
Cabify avanza poco a poco en su plan de sellar la paz con el sector del taxi y convertirse en su socio de referencia en un momento en que la guerra contras la VTC se recrudece en los tribunales y su actividad se está limitando en varias ciudades, como Barcelona o Valencia.
La plataforma, que ya trabaja con el gremio en varios países de América Latina, ha conseguido sumar dos ciudades más a su servicio de taxis: Madrid y Valencia. La opción entra hoy en funcionamiento con 100 vehículos en la capital de España y con 10 en la capital de la comunidad valenciana, donde hay menos oferta. Esto supone un primer paso para abrirse un hueco Madrid, donde hay hasta 16.000 licencias de taxi activas y 8.003 de VTC y donde ven un gran potencial de crecimiento. "Este es un día muy emocionante para Cabify porque avanzamos en el desarrollo de uno de nuestros proyectos clave este 2019", aseguró Mariano Silveyra, presidente de la compañía en referencia a la expansión de la categoría de taxi por España.
Los taxis incluidos en Cabify no tendrán que llevar distintivos ni ofrecer botella de agua o vestir traje
Así, a partir de ahora, y tal como sucede en Santander, los usuarios de Cabify podrán contratar trayectos en taxi desde la misma aplicación. La diferencia con el servicio de las VTC radicará en que la aplicación no ofrecerá un precio cerrado si no una estimación del coste del trayecto y siempre primará la tarifa que establezca el taxímetro. La previsión de la compañía es ofrecer precio cerrado cuando la normativa del ayuntamiento de Madrid lo permita. No en vano, el reglamento de la Comunidad, donde van a estar activos en Pozuelo, Centro y aeropuerto, ya contempla esa posibilidad. Se podrá pagar a través la aplicación o en efectivo. Por su parte, los taxis incluidos en la plataforma de Cabify no tendrán que llevar ningún tipo de distintivo ni ofrecer una botella de agua o vestir con traje, tal y como se exige a los conductores de VTC.
La compañía sigue negociando su desembarco en el taxi barcelonés, que ofrece una mayor resistencia, y está en conversaciones con más autónomos o empresarios para crecer en Valencia y entrar en cualquier ciudad, aunque no operen ahí con VTCs, como pasó en su día con Santander, donde tiene tres o cuatro taxis adscritos.
Comisiones más bajas
Para abrirse un hueco en un sector que le ha declarado la guerra por "competencia desleal" y en el que la aplicación FreeNow (Ex Mytaxi) tiene mucho terreno ganado, la plataforma española cobrará una de las comisiones más bajas del mercado. Aunque la firma no ha querido especificar cuánto se lleva de cada trayecto, fuentes del sector aseguran que está por debajo del 12,5% que cobra Free Now y del 20% que pagan las licencias de VTC, cuya casi única ventana para conseguir viajes es la aplicación.
Están por debajo del 12,5% que cobra Free Now y del 20% que pagan las licencias de VTC
"Hay que ofrecer condiciones ventajosas para que los taxistas se animen a sumarse a la aplicación y romper el mito de que somos el enemigo y la idea que estamos unos contra los otros. Es muy buena oportunidad para el taxi y está abierto para cualquiera que se quiera sumar", explican en este sentido fuentes cercanas a la compañía. Para ello han habilitado una página web que permite sumarse a la aplicación a cualquier taxi de forma directa.
Como prueba de las ventajas que Cabify ofrece al gremio (seguridad, más facturación y atención 24 horas), la compañía ha puesto a Santander, su proyecto piloto, donde los taxis aliados han aumentado un 25% la facturación mes con mes y eso a pesar de que la cooperativa de la que formaban parte han dejado de pasarles viajes. "Hay que acabar con la falsa idea de que una mayor oferta quita trabajo. Estamos generando más demanda", afirman desde Cabify. Así, señalan que los informes más conservadores hablan de que el mercado de la movilidad se va a multiplicar por cinco en los próximos 10 años, mientras que otros hablan que se multiplicarán por ocho.
"Hay que acabar con la falsa idea de que una mayor oferta quita trabajo. Estamos generando más demanda"
La asociación Fedetaxi, que desconoce dónde operan los taxis que se han sumado a Cabify, ha sido la primera en "lamentar" la operación y denuncia que al haberse convertido en una empresa de transporte "debilita las garantías necesarias en la prestación de servicio público". "No entendemos que haya taxistas operando con Cabify en estas condiciones ya que incluye sistemáticamente la normativa y las denuncias a las VTC han subido en un 200%", señala Fedetaxi. Así, esta primera alianza es una muestra de que no todo el sector del taxi comparte el punto de vista oficial.
"El reglamento es lesivo"
La compañía ha duplicado sus ingresos en España en 2018 hasta los 144 millones, aunque todavía no ha conseguido ser rentable, y avanza en su proyecto de convertirse en una plataforma integral de movilidad que permita recomendar a los usuarios la mejor manera de ir de un sitio a otro: andando, en taxi, VTC, transporte público, patinete, moto o bicicleta. De momento, la aplicación no incluye información sobre el metro o el autobús pero está trabajando con las Administraciones para poder ofrecerla.
En este sentido, Cabify explica que está hablando con las autoridades públicas de todas las CCAA y Ayuntamientos, incluida Cataluña y Barcelona para poder seguir creciendo y ayudar al desarrollo de una movilidad sostenible. La situación de Cabify en la Ciudad Condal es especialmente delicada ya que la Generalitat está analizando con lupa su modelo de negocio, que incluye firmar contratos de un año para evitar el tiempo de espera de 15 minutos.
El Ejecutivo regional ha solicitado información a la compañía y de momento no le ha impedido operar aunque en un primer momento le abrió 50 expedientes sancionadores. Desde entonces no ha habido más sanciones. "La manera en la que venimos operado en Barcelona se ajusta a la ley y nos nos gustaría tener que resolver esto en los tribunales y ojalá podamos avanzar con el resto de reguladores que permita mirar al futuro", defienden fuentes de la compañía digital.
En cuanto a la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de suspender cautelarmente la precontratación de una hora del reglamento de la AMB, que todavía no había entrado en vigor, Cabify reconoce que no cambia nada de momento aunque sí que trasluce que las decisiones tomadas no son las más acertadas. "El auto valora que esta regulación es dudosa y es lesiva para los intereses de la industria", sentencian.