
No necesitaban el espaldarazo proteccionista que EEUU está dando a las compañías americanas, aunque reconocen abiertamente que no les viene nada mal. Para Acerinox, cuya principal fábrica (NAS) está en Kentucky, la Administración Trump es un importante viento de cola.
El riesgo que supone una guerra comercial entre EEUU y China ha eclipsado las bondades que el proteccionismo americano tiene para firmas como Acerinox, con DNI español, pero con residencia americana. Los inversores han llevado a su acción a perder un 7 por ciento en las últimas ocho sesiones, aunque el presidente de Acerinox, Rafael Miranda, confía en que, tarde o temprano, estas medidas se pondrán en valor. De momento, es el cuarto valor preferido por el consenso que elabora el índice Eco10.
Lo último que ha comentado el presidente Donald Trump es que Europa quedará fuera de sus medidas arancelarias, que sí afectarán a determinados países, como China. ¿Temen el estallido de una 'guerra comercial'?
Nosotros suministramos desde EEUU, fundamentalmente al propio EEUU, Canadá y México. En ese sentido, no nos afectaría. Por lo que sabemos hoy, si Europa queda fuera de estas medidas, junto a otros países como Rusia, Turquía o Taiwán, los aranceles tendrían un efecto sobre el 40 por ciento de las importaciones globales de acero inoxidable y el 8 por ciento de la cuota de mercado, suficiente para que tiren los precios hacia arriba y que no haya desabastecimiento. El único sitio donde puede haber una batalla más fuerte puede ser Asia. Lo llamativo es que, aunque para Acerinox en el fondo el neto le es positivo, el mercado no está sabiendo interpretarlo de momento.
EEUU últimamente solo les está dando alegrías. La rebaja fiscal ya se notó en sus resultados del último trimestre (aumentando el beneficio del año un 26 por ciento, de 208 a 239 millones de euros), pero ¿han calculado en cuánto les repercutirá de cara a 2018?
No buscamos la protección que el señor Trump quiere dar, pero desde luego no nos penaliza. La rebaja fiscal tiene dos efectos, el primero es que la presión impositiva cae del 35 al 21 por ciento (25 por ciento efectivo), con un horizonte de hipotético crecimiento en EEUU. Y el segundo efecto fue puntual durante 2017, fundamentalmente por la valoración de los pasivos fiscales que, al reducirse el tipo impositivo, ha mejorado los resultados, ya de por sí bastante positivos.
La mejora de 2017 fue en parte indirecta, por el impacto en sus proveedores de energía.
Es un fenómeno curioso que no ocurre más que en EEUU. Nuestro suministrador de energía, que es una empresa pública, nos ha dado la agradable sorpresa de que, como consecuencia de la rebaja fiscal, han reducido todavía más el precio de la energía. Al tratarse de una compañía pública no tienen esa avidez por los resultados que tienen firmas privadas y realmente lo trasladan a sus clientes.
Y todavía está por aprobarse el plan de infraestructuras de Trump que no para de retrasarse. ¿Realmente cree que llegará?
El plan del que tanto se habla y que todavía no se ha puesto en marcha sería muy positivo para nosotros. Yo soy consejero del fondo de inversión Brookfield, uno de los más grandes del mundo, y en el último consejo celebrado en Nueva York los americanos que estaban allí no lo veían tan inmediato.
¿Cómo ha impactado la debilidad del dólar en su objetivo de reducir deuda?
La compañía tiene una posición financiera muy robusta, con un coste de la deuda muy bajo, hemos hecho una refinanciación muy interesante, con dos últimas operaciones, una con el BEI y otra con el ICO, que han reducido aún más nuestro coste de financiación. Nuestra deuda está en 609 millones de euros -1,2 veces el ebitda-, en mínimos de los últimos diez años. En este momento, estamos muy focalizados en la generación de caja, con un capex (presupuesto para inversiones) de 170 millones de objetivo y caja libre suficiente para pagar el dividendo en metálico al que volvimos en 2017. Hubiéramos reducido más la deuda de no haber sido por la debilidad del dólar. Teníamos una caja libre para reducir deuda en 56 millones de euros, aunque finalmente la bajamos en unos 11 millones (de 620 a 609 millones).
¿Cómo prevén la evolución del dólar?
La política de Trump lo mantendrá con cierta debilidad.
En el punto de ciclo en el que estamos, imagino que creen sostenibles márgenes de doble dígito.
Los márgenes ebitda este año estuvieron próximos al 11 por ciento, dependiendo mucho de los precios [de la materia prima] porque el coste lo tenemos relativamente contenido. En este sentido, influirá en ellos el comportamiento de los mercados, aunque nuestra expectativa de precios es positiva con lo que los márgenes consideramos que seguirán estando en dos dígitos. Hemos pasado del 6,8 por ciento en 2015 al 10,6 por ciento en 2017, con lo que de cara al futuro estaremos más cercanos a los del último año que a los del pasado. En la última década, este es el mejor margen ebitda que hemos tenido.
¿El ahorro de costes que plantearon en su último Plan de Excelencia ya está al límite?
Todavía hay margen. Si analizas la serie histórica de resultados, 2010 y 2014 fueron dos años de resultados buenos, con mejores precios en el mercado que este año y, aún así, en 2017 hemos sido capaces de tener unos márgenes más elevados y un beneficio que es el mayor de la década y esto se debe a que la eficiencia ha mejorado notablemente en los últimos años. Cuando aprietas llegas a la asíntota, pero todavía seguimos mejorando. Y hay otra variable de largo plazo como es el fenómeno de la transformación digital. Tratamos de acoplar la nueva tecnología a una industria que, teóricamente, es tradicional.
¿Cómo les va a afectar el desarrollo del vehículo eléctrico?
Todos los tubos de escape que se fabrican en el mundo son de acero inoxidable, pero ahora estamos buscando nuestro nicho dentro de esta nueva ola. Las cajas de las nuevas baterías podrían tener un importante componente de acero inoxidable y, seguramente, algunas otras partes decorativas del coche. Estamos en una fase inicial, pero, como mínimo, vamos a tener la misma utilización en el sector de automoción que en la actualidad.
¿Consideran alguna operación corporativa este año?
Este negocio tiene un crecimiento inorgánico muy potente. Pocos sectores han registrado un crecimiento anual acumulado del 6 por ciento desde 1950 y este es uno de ellos. Acerinox es una empresa global, que vende a unas 90 fábricas y nos sentimos cómodos así. Pero, además, tenemos una posición financiera potente con lo que si se dieran las circunstancias somos un actor activo y hay que estar con el ojo avizor, aunque ahora mismo no hay necesidad ni vemos que nos aporte mucho. Lo peor es tener avidez y no tener dinero, y nosotros tenemos las dos cosas.
Otras acereras europeas se quejan recurrentemente del coste medioambiental que impone Europa a su industria y que es muy superior a otras regiones geográficas. Si a esto le añadimos que en España los impuestos energéticos son también mayores que en otros países de la UE, ¿se sienten doblemente 'penalizados' con la planta de Algeciras?
Muchos hemos dicho ya que Europa no es el mejor lugar en temas energéticos y también en costes laborales. No se puede hacer una discriminación en cuanto a costes medioambientales, no puede haber países que tengan ayudas indirectas al CO2 como Alemania, mientras España tiene cien veces menos. Europa debe ser consciente de que la reindustrialización se consigue primero manteniendo lo que hay. Pero si miras de dónde vienen nuestros resultados éstos se originan en un país como EEUU que tiene los costes energéticos y laborales más bajos. Afortunadamente en España somos capaces de tener resultados positivos, aunque si los costes energéticos fueran menores tendríamos unos 20 millones o 30 millones de euros más de resultados; pero hay que saber adaptarse.
"La expectativa sobre el dividendo es positiva"
Acerinox aprobó este jueves mantener el dividendo en 0,45 euros por acción en 2018 -a falta del visto bueno de la Junta General de Accionistas que se celebrará el mes de abril- y será, por segundo año consecutivo, en metálico después de que la acerera decidiera el año pasado abandonar la retribución en scrip (o en acciones) tras cuatro años utilizando esta fórmula para sortear los peores años del ciclo para las firmas de recursos básicos. "Cuando decidimos que el dividendo de 2017 volviera a ser en efectivo lo hicimos precisamente pensando en que tenemos un horizonte estable para seguir manteniéndolo así", asegura Rafael Miranda. Ahora, después de haber multiplicado por casi tres veces el beneficio en 2017, al ganar 234 millones de euros, la pregunta es cuándo acometerá la acerera un aumento de la retribución al accionista. "Llevamos ya diez años manteniendo el dividendo y la gran pregunta ahora es esa. Nuestras expectativas son positivas, vinculadas al horizonte que vemos en nuestro negocio. Si todo esto se da, si la volatilidad del negocio nos respeta, entre otras cosas, tenemos una expectativa para el dividendo positiva. En este sentido, si el negocio va como nosotros creemos actualmente, habrá suficiente generación de caja como para plantearse otras circunstancias, pero no podemos hacer promesas", reconoce el presidente de Acerinox. A falta de que el consenso de mercado actualice sus cifras -considerando que los 234 millones de beneficio los esperan para 2018-, por el momento, sí han mejorado su proyección para el pago de Acerinox. Prevén que se sitúe en los 46 céntimos en 2019 (ver gráfico), en los 0,48 euros por título ya de cara a 2020, lo que implica un crecimiento del 6,6%, algo notable para una compañía totalmente ligada al ciclo.
"La inversión en Bahru está hibernando"
Acerinox decidió apostar claramente por el mercado asiático en febrero de 2008, con la creación de una nueva fábrica en Malasia, de la que es accionista mayoritario con una participación del 67%. Sin embargo, la elevada competencia en la región le ha llevado a dejar "hibernando" esta inversión, afirma Rafael Miranda, presidente de la acerera, donde solo han abierto la parte de laminación en frío. ¿Cambiará esta situación ante el parón de producción y exportaciones de acero que está protagonizando China, el mayor actor a nivel mundial del sector? "Es verdad que la sobrecapacidad de Pekín puede ir poco a poco arreglándose -con 2 millones de toneladas de capacidad menos que el año anterior-, pero todavía sigue siendo muy importante y el mercado asiático es el más competitivo del mundo. En ese entorno, nuestra fábrica suministra tanto producto semielaborado propio, con parte que va desde Europa (en Algeciras) o desde Sudáfrica (Columbus) y también desde China, donde tenemos un gran proveedor", explica. En dos años, Acerinox espera alcanzar el breakeven en Bahru después de que 2017 se cerrara "con ebitda positivo". Aun así, Miranda reconoce que "hoy en día, las condiciones del mercado asiático no permiten ni imaginar volver a pensar en reinvertir más dinero allí, a pesar de que nuestra expectativa para Bahru es positiva". Y lo es, en gran medida, porque "el mercado asiático es el que más crece porque es el que está más vinculado al desarrollo de los países", aunque no está exento de riesgo. A colación del estallido de una plausible guerra comercial, el presidente de Acerinox considera que Asia es también la región donde "el efecto puede ser mayor" lo que derivaría en una "mayor volatilidad en los precios de las materias primas".
"El 75% de nuestro suministro es chatarra"
Un catalizador importante en el beneficio de Acerinox es el precio del níquel. Miranda señala al referirse a sus expectativas de beneficio que "es positiva, ya que parece que las materias primas, en concreto, el níquel, están en tendencia creciente, a pesar de toda la volatilidad que tienen implícita, y esto puede tener un efecto positivo sobre los precios de nuestro producto final". El precio del metal sube más del 5% en 2018, pero los avances empezaron mucho antes: desde los mínimos que tocó en 2016, no vistos desde 2003, en los 7.595 dólares por tonelada, ha repuntado un 77,2% hasta ahora, cuando cotiza en el entorno de los 13.500 dólares. "Hay muchas teorías detrás del repunte del níquel. Entre ellas, su uso potencial para las baterías de los coches eléctricos, y la cuestión es si esto generaría problemas de suministro. Si esa demanda fuera cierta, tirará el precio hacia arriba", explica Miranda. La compañía cuenta con una ventaja competitiva en la cadena de suministro del metal: "Afortunadamente, nos suministramos mucho más de chatarra con contenido en níquel que de níquel puro. Más del 75% de nuestra materia prima es chatarra, y eso tiene dos efectos: forma parte de la economía circular y tiene ventajas medioamientales, y luego somos capaces de conseguirlo con un diferencial menor que si lo adquiriésemos como materia prima pura", sostiene el presidente. Para ellos, eso sí, no es tan importante que suba, como que no tenga excesiva volatilidad: "Lo que nos produce mucha variabilidad son las bajadas y subidas de precios, por que el comportamiento de los consumidores se adecua a esta situación. Si prevén bajadas, esperan a que caiga para comprar, y sucede igual si estiman que subirá. Para nosotros, lo más importante es que los precios sean estables".