La crisis de trabajadores en Reino Unido no tiene visos de mejorar, más bien todo lo contrario. Mientras el primer ministro británico, Boris Johnson, sigue enfrascado en paliar la escasez de conductores de camiones, otro sector amenaza con sufrir las consecuencias de la salida de trabajadores cualificados tras el Brexit: la banca.
La dependencia de los servicios financieros de Reino Unido del talento internacional, en su mayoría procedente de la Unión Europea, es bastante significativa. De los 1,1 millones de personas que trabajaban en el sector, una quinta parte son extranjeros. La dificultad para atraer personal extranjero empieza a convertirse en un problema para el sector debido a las trabas burocráticas, según un informe elaborado por el grupo de presión TheCityUK, la City of London Corporation y la consultora EY.
El paso de la era preBrexit a la actual se ha notado tanto en la dificultad de los trámites de inmigración como en el coste de la contratación. El informe señala que el coste actual de trasladar a Reino Unido a un trabajador, junto a su pareja y sus dos hijos, durante cinco años con el proceso de visado de nivel 2, asciende a más de 21.000 libras (casi 25.000 euros).
Las trabas burocráticas afectan también a los viajes de negocios de corta duración, aumentando su coste, los plazos y los trámites para cumplir con el nuevo régimen de inmigración. Para solucionar este punto, sería necesaria la creación de un visado de negocios híbrido de corta duración que sustituya al visado de trabajo, que no se ajusta a las características de los viajes de negocios.
La escasez de trabajadores no está relacionada con la situación migratoria
Con los puestos vacantes rozando los 1.000.000 y a pesar de haberse visto obligado a aprobar la expedición de 10.000 visados de trabajo temporales y la movilización de 200 efectivos del Ejército para facilitar las tareas de la distribución de la gasolina, Boris Johnson considera que no existe relación entre la crisis migratoria y la escasez de trabajadores, según recoge Europa Press.
La escasez de trabajadores se está sintiendo en múltiples sectores del país, los stocks de las empresas británicas han caído a mínimos de 1983 -algunas como KFC o McDonald's han tenido que reducir sus menús-, y puede desembocar en unas Navidades desabastecidas. Según Ian Wright, director de la Federación de Alimentos y Bebidas de Reino Unido, el país se enfrenta una "escasez permanente" de alimentos y bebidas.
Por su parte, el primer ministro británico asegura que se trata del "efecto de la tensión de la economía de Reino Unido causada por ser el grupo de países industrializados de más rápido crecimiento del G-7".
De no revertirse esta situación pronto, el Gobierno británico se plantea obligar a los internos en las prisiones británicas a conducir los camiones.