
Isolux Corsán ha congelado las ventas de su filial fotovoltaica T-Solar y de las redes eléctricas en Brasil, entre otros activos, hasta completar la reestructuración de su deuda, que negocia en estos momentos con los bancos acreedores y los bonistas, según señalan fuentes del mercado a elEconomista.
Esta decisión, instada por las entidades financieras, se explica por el complejo proceso que se ha abierto y que dará lugar a un cambio radical en la estructura de capital de la constructora, de forma que el actual presidente y primer accionista Luis Delso verá diluida su participación drásticamente y propiciará que la banca y los fondos tomen el mando de la compañía.
De acuerdo con las fuentes financieras consultadas, los bancos abogan por aguardar a culminar la reestructuración para mejorar el valor de los activos, por los que hay un fuerte interés por parte de múltiples fondos. "Vender ahora, cuando no están los deberes hechos, no tiene sentido, porque las ofertas están muy por debajo de lo que puedes conseguir una vez esté saneada la empresa", explican las mismas fuentes.
La reestructuración de la deuda corporativa de Isolux, que supera los 2.014 millones de euros (más de 4.600 millones si se incluyen avales y project finance), se prolongará previsiblemente hasta el próximo verano, según indican las fuentes consultadas. El objetivo de la constructora era cerrar las desinversiones, que puso en marcha el año pasado, dentro del primer semestre de 2016, una vez culminada -la semana pasada- la segregación de sus activos concesionales (nueve autopistas y una línea de transmisiónen Estados Unidos) con su ya exsocio, el fondo de pensiones del sector público canadiense PSP.
En concreto, la multinacional colocó el año pasado el cartel de se vende a T-Solar, la mayor firma fotovoltaica de España, y los 3.842 kilómetros de líneas de transmisión que gestiona en Brasil. Por ambas operaciones estimó ingresar entre 600 millones y 700 millones, aunque las propuestas que han llegado hasta el momento a los cuarteles generales de Isolux están muy alejadas de sus aspiraciones, según las mismas fuentes. De igual modo, tiene otros activos por los que ha recibido ofertas, como la ingeniería Tecna y su filial de aparcamientos.
Los asesores de los bancos acreedores y de los bonistas están en este momento recabando toda la información de Isolux para definir la reestructuración. Caixabank, Banco Santander y Bankia han entregado esta semana un crédito de 50 millones de euros que servirá para pagar las nóminas y saldar los pagos más urgentes. Este importe, del que Caixabank pone 25 millones, el Santander, 13 millones y Bankia, 12 millones, se suma a los 30 millones que la entidad catalana y la cántabra concedieron hace poco más de un mes. Con esto y los alrededor de 130 millones que ha cobrado de PSP, la tesorería de Isolux ha tomado aire en los últimos días.
Los tres tramos de la deuda
La inyección de 50 millones se ha materializado después de que el denominado G-5, que integran además de Caixabank, Santander y Bankia, Popular y Sabadell, hayan acordado mantener avales por un importe de 1.800 millones. Los 50 millones entregados se incluyen dentro de los 200 millones que la banca acreedora se ha comprometido a inyectar. De ellos, la entidad que preside Isidro Fainé, segundo accionista de Isolux con el 27,8% del capital, aportará la mitad (100 millones). El resto se lo repartirán entre otras 11 entidades españolas y extranjeras.
Los 200 millones que darán los bancos conformarán el denominado tramo A de la deuda, según señalan a este diario fuentes financieras. Tendrá prelación a la hora de cobrar. El tramo B, por su parte, lo integrará la deuda sostenible -aquella pagable con la actividad ordinaria del grupo- y que se situará en torno a los 600 millones. Mientras, el tramo C, que asciende a cerca de 1.400 millones, es el endeudamiento capitalizable y susceptible de aplicar quitas, que podrían alcanzar el 95%.