
El que a partir de enero será presidente ejecutivo de BBVA, Carlos Torres, cree que el futuro de la banca está en la "industrialización del asesoramiento".
El consejero delegado del segundo banco español, ha centrado su intervención en la jornada bancaria del IESE, en la oportunidad de la digitalización, y se ha sumado al grupo de bancos que reclama una regulación similar para la banca y para otros sectores, como las grandes tecnológicas, en lo que a la utilización de datos se refiere.
A pesar del complejo entorno en el que Torres accederá a la presidencia, con la inestabilidad política de Turquía y México, el ejecutivo se refirió solamente a su evolución en estas economías en la posición del banco en la economía mexicana -donde destacó su posición competitiva- y, en el caso turco, la buena posición en posicionamiento tecnológico de Garanti, su entidad en el país.
Hace pocos días, en una intervención en Estados Unidos, el presidente del banco, Francisco González, insistió en que creía que sería positivo incluso ampliar la participación en el turco, a pesar de la pérdida de valor del banco por la crisis económica turca.
Industrializar el asesoramiento al cliente
Para Torres, de cara al futuro la banca se acerca al reto de, gracias a la tecnología, "industrializar" el asesoramiento al cliente. En este sentido, insistió en la gran oportunidad que ofrecen las normativas sobre datos, que ofrecerían la posibilidad de impulsar la innovación en producto financiero. El futuro presidente de BBVA se refirió a que la confianza que ofrece la banca puede convertir al sector en ganadores, pero que requería de las "mismas reglas" para todos los jugadores. Torres eludió dar nombres, pero se refirió a las grandes empresas de Internet, y reclamó que existiera la misma "norma para todos".
La Directiva PSD2, que recientemente ha sido traspuesta en España por el Gobierno de Pedro Sánchez, abre la puerta a que terceros puedan acceder a los datos transaccionales de los clientes de entidades financieras; siempre que estos den su consentimiento. Santander fue uno de los primeros que comenzó a denunciar que la directiva creaba un entorno desigual para la banca y para los gigantes de Internet, como Google, Amazon o Facebook.