Gran parte del tejido empresarial español, las pymes de hasta 3 millones de ebitda, siguen acostumbradas a productos financieros bancarios y en serie, pero la financiación alternativa y los fondos de direct lending empiezan a ser una opción para ellas. En un escenario de creciente preocupación por el alza de tipos y la escalada inflacionaria, se están abriendo a otras fuentes de financiación más allá de la bancaria y ampliando sus coberturas de riesgos, dando entrada a la deuda privada con más préstamos amortizables a vencimiento.
Una financiación que, según los expertos, empieza a calar en "las empresas pequeñas y medianas, el llamado middle market, y la parte más débil del tejido productivo español", como explican a elEconomista, Francisco J. García Oliva, socio responsable de Debt Advisory y Reestructuraciones de PwC, y Enrique Bujidos, socio de la mismo área.
Las empresas españolas, especialmente aquellas que afrontan una adquisición o una inversión productiva relevante que incrementará su nivel de endeudamiento, están tratando de cargar los flujos de repago de deuda lo máximo posible hacia el horizonte final de la financiación con instrumentos formato bullet, en los que se repaga el 100% de la deuda a vencimiento. Es decir, durante la vida de los préstamos (seis-siete años generalmente) no se pagan más que los intereses y no se producen amortizaciones de capital. Pese a ser más baratos, los bancos suelen pedir un tramo con amortización. Gracias a esta financiación cada vez más extendida, las empresas españolas tratan de aliviar la presión sobre la generación de caja, fortaleciendo balance y reduciendo las necesidades de servicio de la deuda.
Capital privado
Gonzalo Montes, socio responsable de KPMG Funding & Turnaround Advisory, confirma a este diario que "muchas compañías están viendo que necesitarán capital privado para reducir su endeudamiento y tener una adecuada estructura para afrontar el futuro con garantías". Desde el punto de vista de los proveedores de deuda, recuerda que "numerosos fondos, inversores privados y bonistas están financiando a las empresas con esta estructura bullet lo que les permite no utilizar la caja generada para repagar la deuda sino para fortalecer ingresos y ebitda a través de las inversiones". Por otro lado, productos híbridos de capital o deuda se usan también en ciertas circunstancias e hitos. "También hay fondos de private equity mucho más abiertos a tomar posiciones minoritarias en el capital de las compañías", añade Montes.
Daniel Herrero y Miguel Gonzalez Moyano, socios de Oquendo Capital, firma pionera en deuda privada y mezzanine en España, están observando además que cuando las compañías disponen de estructuras de financiación con cierta sofisticación, y particularmente, si las tienen con entidades bancarias, empiezan a realizar más proactivamente coberturas de tipo de interés. "Es una tendencia clara. Sin embargo, dichas coberturas no dejan de ser productos financieros de cierta complejidad para los que las empresas más grandes y profesionalizadas suelen estar más predispuestas", explican.
En este sentido, Pedro Manen de Solà-Morales, responsable para Iberia de Marlborough Partners y asesor especializado en la estructuración y levantamiento de deuda, identifica varias coberturas de riesgos: tipos de interés, energía (incluyendo el autoconsumo) e inflación (de materias primas y de producto final). "Tanto en España como en el Reino Unido y en el resto de Europa los clientes están haciendo sus análisis para esa potencial cobertura. La buena noticia es que los tres riesgos pueden ser cubiertos mediante una cobertura fija de tipos de interés (que ofrecen los bancos), acuerdos de compra de energía a largo plazo o autoconsumo (brókeres y energéticas junto a bancos), o inflación (bancos de nuevo)". Por su parte, Luis Felipe Castellanos, socio director de Alantra Private Debt, asegura que la banca española tiene "memoria histórica" de la crisis que afectó a España entre el 2008 y el 2014 y entiende el peligro de sobreapalancar las compañías. "Las empresas más sensibles están en sectores con más apalancamiento como infraestructuras y energía. Hay proyectos fotovoltaicos que se financiaron hasta en un 80% donde próximas subidas de tipos pueden tener mucho impacto", añade.
"La deuda ICO dificulta y alarga en plazos las refinanciaciones"
Desde PwC, Francisco J. García Oliva y Enrique Bujidos confirman que compañías con ebitda recurrentes y sanos y las muy endeudadas están recurriendo cada vez más a la entrada de private equity o deuda privada. "De los volúmenes extraordinarios de deuda con garantía ICO, estimamos que en torno a 40.000 millones de euros son deuda acogida a aplazamientos máximos e incluye a compañías con más dificultades para cumplir con sus obligaciones. Aunque el volumen del problema es menor al que vivimos en 2007, estos procesos están exigiendo el reconocimiento de deuda insostenible. La existencia de deuda ICO está dificultando y alargando en plazos la gestión y refinanciación", añaden. La combinación del encarecimiento de la financiación y la subida de precios condicionará, en su opinión, la capacidad de repago de empresas que no sean capaces de trasladar a sus clientes vía precio sus incrementos de costes, sobre todo en sectores de ingeniería y construcción y contratos con el sector público.
Adriana Oller, socia fundadora de Resilience Partners, una de las gestoras pioneras en deuda privada en España, considera que "las compañías muy endeudadas y en sectores cíclicos y con costes impactados por la crisis de suministros tendrán una situación más complicada. En cuanto a la inflación, las compañías con valor añadido han podido trasladar la subida de costes a sus clientes, quizá con un gap temporal. También hemos visto a empresas gestionando más activamente su cadena de valor e incrementando stocks".