
"Dependemos demasiado de los combustibles fósiles rusos. Debemos garantizar un suministro de energía fiable, seguro y asequible a los consumidores europeos. Con el Pacto Verde Europeo, sabemos cómo conseguirlo. Pero tenemos que avanzar más rápido", aseguró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras presentar un plan para reducir en dos tercios la dependencia de Europa del gas ruso de aquí a finales de año y poner fin a las importaciones antes de 2030, ""no podemos confiar en un proveedor que nos amenaza explícitamente".
En plena escalada de la tensión con Rusia, Europa tiene un problema. Un 40% del gas que importa la Unión Europea es ruso. Mientras que Estados Unidos y Reino Unido, con una mayor independencia energética, pueden permitirse dar un paso más en las sanciones y prohibir las importaciones de petróleo, la UE apenas aspira a reducir sus compras.
Esto supone una ruptura en la, hasta ahora, unificada postura de occidente frente al Kremlin pero, sobre todo, expone las debilidades de los diferentes socios de la Unión Europea. La estrategia de la Comisión tiene dos pilares principales. Por un lado, aspira a reducir la dependencia de Rusia incrementando las importaciones de gas natural licuado de países como Estados Unidos, Egipto, Argelia, Catar, Nigeria o Noruega. Para eso, sin embargo, es necesario mejorar las infraestructuras para el transporte y también el almacenamiento de dicho gas. De hecho, otra de las medidas propuestas por Bruselas es obligar por ley a los países de la UE a garantizar que las reservas están al 90% antes del 1 de octubre, aunque en Europa no preocupa el suministro a corto plazo.
Por otro, Bruselas quiere acelerar el proceso de transición hacia energías renovables para hacer a la UE más independiente energéticamente, incrementar la producción de biocombustibles y acelerar el uso del hidrógeno renovable. La Comisión presentará una estrategia para la expansión de la energía solar en junio y una propuesta para simplificar y reducir la burocracia en la planificación de los proyectos de energías renovables en mayo.
Sin embargo, esto es apenas una hoja de ruta, un esbozo de qué pasos son necesarios. Pero dependerán en gran medida de la voluntad -y la capacidad- de los gobiernos de revertir una situación que se ha consolidado durante décadas. A día de hoy, y a corto y medio plazo, sigue sin haber una alternativa viable al gas ruso.
Pero los consumidores llevan meses notando el impacto de la escalada de tensión con Rusia en el precio de la luz. Por primera vez, la Comisión Europea se abrió este martes a ampliar las medidas sobre la mesa para abordar la crisis energética, incluida una intervención de los precios, tal y como pedía España, aunque de momento no es una propuesta como tal, sino una posibilidad que por primera vez está sobre la mesa.
"Para hacer frente a la emergencia actual, la Comisión estudiará todas las opciones posibles de medidas de emergencia para limitar el efecto de contagio de los precios del gas en los precios de la electricidad, como límites de precios temporales", reza el documento presentado por la Comisión, que añade que consultará "con carácter de urgencia" a todos los actores interesados para proponer opciones concretas "en las próximas semanas".
También examinará Bruselas el funcionamiento de los mercados y estudiará la posibilidad de adaptarlos, aunque el ejecutivo lleva meses oponiéndose a tomar medidas estructurales por cuestiones coyunturales. Lo que sí recoge negro sobre blanco la propuesta es que Bruselas da la posibilidad a los gobiernos de gravar de manera inmediata los beneficios extraordinarios que las energéticas pueden estar percibiendo como resultado de la escalada de los precios. Aunque eso sí, tendrá que hacerse de manera limitada, temporal y siempre y cuando no afecte a la libre competencia.
Bruselas presentará una estrategia para la expansión de la energía solar en el mes de junio
Durante meses, el gobierno de Pedro Sánchez presionó sin éxito a Bruselas para que tomara medidas estructurales que permitieran limitar el impacto del incremento del precio del gas en la factura de la luz. Ni siquiera los récords históricos casi a diario fueron suficientes para convencer a la Comisión, que se limitó a abrir la puerta al uso de ayudas de estado para apoyar a las empresas más afectadas o introducir reducciones de impuestos o una limitación de precios exclusivamente para los colectivos más vulnerables.
Seis meses después, la guerra en Ucrania y la creciente tensión con Rusia, que amenaza con poner en jaque el suministro a Europa, lo ha cambiado todo, pero aun así, la propuesta de la Comisión Europea sobre este asunto está muy lejos de lo que exige España. Los líderes de la Unión Europea discutirán los distintos planes para abordar la crisis energética provocada por los últimos movimientos geopolíticos de los últimos meses durante una cumbre informal programada que se celebrará, según las previsiones, los próximos jueves y viernes de esta misma semana en Versalles, Francia.