Nadie duda que el crédito al consumo ha sido una herramienta clave para el desarrollo del Estado del bienestar y la transición desde la tradicional venta a plazos, gestionada por los empresarios, a la financiación de bienes y servicios de las entidades especializadas ¿Cuántos productos no se venderían si los consumidores tuvieran que ahorrar su coste total por anticipado? Tras catorce años de aplicación de la actual directiva de crédito al consumo, la legislación de este producto financiero, tan sencillo como extendido, se encuentra en proceso de revisión con su consiguiente impacto de gran calado para la economía, las familias españolas y los distintos sectores e industrias.
Bajo estas premisas, elEconomista y ASNEF, la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito, han celebrado un observatorio para sugerir mejoras potenciales al texto propuesto, actualmente en debate en el Consejo Europeo y en el Comité de Mercado Interior y Protección del Consumidor del Parlamento Europeo (IMCO). El encuentro ha permitido identificar varios puntos esenciales de mejora para que la directiva realmente salvaguarde la protección del consumidor y promueva un mercado más garantista y competitivo en toda la UE.
El observatorio contó con la participación de la patronal CEOE, las grandes superficies de distribución ANGED, los concesionarios de automoción FACONAUTO y la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE), coincidentes en un mensaje unánime: la revisión de la regulación comunitaria impactará en todos los ámbitos de la economía española. Mantener la accesibilidad del crédito al consumo y garantizar que siga siendo un producto sencillo y seguro para el consumidor, es, sin duda, uno de los grandes retos de la normativa. Para ello, urge el necesario reconocimiento de un régimen de "misma actividad, mismas reglas" y el principio de proporcionalidad como base esencial del texto. Como matiza Ignacio Pla, secretario general de ASNEF,, la patronal de los establecimientos financieros de crédito en España, "hablamos de un tipo de crédito totalmente arraigado en las costumbres y hábitos del consumidor español". Por este motivo, otro de los aspectos más importantes sigue siendo la transparencia. En este sentido y en el actual entorno de incertidumbre, César Maurín, Director de Digitalización, Innovación, Comercio e Infraestructuras de la CEOE, coincide en "la necesidad de que la economía española cuente con productos financieros sencillos y seguros -como el crédito al consumo-, para que pueda crecer y dinamizarse, tanto en situaciones de bonanza como de crisis".
Por su parte, Marta Blázquez, Vicepresidenta Ejecutiva de FACONAUTO, ha recordado la importancia fundamental del crédito al consumo para la industria de automoción española. "Cerca de un 85% de los vehículos nuevos o usados que se venden en nuestro país son financiados. Por ello, resulta fundamental facilitar al cliente un acceso al crédito cómodo, seguro y simple", añade. Las nuevas tecnologías permiten ya vender y comprar vehículos de forma digital, por lo que "la directiva debe alinearse con los nuevos hábitos de consumo y el auge del comercio electrónico, eliminando barreras para facilitar y agilizar el proceso de digitalización en curso", asegura Blázquez.
Según un reciente estudio de ASNEF y Kantar otro de los productos más financiados en España son los electrodomésticos, un bien de primera necesidad que, en no pocas ocasiones, requiere ser adquirido con carácter inmediato, como recuerda Marta Pérez Dorao, directora general de FECE "¿A quién no se le ha estropeado una lavadora, un micro o un frigorífico y ha necesitado sustituirlo por uno nuevo lo antes posible?", se pregunta. "Son productos cuyo precio no es muy elevado y de los que el consumidor necesita disponer en el mismo momento en que decide comprarlos, casi de forma inmediata. El crédito al consumo es, en este sentido, un producto financiero imprescindible para que el cliente pueda sustituir o renovar bienes que resultan esenciales en la vida de cualquier familia española. Por ello, creemos que es fundamental que siga siendo un producto de acceso fácil y sencillo", añade Pérez.
Protección al consumidor
Las grandes superficies son el gran centro de consumo en España y Europa. Los clientes dedican parte de su tiempo libre a visitar estos lugares de ocio para cubrir sus expectativas. Desde la patronal ANGED insisten en la importancia de que la venta de bienes y servicios en estos centros de consumo se realice con plenas garantías para el consumidor. "La transparencia, tanto en la venta como en la financiación, es imprescindible para trasmitir confianza al mercado y, por lo tanto, impulsar las ventas", explica Marcos Casado, secretario general de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución . "El consumidor", recuerda, "debe poder tomar una decisión libre, consciente e informada".
Por su parte, César Maurín, Director de Digitalización, Innovación, Comercio e Infraestructuras de la CEOE, va más allá, poniendo el énfasis en la confianza empresarial. "La revisión de la directiva europea debe dotar de la suficiente seguridad jurídica al empresario para que pueda invertir, minimizando riesgos y operando bajo reglas de juego conocidas". "Sin seguridad jurídica", recuerda Maurín, "el empresario no invierte y no arriesga".
La actual normativa trabaja en mejorar y adaptar la información que se otorga al consumidor para que entienda el crédito al consumo antes de firmarlo. En este sentido, los participantes en el encuentro coincidieron en señalar que un volumen de información desmesurado y poco digerible puede resultar negativo para el consumidor y frenar una operación de compra, como detalla Marcos Casado, secretario general de ANGED. "La información precontractual debe suministrar al consumidor todos los datos necesarios significativos para comparar las distintas ofertas de cada operador (cuota, TAE, duración, coste total, etc). Hoy en día, cabe preguntarse qué consumidor lee toda la letra pequeña de un contrato como, por ejemplo, la compra de "una lavadora a plazos". El exceso de información, insiste, puede provocar el efecto contrario: desinformación y/o desinterés por parte del cliente.
La legislación debe adaptarse a los nuevos hábitos de consumo y al auge del comercio 'online'
Siguiendo con la información precontractual, otro punto importante es la antelación con la que se entrega al consumidor para que tome una decisión informada. La propuesta de la directiva europea exige entregar la información precontractual al cliente, al menos, un día antes de su compra, lo que implica que no podrá llevarse el bien, al menos, hasta el día siguiente. Todo ello con una carga suplementaria de información que, a todas luces y según las patronales, resulta excesiva. "El precio de bienes como los electrodomésticos no es muy relevante y, por tanto, debería establecerse una exención, es decir, un límite de precio por debajo del cual se permitiera al cliente adquirir el producto y financiar el mismo de manera inmediata, teniendo en cuenta el principio de proporcionalidad para este tipo de créditos de bajo importe", explica Marta Pérez Dorao, Directora General de FECE.
Burocracia y 'papeleo'
Tanto la directiva de crédito al consumo vigente como la nueva propuesta incluyen también entre sus objetivos la actividad transfronteriza para residentes de otros países de la UE y viceversa. En este sentido, los participantes del encuentro consideran clave armonizar el marco legal y homogeneizarlo en toda Europa, de manera que los derechos y deberes de los consumidores sean iguales, independientemente del país europeo donde residan. En su opinión, de esta manera se garantizaría la competitividad de las empresas españolas frente a sus homólogos europeos. "Una normativa no armonizada puede genera reglas más estrictas en un país que en otro, lo que reduce la competitividad y, por ende, la actividad transfronteriza".
ASNEF alerta de los riesgos y peligros que implica el crecimiento en España de 'fintech' no registradas
Otro de los grandes desafíos de la directiva es afrontar los nuevos hábitos de unos consumidores cada vez más digitales y el auge del comercio electrónico, con la oportunidad que implica de reducir el papeleo y la burocracia en los procesos de compra y financiación. La actual crisis está afectando de forma importante, por ejemplo, a los concesionarios, que no pueden mantener la actual sobrecarga de tareas administrativas que genera la regulación actual de crédito al consumo. "El concesionario sufre una sobrecarga burocrática y administrativa que puede y debe simplificarse con las nuevas tecnologías", confirma Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de FACONAUTO. "El desarrollo de la directiva debe ir en este sentido, aprovechando las herramientas digitales para eliminar "papeleos", advierte. En su opinión, las exigencias del crédito responsable y valoración de la solvencia del cliente "deben estar en consonancia con las nuevas tecnologías y permitir al concesionario liberarse de importantes cargas administrativas que realmente no añaden valor", matiza. De esta forma, la venta del vehículo financiado se simplificaría enormemente.
Otro aspecto que debe abordar la directiva europea es la denominada reserva de actividad: "misma actividad, mismas reglas y mismo supervisor". ASNEF alerta de los riesgos y peligros que implica el crecimiento en España de 'fintech' no registradas para los segmentos vulnerables de la población, que acuden a estas firmas no supervisadas por el Banco de España para pedir créditos rápidos sin seguridad jurídica. Ignacio Pla, secretario general de ASNEF, confirma la creciente actividad de entidades no reguladas y sin la supervisión del Banco de España que esconden condiciones financieras desproporcionadas y una total falta de seguridad jurídica y de transparencia. "Muchas de estas entidades carecen de servicio de atención al cliente e incluso hacen alarde de no evaluar su solvencia", advierte, "generando una situación de total inseguridad jurídica y de desprotección del consumidor así como un grave riesgo de sobreendeudamiento".
Entre los aspectos que debe abordar la directiva europea destaca la reserva de actividad: "misma actividad, mismas reglas y mismo supervisor"
Para mantener un elevado nivel de protección de los consumidores, la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito insiste en que la actividad de financiación "debería reservarse exclusivamente a entidades reguladas y supervisadas por el Banco de España". Sin embargo, de las cerca de 400 fintech que operan en nuestro país, solo 49 están bajo la supervisión de un organismo oficial, mientras países como Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Noruega, Polonia, Portugal y Reino Unido cuentan ya con reserva de actividad. Aunque la actual directiva de crédito al consumo establece la futura regulación de estas entidades, está por determinar qué legislación se aplicará y quién será su supervisor. "Debido a los largos procesos de aprobación de las directivas europeas, esperamos que se establezca la reserva de actividad en España a la mayor brevedad, incorporándola antes de la trasposición", señala Pla, "en aras de proteger al consumidor y disponer de un mercado en condiciones óptimas de libre competencia", concluye.
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