
Los sucesivos aplazamientos por parte de LetterOne en la opa lanzada sobre Dia han arrastrado a la compañía a una situación límite, forzando a la banca a negociar un acuerdo in extremis para evitar que la cadena de supermercados caiga en concurso de acreedores. La empresa necesita una inyección de 174,9 millones de euros -el importe de sus fondos propios negativos al cierre del primer trimestre- para esquivar la causa de disolución y no caer en concurso. Fridman se ha mostrado dispuesto a conceder un préstamo participativo por ese importe de forma previa a la ampliación de capital de 500 millones que aprobó la junta, pero para ello exige antes un acuerdo con la banca, que no cerrará hasta tener asegurado el apoyo de todas las entidades acreedoras, a falta por ahora del Santander.
Inicialmente, la fecha tope marcada para acudir a la oferta era el 23 de abril, pero ante la exigua aceptación de la misma por parte de los inversores, la sociedad de inversión de Mikjail Fridman alargó el plazo hasta en un primer momento hasta el día 30 de ese mes, después hasta el 6 de mayo y por último hasta el pasado lunes, 13 de mayo.
Una vez conocido hoy conocido que LetterOne se ha hecho con el 58,38% de la compañía, ahora todo depende de ese acuerdo con los acreedores, que deben firmar antes del lunes la refinanciación y aceptar el plan de Fridman, que exige que no se acometa ningún pago hasta 2023, además de solicitar nueva financiación por otros 380 millones ante el deterioro del negocio. Y es que, de lo contrario, habrá concurso.

La situación límite a la que se enfrenta la cadena de supermercados, que ha admitido ya estar al borde del concursos tras registrar en el primer trimestre unas pérdidas de 144 millones, tiene ya su reflejo en los mercados. Los bonos de Dia que vencen el próximo mes de julio -por un importe de 306 millones de euros- dispararon su rentabilidad por encima del 145%, más del doble del nivel al que cotizaban el viernes pasado. Sólo el miércoles, el día de verdadera tensión, la huida masiva de los inversores catapultó su rentabilidad 57 puntos porcentuales por encima del martes. El jueves subieron otros 9 puntos, hasta el punto más tenso de su historia reciente que hasta la fecha databa del mes de diciembre, cuando la firma reconoció irregularidades contables y para comprar el bono se exigía un retorno del 137%. Las pérdidas por precio en la semana superan el 11%, en bonos que han pasado de estar de 90,45 a 80,1.
Las ventas han sido más moderadas en la emisión de papel que vence en abril de 2021, también de 300 millones, cuya rentabilidad ha subido en 8 puntos porcentuales , hasta el 25,5%; mientras que la deuda con vencimiento en abril de 2023 alcanza el 16,3%.
Entretanto, la acción de Dia corrigió el jueves todo lo que ganó el miércoles -cuando se revalorizó un 11,5%-, al caer casi un 4%, hasta volver a cuadrarse al precio de la opa. Los inversores que juegan en intradía están haciendo su agosto con la cadena de supermercados, porque las pérdidas de la firma alcanzaron el 8%, hasta los 0,64 euros, un céntimo por debajo que la oferta de Fridman.