Estos días se cumplen 2.000 días de la llegada de José María Álvarez-Pallete a la presidencia de Telefónica y tan redonda cifra invita al análisis. Desde aquel 8 de abril de 2016 hasta la fecha, la teleco ha protagonizado una de las mayores transformaciones de su casi centenaria historia. El balance de este suma y sigue arroja un puñado de magnitudes de diferente signo. Por un lado, los inversores recuerdan que el valor de la compañía rondaba los 9,31 euros cuando Alierta cedió el bastón de mando, frente a los 3,99 euros actuales, con una caída de casi el 57,1% en ese plazo, pero también con una revalorización del 22,71% en el último año. Para descargo de la multinacional española, y salvo contadas excepciones, el conjunto de su sector europeo también ha sufrido parecida suerte bajista.
Si el rendimiento en bolsa emborrona la fotografía, la batalla por sanear financieramente la compañía compensa otros sinsabores. La deuda se ha reducido a la mitad en los últimos cinco años y cinco meses de gestión de Álvarez-Pallete, desde los 52.000 millones de la primavera de 2016 a los 26.200 millones de este verano, una vez excluidos los arrendamientos. Esta batalla por el desapalancamiento puede darse por ganada, una vez que la teleco ha alcanzado unos niveles de endeudamiento por debajo de la media del sector. Entre otros datos singulares del pasado verano, el consenso de Factset proyectaba el pasivo de Telefónica para finales de año en 1,8 veces su ebitda (beneficio antes de impuestos, intereses, amortizaciones y depreciaciones), frente a las 3 veces que se preveía a comienzos del ejercicio, en una posición ventajosa frente a la media de las 10 grandes del sector, con una deuda de 2,6 veces ebitda. Únicamente la suiza Swisscom y la finlandesa Elisa Oyj esperan un apalancamiento menor que la española para finales del próximo diciembre. Otro aspecto alentador para Telefónica se aprecia en la deuda en divisas latinoamericanas, que ha alcanzado ya el 30% de los compromisos financieros de toda la compañía, incluyendo arrendamientos, frente al 16% de junio de 2020 y el 21% de marzo de 2021.
En el saneamiento resultaron determinantes tanto la generación de caja de la teleco como las desinversiones realizadas, ventas que se han alternado con operaciones corporativas de crecimiento. El free cash flow ha superado los 25.000 millones de euros en los cinco últimos años, con una media de 5.000 millones anuales. Incluso en un año tan difícil como 2020, la compañía generó un flujo de caja libre de 4.794 millones.
La pandemia ha convertido la conectividad en vacuna de salvación de millones de negocios
De forma resumida se aprecian cinco grandes hitos en el último lustro de Telefónica: la fusión de O2 con Virgin Media para crear un operador líder en Reino Unido; la entrada de inversores como KKR y Pontegadea en Telxius; la compra, junto con TIM y Claro, del negocio móvil de Oi en Brasil; la venta de las torres de Telxius a unos múltiplos récord; la creación de vehículos de fibra en Alemania y Brasil y las recientes alianzas con KKR para desplegar fibra en Chile y Colombia. Las plusvalías procedentes de las distintas operaciones han reforzado el balance del grupo con un aumento del patrimonio neto superior a los 10.000 millones de euros al cierre de junio y con una liquidez de 26.924 millones de euros.
Los clientes de la teleco se fijaron en 367,2 millones de accesos en junio de 2021, frente a los 321,9 millones de finales de marzo de 2016. Los ingresos trimestrales entonces fueron de 10. 784 millones, frente a los 9.964 millones del segundo trimestre de este ejercicio. El Ebitda se ha cuadriplicado, desde los 3.376 millones del primer trimestre de 2016 a los 13.469 millones de los últimos resultados trimestrales del pasado verano, mientras que el beneficio neto se ha multiplicado por diez en el mismo plazo, desde los 776 del primer trimestre de 2016 a los 7.743 del segundo trimestre de 221.
Las unidades inmobiliarias de fibra hasta el hogar (FTTH) y VDSL se han multiplicado por 6,5 desde el cierre de 2015, para pasar de 7,9 millones a 51,4 millones de unidades. La red de ultra banda ancha (UBB) alcanzó al cierre de este año un récord de 154,7 millones de unidades inmobiliarias pasadas.
La reinvención de Telefónica en los 2.000 últimos días ha coincidido con una transformación espectacular de la sociedad en el mismo plazo, especialmente en el último año y medio por culpa del Covid-19. Así, el Planeta se ha convencido del valor de la digitalización para la prosperidad de las personas y las empresas. Por si quedaba alguna duda, la pandemia ha convertido la conectividad en vacuna de salvación de millones de negocios abrazados al teletrabajo. En situaciones tan extremas se justificaron las inversiones en redes de fibra óptica, un esfuerzo que tanto Telefónica como sus más directos competidores españoles, emprendieron antes y más rápido que el resto de sus iguales del continente. Así, la cobertura 4G alcanza a más del 90% de la población en los cuatro principales países en los que opera (España, Alemania, Reino Unido y Brasil), con el despliegue acelerado del 5G en sus grandes mercados, donde en España ya está a disposición del 80% de la población.