
El nexo entre la banca y la deuda soberana se ha reforzado frente a niveles prepandemia a pesar de los ajustes de cartera protagonizados por las entidades en los últimos meses. Y ahí, el sector bancario español destaca como el que más ha engordado su exposición en Europa tras el sistema italiano. Su inversión en títulos soberanos crece en 83.000 millones de euros entre el cierre del ejercicio 2019 y el pasado mes de junio, tan solo superado por los 97.000 millones que añaden a su contador los bancos transalpinos y lejos de los 39.000 millones que sumaron las entidades francesas, siendo las terceras del ranking.
Son algunos de los datos sobre los que llama la atención la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) entre la documentación divulgada con motivo del ejercicio de transparencia efectuado a 120 entidades de 25 jurisdicciones para pulsar su capacidad de resistencia a potenciales shocks. Su primera conclusión es que, al cierre de junio, las entidades europeas aún cargaban con 3,3 billones en títulos de deuda pública frente a los 3,4 billones de junio del 2020 y "aún por encima de los niveles observados en diciembre de 2019", cuando su ascendía a 3,1 billones.
El comportamiento ha sido dispar por sistemas financieros. En términos relativos son los bancos de Hungría, Letonia y Polonia los que más crecen su exposición, pero en cifras absolutas ganan por goleada las entidades italianas, españolas y francesas. Al otro lado, los mayores ajustes en cifras absolutas corresponden al sector bancario alemán (su portfolio cae en 30.000 millones), belga (reducen exposición en 29.000 millones) y la banca de la República Checa (-16.000 millones).
Se ha tratado, sin embargo, de un viaje casi de ida y vuelta ya que las exposiciones soberanas globales crecieron un 10% entre diciembre de 2019 y junio de 2020 "en medio de la creciente agitación de los mercados" para "reforzar sus carteras de activos seguros", en palabras de la EBA. Coincidió además con el apoyo brindado por las entidades a la economía ya que acudieron con sus compras a cubrir las emisiones realizadas por los Tesoros para desplegar las medidas frente al Covid. La volatilidad posterior y las oportunidades que la caída de los rendimientos presentó alentó a hacer caja, con descensos del 0,30% en el segundo semestre del 2020 y del 1,7% en el valor de la exposición durante el primer semestre de 2021.
A escala doméstica los datos acopiados por la EBA en su examen de transparencia en las diez entidades españolas analizadas -CaixaBank, Santander, BBVA, Abanca, Sabadell, Grupo Cajamar, Bankinter, Ibercaja, Kutxabank y Unicaja- reflejan, sin embargo, comportamientos dispares. Su portfolio conjunto ascendía al cierre de junio a 477.031 millones de euros, cifra que rebasa en un 7,7% la existente al cierre del año 2019 y en un 16,45% o en 67.408 millones la cuantía de cierre del 2020. Recoge la deuda de todos los países y todas las administraciones públicas, incluidas empresas públicas.
La evolución difiere por entidades y mientras que en BBVA se mantiene casi invariable en el año y medio estudiado por la EBA, en Sabadell, Santander y Unicaja cae y en resto de entidades aumenta en porcentajes que llegan, incluso, a exceder el 50% en algún caso.
Algunas entidades han atribuido las nuevas inversiones en sus informes financieros a una recomposición de carteras que deshicieron durante los momentos más complicados del 2020 cuando la situación y los supervisores aconsejaron acopiar hucha en provisiones para encarar potenciales riesgos o por ventas excepcionales para costear nuevas partidas como ajustes de plantillas o para ayudar a la cuenta.
Con todo, el peso de la exposición en deuda soberana de la banca española representa un 14,30% del total de sus activos, lo que se sitúa casi en línea con el 12,10% de promedio europeo. La peor relación corresponde a los sistemas financieros de Polonia, Portugal y Rumanía, donde la inversión en títulos soberanos alcanza el 30,60%, 22,80 y 20,90%; y el menor peso corresponde a Estonia (4,30%), Suecia (4,90%), Malta (5,30%) y Dinamarca (5,60%).
Aunque la apuesta por la deuda en apoyo de los Tesoros ha sido una tendencia generalizada, los supervisores la tienen bajo lupa. El penúltimo en poner el acento en el riesgo que entraña el nexo banca-Estado ha sido el Banco de España en su último Informe de Estabilidad Financiera, donde alertó de que las "elevadas interconexiones financieras" entre los bancos y el sector público "puedan plantear, en determinados contextos, riesgos para la estabilidad financiera". A los supervisores les preocupa que un aumento del coste de financiación del soberano empeora el balance de los bancos o viceversa.
Peso del BCE
El Banco Central Europeo (BCE) continúa siendo uno de los principales inversores del Tesoro a pesar de la actividad de la banca. El organismo presidido por Christine Lagarde controlaba el pasado mes de agosto 359.917 millones de euros en deuda pública del Tesoro español o el equivalente al 31,66% emitido. Supone un salto de 147.319 millones frente a los 212.598 millones que tenía antes de que estallase la crisis sanitaria al finalizar 2019 y cuando equivalía al 21,61% de la deuda emitida. Su presencia como inversor clave ha ganado peso de la mano de las mayores necesidades en financiación de los Tesoros. La mayor cuota la tienen, sin embargo, los inversores extranjeros, con 497.475 millones en deuda española en agosto pasado (un 43,76%), seguido por la banca nacional, con 149.704 millones (13,17%).