
Después de siete años como presidente de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), Jaime Echegoyen presentó el pasado viernes su dimisión al cargo por "motivos personales". Su renuncia se produce en un momento de cambios para la compañía, debido a que, recientemente, el Gobierno ha decidido tomar el control de la Sareb, aunque antes debe buscar la fórmula legal para conseguirlo y hacerse con más de la mitad del capital de la empresa que no está en manos del Estado.
Poco más de un mes antes de que Echegoyen plantease esta decisión, concretamente a finales de marzo, Eurostat decidió incorporar la Sareb dentro del perímetro de las cuentas del Estado, lo que obligó a sumar unos 35.000 millones de deuda pública y más de 10.000 millones de déficit -también se incorporó al ámbito público la cartera de Sareb, lo que permitirá reducir el volumen de deuda a medida que se vendan sus activos-.
El Gobierno, a partir de ahí, comenzó a barajar la idea, según fuentes del Ejecutivo, de que si el riesgo de la sociedad lo asumía íntegramente el Estado tenía más sentido que la Sareb dejara de tener accionistas privados y pasara a ser una sociedad pública al 100%.
Desde su creación en el año 2012, el conocido como banco malo quedó inicialmente fuera de las cuentas públicas debido a que la participación del Estado era inferior a la mitad -45,9%-, pero la oficina estadística ha cambiado de criterio, dado que el Estado es avalista de la deuda sénior y que la compañía ha incumplido algunas de las condiciones establecidas en el momento de su creación -en su nacimiento se apuntó que la sociedad no debía tener pérdidas significativas-, entre otros aspectos.
Sareb cerró 2020 con unas pérdidas superiores a 1.000 millones, un 13% más
De hecho, al cierre del ejercicio de 2020, Sareb presentó unas pérdidas de 1.073 millones de euros, unos números rojos un 13,3% superiores a los registrados un año antes, 947 millones de euros, aunque en línea con las previsiones realizadas por la compañía antes de la pandemia. En un año marcado por la ralentización económica provocada por la crisis sanitaria y en el que su estrategia de ventas estuvo marcada por la prudencia para evitar los importantes descuentos exigidos en el mercado, sus ingresos registraron una caída del 38%, hasta los 1.422 millones de euros.
Transformación de cartera
Sin embargo, esto no es lo único que queda bajo su legado. Y es que bajo el mandato de Echegoyen -que continuará desarrollando su actividad hasta que se elija a su sucesor tras la próxima junta de accionistas, prevista para finales de mayo-, Sareb ha abordado un proceso de transformación de su cartera a través de iniciativas de creación de valor, como son la promoción inmobiliaria y la finalización de obras paradas. Sareb ha desarrollado estrategia de acuerdos con la Administración para impulsar la vivienda social, con un parque comprometido que alcanza las 15.000 viviendas.
Otro de los acuerdos llevados a cabo por Sareb, concretamente ayer mismo, es el suscrito con la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) para impulsar la comercialización de 3.380 suelos rústicos entre agricultores y ganaderos -la cartera de suelo rústico de la sociedad asciende a 3.380 unidades valoradas en 431 millones de euros-. Dicho acuerdo tendrá una vigencia de un año prorrogable tácitamente por periodos naturales.
Casi 120.000 inmuebles
A lo largo de sus ocho años de vida, Sareb ha conseguido unos ingresos que rondan los 28.000 millones de euros con la gestión de los préstamos morosos y la venta de alrededor de unos 120.000 inmuebles desde su origen.
La cartera que le fue traspasada en el momento de su constitución (50.781 millones de euros) se ha reducido en torno a un 40%, más de 19.000 millones de euros. Además, Sareb ha cancelado 15.863 millones de euros de la deuda que emitió en su origen, lo que supone una reducción del 31,2% de la cantidad inicial. Las entidades cedentes han recibido directamente desde Sareb el pago de casi 2.800 millones de euros.
Después de conocerse la decisión del actual presidente, el Consejo de Administración decidió que propondrá para el cargo al actual consejero delegado, Javier García del Río, que se incorporó a la compañía en febrero de 2020.