
A las tarjetas de crédito parece no afectarle la competencia. A pesar de ser un nicho de negocio, como el de las hipotecas o la financiación a pymes, apetecible para la banca en su intento por mejorar la rentabilidad, sus precios apenas sufren la presión de la oferta. El tipo de interés medio aplicado al dinero de plástico para particulares se situó el pasado mes de agosto en el 21,11%, a un paso del 21,27% alcanzado en julio del ejercicio pasado y que es la cota máxima de las estadísticas iniciadas por el Banco de España en 2010.
En las tarjetas para empresas, la escalada de la tasa ha cogido, incluso, impulso y marca un récord del 18,59% mientras el euríbor se mueve en terreno negativo.
La resistencia a la presión competitiva de este producto contrasta con el radical abaratamiento de las hipotecas o del crédito a pymes, cuyos precios han caído a la mitad en tres años. El tipo de interés medio en préstamos para vivienda descendió del 3,717 al 2,032% entre el pico fijado en 2012 y agosto pasado -está expresado en TEDR, similar a la TAE sin incluir comisiones-.
El crédito a pymes y autónomos por importes inferiores a 250.000 euros se hunde en el mismo periodo del 5,22 al 2,71% y del 4,53 al 1,88% en cuantías hasta el millón de euros, también asociado a pequeñas y medianas empresas. En contraste, la tasa de las tarjetas a particulares subió del 20,39 al 21,11% y del 16,92 al 18,59% en las emitidas para empresas.
La batalla por prestar y la posibilidad de las entidades de captar recursos casi a cero en la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE) ha favorecido una rebaja que, traducida a estrechamiento en márgenes, preocupa al sector y al supervisor, sin que haya aún signos claros de reversión de tendencia.
En este escenario, el crédito al consumo y, dentro de él las tarjetas, cobra interés. Es una actividad en auge gracias a la demanda interna y por su alta rentabilidad. A pesar de la preferencia por usar la tarjeta a débito, los particulares disponían en agosto de 10.379 millones financiados con su plástico y las empresas de 86 millones.
La cifra es pequeña frente a los 164.636 millones existente en salvo vivo de crédito al consumo o los 538.106 millones en hipotecas, pero es la línea de mayor auge. Se aproxima a los 19.747 millones que la banca prestó en todo 2015 en consumo y crece al 18% interanual.