Empresas y finanzas

Roldán, el puente de la banca para pasar de ser problema a solución

  • Mejorar la imagen del sector y la regulación, retos prioritarios en su etapa

"Ocho años son suficientes para una presidencia". José María Roldán (Teruel, 1964) despejaba así hace justo un año la incógnita para su reelección al frente de la Asociación Española de Banca (AEB), donde hoy da el testigo a Alejandra Kindelán (Caracas, 1971).

Asumió las riendas en abril de 2014 en sustitución de Miguel Martín y, como él, decidió limitar a dos su mandado para dar pista a un nuevo equipo con el argumento de que se abre un nuevo periodo en el sector financiero, que requiere "una visión distinta".

Cercano, de verbo fácil y afable, desvelan sus próximos que bromea con que esperaba una singladura relativamente fácil ya que la banca remontaba fortalecida la crisis financiera de 2008 que derivó en una profunda concentración. Nadie auguraba las crisis por la pandemia y la guerra en Ucrania, que los tipos estuviesen en negativo desde 2016 o la fuerte digitalización, con la irrupción de nuevos jugadores que disputan negocio financiero.

El reto principal -o casi nuclear - que se vislumbraba por entonces era levantar una reputación del sector por los suelos tras la crisis, los desahucios, los escándalos de las altas retribuciones, las cláusulas suelo, etc. La banca entendió que el exdirector general de Regulación del Banco de España (13 años en el cargo) contaba con la cualificación técnica y capacidad de comunicación para ser el revulsivo necesario, además de tener un gran prestigio internacional que ha utilizado para defender al sector y sus intereses en todos los foros.

Desde su primera intervención asumió la doble misión de recuperar el prestigio con la cautela de que, "sólo con paciencia e insistencia podremos revertir la situación" y borrar la desconfianza de los clientes, y con la prioridad de "Europa, Europa y Europa". Sus próximos indican que su empeño y esfuerzo ha sido incombustible y ahora el sector, analistas externos y autoridades reconocen que la banca ha pasado de ser el problema a parte de la solución.

A favor han jugado medidas como las desplegadas para encarar la crisis donde apuntan que entendió, como los bancos, la necesidad de agilizar al máximo los créditos avalados por el ICO para salvar a empresas. Sumó también volcarse para atajar la pandemia del Covid o ahora con la crisis humanitaria en Ucrania, pero el penúltimo revés llega con las quejas de las personas mayores por la deficiente atención en las sucursales por la digitalización. La reputación -un trabajo diario y carrera de fondo como auguró el mismo Roldán- será también uno de los retos que aborde su sucesora con la mejora del servicio promovido por las entidades.

El problema de la España vaciada

Con la cercanía que le caracteriza, Roldán, turolense de pro, ha querido aclarar aquí que el problema es general, no de la banca: "Teruel, capital de provincia, no tiene otorrinos en el hospital público y esto sí que es un tema gordo", ha repetido en numerosas ocasiones para subrayar que la falta de servicios en zonas rurales no se agota en las sucursales ni es lo más problemático cuando faltan servicios sociales y asistenciales, abogando por dar una solución integral a esta realidad.

En las hemerotecas abundan afirmaciones donde expone con sencillez los desafíos y preocupaciones del sector: "Los tipos negativos es un contradiós y pagar a alguien por pedir prestado y cobrar por traer recursos es un contradiós, una contradicción", denunciaba ya en 2016 cuando el BCE comenzó a cobrar a la banca por su liquidez, añadiendo presión a sus castigados márgenes y rentabilidad, algo que aún continúa vigente.

"El café para todos no es buen camino", lamentaba en otras ocasiones frente a la supresión de los dividendos por parte del BCE, alertando de que "estigmatizaba" a las entidades y añadía presión frente a sus competidores.

Roldán ha planteado una de las batallas más intensas en materia regulación donde es experto. No se ha cansado en arremeter contra la peligrosidad de la "banca en la sombra" y demandar sin denuedo "mismas reglas para misma actividad" cuando los jugadores tecnológicos entran a competir en banca.

Ha cargado contra la complejidad y extensión de normativas como Basilea III o MiFid II con otras frases célebres como. "Imagínate si te tienes que enfrentar a las 7.000 páginas de MiFid" o "la normativa de resolución y sus desarrollos tienen más páginas que la Biblia", reclamando aliviar su peso.

Que las reglas se diriman desde hace años en Fráncfort o Londres le ha llevado además con frecuencia a foros y organismos donde se quiere fijar la posición de la banca.

Cuando llegó en 2014 a la AEB ya pugnaba por las ventajas y oportunidades que traerá la digitalización y pronto incorporó además la visión de la apuesta por la sostenibilidad. En 2019 nace Finresp, un proyecto para impulsar las finanzas sostenibles creado por vez primera por todas las patronales del sector financiero (AEB, CECA, Inverco, Unacc y Unespa) y que presidirá, hasta dar el relevo recientemente a Pilar González de Frutos.

Entre sus empeños subrayan su involucración para impulsar los programas de formación y educación financiera desde los colegios o el proyecto Experclick, la escuela tecnológica para mayores. Bajo su presidencia, la AEB y CECA han intensificado además la colaboración en múltiples proyectos.

Se elucubró con que la anticipación de que no repetiría mandato era para facilitar su fusión. "A mí me parece que una patronal unificada tendría más potencia de defensa de los intereses de la banca española en Europa", llegó a decir, como "reflexión". Que ocurra o no ya queda para futuras etapas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky