
Desde 2018, las empresas vascas han dispuesto de un laboratorio para ensayar materiales y soluciones en un entorno offshore real, desarrollado por el centro de investigación y desarrollo tecnológico TECNALIA, con el impulso del Gobierno Vasco y el apoyo del Clúster de Energía del País Vasco. Tras el éxito de este laboratorio offshore, denominado HarshLab y ubicado en BiMEP (Biscay Marine Energy Platform), el centro de investigación y desarrollo tecnológico ha desarrollado un nuevo laboratorio, único en Europa, de mayor tamaño y con mejores prestaciones para acometer nuevos ensayos y actividades de I+D para dar respuesta a las necesidades de las industrias offshore y mejorar su competitividad.
El lanzamiento del primer HarshLab en 2018 supuso un avance definitivo para la industria offshore en Europa y desde entonces, ha dado servicio a más de 20 empresas ensayándose más de 500 probetas y muestras relacionadas con nuevos materiales y soluciones contra la corrosión, el envejecimiento o el fouling en el medio marino.
Al igual que su predecesor, esta nueva versión permitirá realizar ensayos y pruebas de nuevos materiales y desarrollos destinados a la industria offshore, en un entorno real y en condiciones controladas. Como novedades contará con conexión a la red eléctrica y de comunicaciones mediante un cable dinámico que le conectará con la red submarina de BiMEP, lo que permitirá la recogida de datos y su posterior análisis. Esta conexión le otorga al HarshLab la posibilidad de ensayar equipos en funcionamiento a bordo y facilitar el manejo de cargas a través de diversos sistemas embarcados: grúa hidráulica, pescante exterior y polipastos interiores.
Laboratorio conectado
El nuevo laboratorio tiene unas dimensiones de 8,5 metros de diámetro por 7 metros de altura, lo que le da una mayor capacidad de ensayo. Por otro lado y por las características renovadas de esta nueva versión, se podrán realizar también ensayos de elementos de fondeo, o en el propio fondo marino, hasta 65 metros de profundidad. Asimismo cuenta con una estación meteorológica propia; y un ROV (Remotely Operated Vehicle) submarino para realizar inspecciones de forma remota.
En definitiva, este laboratorio permitirá evaluar qué ocurre a los materiales, componentes y equipos cuando están sumergidos, en la zona atmosférica (por encima del agua), en lo que se conoce como la zona de splash (donde rompe la ola) y en el fondo marino. Hasta ahora esta información se obtenía de ensayos de laboratorio, pero los resultados no siempre son extrapolables a lo que sucede realmente cuando están en el mar. De esta forma, las empresas podrán predecir de modo fiable cómo van a comportarse los distintos sistemas a utilizar en un entorno marino, para la investigación y desarrollo de nuevas soluciones y tecnologías destinadas a la industria offshore, lo que repercute en su seguridad y alarga su ciclo de vida.
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