Europa necesita más actores en el mercado para conseguir que el 70% de la población esté vacunada a principios de julio. Con los 380 millones de dosis que la Comisión estima que recibirá en el segundo trimestre (más el trabajo realizado hasta el 31 de marzo) no será suficiente. Hacen falta más viales y si las farmacéuticas que ya gozan de una autorización para su vacuna no pueden entregar más, hay que contemplar la llegada de nuevos actores.
Hasta el 30 de junio, estos son los datos oficiales de la estimaciones europeas. De Janssen, el único antígeno monodosis, llegarán a España 5,5 millones. Además, Pfizer enviará 20, Moderna 3,5 y de AstraZeneca serán 7 millones, si no hay nuevas sorpresas en su suministro. Estas dosis servirían para inmunizar a 20,75 millones de españoles. A esta última cifra habría que sumar lo realizado durante el primer trimestre. A 31 de marzo podrían estar inmunizadas 3 millones de personas, por lo que sumarían en total 23,75 millones de ciudadanos; el 50% de la población española.
En el calendario de la Agencia Europea del Medicamento se encuentran ultimando su examen Novavax y Curevac. Ambas vacunas entraron en el proceso de rolling review el 3 y el 12 de febrero, respectivamente. Según las compañías, la primera apunta a que su autorización sería entre abril y mayo; la segunda habla del segundo trimestre, pero podría ser entre mayo y junio. Entre ambas, llegarán a España en 2021 43,4 millones de dosis, si bien no hay estimación para antes del verano.

Sin embargo, Europa aún tiene mucho trabajo por hacer con la primera de estas vacunas, la de Novavax. Es la única gran economía que aún no ha cerrado el preacuerdo firmado con la farmacéutica y por el que se pactaron 200 millones de dosis. Mientras la Comisión divaga, las empresas relacionadas con este antígeno trabajan. Un ejemplo de ello es la gallega Zendal, fabricante de la vacuna para Europa. Llevan semanas trabajando y ya tienen terminados nueve viales de 1.000 litros cada uno.
La necesidad de avanzar en la campaña de vacunación es un clamor incluso dentro del propio Gobierno. Este lunes fue la ministra de Economía, Nadia Calviño, la que alzó la voz pidiendo celeridad. "El proceso de vacunación iniciado a finales del año pasado supone un punto de inflexión y nos permite ver la luz al final del túnel. Por eso, la prioridad de la política económica es acelerar la campaña de vacunación para que, cuanto antes, podamos recuperar los niveles de actividad y, sobre todo de movilidad internacional, que teníamos antes de la pandemia", subrayó antes de reunirse con el Círculo de Empresarios Vascos para abordar la actual situación económica y los fondos europeos.
Los errores del bloque
La escasez de vacunas es un hecho, pero también lo es que los ritmos de vacunación son distintos según el país con el que se compare. En Europa, es inevitable establecer una relación con lo que ocurre en Estados Unidos y Reino Unido. En el primero de ellos el porcentaje de ciudadanos que ha recibido una dosis es del 37,22%, mientras que en el segundo es del 43,99. La media de la Unión Europea, por el contrario, es del 12,97 y España se sitúa con el 12,82.
Las razones por las cuales, en proporción, están llegando más dosis a los dos países mencionados respecto a Europa se cocieron en 2020. Mientras Estados Unidos regó con miles de millones de dólares a las empresas farmacéuticas para que trabajaran en la vacuna, Europa se dedicó a comprar dosis. Es decir, mientras que uno actuó como mero comprador, el otro lo hizo como un fabricante más. Ahí está la respuesta al por qué Moderna envía la mayor parte de su producción a Estados Unidos o por qué AstraZeneca trata mejor a Reino Unido que a Europa. La excepción ahí es Pfizer y la razón también es clara (y doble): es una alianza con un socio alemán y es la única financiada solo con dinero privado.
A esto se le suma la celeridad a la hora de cerrar los contratos. Pfizer y Moderna se hicieron casi a la vez que la aprobación europea, AstraZeneca se hizo antes, pero más tarde que Reino Unido o Estados Unidos, que incluso financió el proyecto. Además, también hubo un componente de mala suerte. Una de las grandes apuestas de la Comisión Europea salió mal. En la vacuna de Sanofi y GSK se pusieron muchas esperanzas para verla en el mercado esta primavera y no estará lista hasta diciembre.
¿Habrá confianza en AZ?
Mientras llegan nuevas vacunas, no se puede perder tiempo con las que ya están en España. El caso AstraZeneca podría minar la confianza de los ciudadanos en el antígeno y con ello, retrasar la vacunación. Este lunes la compañía desveló su estudio donde certifica que es segura y tiene una eficacia del 70%. Por la tarde, el Ministerio de Sanidad decidió ampliar su uso hasta los 65 años, días después de haberla suspendido por su posible vinculación con trombos sanguíneos. El miércoles se volverá a usar en España.
Mientras la Comisión Europea sigue negociando (más de tres meses lleva) la compra de la quinta vacuna contra el coronavirus, (la de Novavax) las empresas que están vinculadas a su fabricación no descansan para poder ofrecer dosis desde el minuto uno. Es el caso de la gallega Zendal, que desde que comenzó los trabajos hasta hoy ya ha producido nueve viales de 1.000 litros cada uno. Junto al trabajo de la empresa gallega también hay una planta de fabricación de la propia Novavax en República Checa. Por su parte, Curevac se apoyará en Bayer y Novartis para acelerar el ritmo de fabricación de vacunas para el bloque europeo.