la situación se deteriore rápidamente en la zona. El miedo a una nueva intervención rusa en un conflicto que se ha cobrado la vida de miles de personas, ha hecho que la UE reaccione más rápido de lo habitual y considere nuevas sanciones.
Los líderes abordaron la cuestión el pasado jueves y el tema es tan sensible, que los veintisiete tuvieron que dejar fuera de la sala sus dispositivos electrónicos. Pero de momento, solo hay declaraciones grandilocuentes que llaman a Rusia a una desescalada y a frenar su "retórica agresiva." Los veintisiete advierten de las "severas consecuencias" y el "enorme coste" que tendría violar la integridad territorial y la soberanía ucraniana para Rusia. La discusión sobre la situación en Ucrania coincide con una reflexión de los líderes precisamente sobre las capacidades en defensa de la Unión y su colaboración con la OTAN.
Pero lo cierto es que UE confía aún en la posibilidad de frenar la escalada en la frontera a través del diálogo, de retomar formatos como el de los Acuerdos de Minks, el conocido como Formato Normandía, con represéntales de Francia y Alemania, que permitieron continuar con las conversaciones entre las partes durante los inicios del conflicto. Pero no descarta medidas más contundentes, y ya trabaja en una batería de sanciones para aislar económicamente a Rusia si fuera necesario. "Esperamos lo mejor, pero nos preparamos para lo peor", reconoció el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, Josep Borrell.
Las voces que piden mano dura contra Putin ante los continuos ataques a la Unión y los territorios vecinos son cada vez más fuertes, en particular en los países bálticos y del este, que comparten también frontera con Rusia. Y la UE se coordina además con Reino Unido y Estados Unidos que también amenazan con acciones sin precedentes de producirse una invasión.
La presión crece además sobre el recién nombrado nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, por el polémico gaseoducto Nord Stream II que transporta gas desde Rusia y hasta Alemania evitando pasar por Ucrania. "La inviolabilidad de las fronteras es uno de los fundamentos más importantes de la paz en Europa y todos haremos todo lo posible para garantizar que esta inviolabilidad se mantenga intacta", aseguró Scholz a su llegada a su primera cumbre.
Los veintisiete se reunieron para coordinar una respuesta conjunta apenas un día después
"Sería importante que también pudiéramos decidir que Nord Stream 2 está sobre la mesa, que si hay una mayor actividad militar, este proyecto se desactivaría," aseguró el primer ministro de Letonia, Arturs Krišjnis Kariš, a su llegada a la cumbre que aún no había concluido al cierre de esta edición. Kariš asegura que Putin está utilizando el gaseoducto para chantajear a la Unión Europea, en plena crisis de la energía. Aunque el regulador alemán no tomará una decisión sobre si certifica o no el gaseoducto al menos hasta mediados de 2022.
Los veintisiete se reunieron para coordinar una respuesta conjunta apenas un día después de encontrarse con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy, en el marco de la cumbre europea con los socios del este. Zelenskiy dijo estar abierto a cualquier forma de diálogo, pero pidió poner en marcha sanciones contra el Kremlin cuanto antes para disuadir cualquier intervención. "Algunos líderes están proponiendo un formato para responder a una posible escalada después de una posible escalada", aseguró el presidente, "para ser sinceros, nadie está especialmente interesado en la política de sanciones después de eso. Nuestro Estado está interesado en una potente política de sanciones antes de una posible escalada."