
La montaña rusa que protagonizan los títulos de Dia desde hace ya tres semanas es el mal menor de una compañía cuya deuda avanza sin frenos hacia el abismo y los únicos capaces de evitar la caída son los bancos acreedores. Los analistas consideran que ni siquiera la venta ya anunciada del 17,7% de su red de tiendas -Clarel, sobre todo, y además Maxi- llegará a tiempo para impedir que Dia incumpla su compromiso con la banca por los 525 millones de euros que tiene en préstamos sindicados, y tampoco para detener una ampliación de capital que el mercado valora en unos 300 millones de euros.
El mencionado covenant (que en jerga financiera es, básicamente, una obligación) que ha firmado Dia con la banca consiste en que su deuda no debe sobrepasar las 3,5 veces el ebitda (beneficio bruto operativo). Si eso sucediera, los bancos pueden exigir no solo la cancelación del préstamo, sino también la devolución del principal. Esta situación, según distintas casas de análisis, se producirá ya en el cuarto trimestre del año, de ahí que esté en manos de la banca dar o no cierto oxígeno a Dia para cumplir con sus pagos. La firma rebajó su previsión de ebitda a una horquilla de entre 350 millones y 400 millones este año, con una deuda que, a cierre de septiembre, fue de 1.422 millones.
"Los resultados del tercer trimestre sugieren una alta probabilidad de que incumpla estas condiciones financieras en el cuarto trimestre del año", apuntan desde Jefferies, que, además, creen que su cotización refleja "un considerable riesgo de quiebra". Esta idea va en la misma línea de las agencias de rating Moody's y S&P cuando decidieron rebajar la calificación de la deuda de Dia a bono basura, después de conocer su rebaja de estimaciones el pasado 15 de octubre.
La compañía afronta vencimientos que el próximo año ascenderán a 406,7 millones de euros; otros 255 millones en 2020; y de 2021 a 2023 vencerán otros 900 millones, repartidos a partes iguales cada uno de los tres ejercicios. Pero dentro de la deuda total -que asciende a 1.561,7 millones de euros- la partida que más preocupa a los analistas es la relativa a los préstamos sindicados con cuatro entidades financieras -el Santander, BBVA, Bankinter y CaixaBank, según Bloomberg- por 525 millones de euros, que Dia renegoció durante el primer semestre de 2017. De ellos, 225 millones vencerán el 21 de abril de 2020 y otros 300 millones lo harán el 28 de junio de 2022.
La parte más gruesa de su deuda está en las tres emisiones de bonos que tiene Dia en mercado, por un total de 905,7 millones de euros. El primero de ellos vence el 22 de julio del año que viene, por un importe de 305,7 millones, y es también al que se exige una rentabilidad más elevada. Alcanzó el 53,7% en los peores días de la crisis de Dia, pero, tras las compras de la última semana, su rentabilidad se quedó el lunes en el 27,7%. Al papel que vence en 2021 los inversores piden un retorno del 15,3% para comprarlo, mientras que roza el 11% el bono a más largo plazo, con término en abril de 2023.
Sin embargo, el primer pago que debe afrontar la compañía será el próximo 14 de febrero, cuando vencen 101 millones de euros en un préstamo a corto plazo. Otros 30 millones, por este mismo concepto, vencen en diciembre del año 2020.
Desde Bloomberg sus analistas calculan que la deuda neta de la compañía se mantendrá en los 1.200 millones de euros a cierre de 2018, frente a los 1.422 millones de septiembre. Dando por válido el ebitda estimado por la firma para este ejercicio, "esto situaría su ratio de endeudamiento en las 3,53 veces sobre el ebitda, con lo que testará el covenant, y, por ende, requerirá una tregua de los bancos. De hecho, es probable que hagan lo imposible para ayudar a la empresa a evitarlo", apuntan.
El consejero delegado de la firma, Antonio Coto, ya anunció la semana pasada durante la presentación de los resultados que se están estudiando "todas las vías de refinanciación necesarias" y, de hecho, según fuentes conocedoras, ya está en conversaciones con las entidades para renegociar su deuda, alargando el vencimiento de sus préstamos.
Venta de activos y ampliación
Si se asume la hipótesis de que la banca da cierta tregua a Dia para pagar su deuda, "la cuestión" a posteriori, afirman desde la firma británica Imperial Capital, "es ver cómo se desarrolla el proceso de renegociación de su deuda una vez que la compañía incumpla con su covenant a finales de año. Los bancos están dispuestos a proveer de un balón de oxígeno a la firma, pero lo harán bajo la condición de la venta de activos no estratégicos", aunque no aclara si esa desinversión va más allá de lo que ya anunció Coto.
Tras las últimas revisiones, desde Barclays sus analistas calculan un flujo libre de caja para Dia de 80 millones de euros en 2019 "incluso con una inversión (capex) mínima y la cancelación del dividendo".
En su opinión, "las desinversiones pueden, potencialmente, elevar algo estos fondos, pero parece optimista asumir" que esto será suficiente para evitar "que se produzca una ampliación de capital que es difícil de ignorar".
La volatilidad que sufren los títulos de Dia se hizo este lunes, una vez, más patente en la bolsa española. Su acción rebotó un 19,5%, la mayor subida en una sesión de la historia de la firma como cotizada -desde el año 2011-, lo que situó el precio en el nivel de los 82 céntimos. Gracias a estas ganancias, la capitalización de Dia volvió a la cota de los 512 millones, un aspecto clave si la compañía finalmente decide lanzar una ampliación de capital, que se valora en un 60% de su valor.