Empresas y finanzas

Este MWC también ha sido el 'Metaverse World Congress'

  • Operadores y fabricantes toman posiciones en los nuevos entornos virtuales
  • El metaverso multiplica el valor de las redes de alta capacidad y de bajas latencias
Espacio virtual de Metrovacesa en el Metaverso

El Mobile World Congress (MWC) cierra hoy sus puertas con la sensación de la vuelta a la normalidad postpandémica, aunque con la congoja por la guerra en Ucrania y sus dolorosas derivadas. Al margen del conflicto bélico, la Fira de Barcelona ha recuperado los negocios a pie de stand y el espectáculo de las presentaciones globales de producto. La edición de 2022 promete pasar a la historia por la incorporación avasalladora de los metaversos en la fraseología del sector tecnológico.

Todas las grandes empresas han acogido el término con el entusiasmo del que descubre un filón rebosante de riqueza y de posibilidades para las comunicaciones, las industrias 4.0, el divertimento, la educación, la sanidad y las relaciones sociales.

Por todo lo anterior, el MWC ha hecho méritos este año para también ser acrónimo de Metaverse World Congress, puesto que ningún gran expositor quedó al margen del fenómeno. La realidad virtual, aumentada, mixta y extendida ya existía mucho antes de que Facebook pusiera de moda el concepto el pasado noviembre. El denominado Gemelo Digital, también aprovecha la fuerza de las meta realidades para multiplicar la productividad, ahorros, eficacia y escalabilidad de cualquier desarrollo industrial.

El metaverso incrementa el valor de aquellos operadores de telecomunicaciones dueños de las infraestructuras, ya que sus redes sustentan y permiten dichos entornos virtuales. El tráfico online crecerá a ritmos del 50% en los próximos años, impulsado por este Internet en tres dimensiones que magnifica la interacción de los usuarios y de los objetos conectados. El metaverso, como protagonismo de este nuevo capítulo en la historia de las telecomunicaciones, requiere de anchos de banda simétricos, con altas capacidades y velocidades, bajas latencias. También el edge computing, los estándares en conectividad, el desarrollo de aplicaciones, la comprensión de vídeo, la hiperconectividad y que los fabricantes de dispositivos aligeren los precios y pesos de sus visores de realidad virtual.

En el marco del MWC abundan las aplicaciones y nuevos usos del metaverso. Especialmente clarividente es el futuro inmediato que dibuja Ericsson desde su stand, donde la robótica y las redes de telecomunicaciones se hermanan como si fueran cuerpo y alma. Telefónica también se ha puesto manos en el asunto, junto con Meta (Facebook), con la creación de un centro global de innovación para el metaverso en Madrid, con el objetivo de que startups y desarrolladores puedan beneficiarse del ecosistema de innovación abierto que propugna la teleco. El metaverso expuesto estos días en MWC no es una burbuja, nada que ver, sino una interesante oportunidad para las compañías que invierten y confían su futuro a la innovación.

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