
Cientos de miles de empresas y autónomos se han quedado fuera de las ayudas directas aprobadas por el Gobierno para mitigar los efectos del coronavirus. El Real Decreto Ley 5/2021 de 12 de marzo, que articula el reparto de los 11.000 millones a través de tres fondos, se ha dejado olvidadas actividades tan dañadas por la pandemia como las peluquerías, centros de estética, academias de formación no reglada (música, baile...), autoescuelas, floristerías o tiendas de souvenires, mientras que sí que incluye negocios que nunca han sido restringidos, como los estancos (permanecieron abiertos durante el confinamiento), las tiendas de informática o de repuesto de ordenadores, que en algunos casos han llegado a mejorar sus resultados por el auge del teletrabajo.
"El sector de las peluquerías y centros de estética supera los 50.000 autónomos y empresas que no podrán acceder a las ayudas directas pese a los cierres. Se han metido a 95 actividades y se han dejado fuera a muchas que han sufrido muchas restricciones", denuncia el presidente de ATA, Lorenzo Amor, en declaraciones a este diario tras preguntarse qué criterio objetivo habrá seguido el Gobierno para "incluir a las casas de apuestas y juegos de azar entre los beneficiarios de las ayudas" y descartar a los agentes comerciales, tiendas de decoración y muebles o empresas que se dedican al alquiler de bicicletas.
El RDL de "medidas extraordinarias de apoyo a la solvencia empresarial en respuesta a la pandemia de la COVID-19" incluye de forma desigual a actividades que, pese a no haber estado directamente prohibidas o restringidas durante la pandemia, se han visto afectadas de forma indirecta. Por ejemplo, se ha dejado fuera del texto a los talleres de reparación de vehículos, las tiendas de piezas de recambio para coches o el sector de las grúa. Estas actividades no se han visto directamente restringidas pero al prohibirse la movilidad el negocio se ha visto fuertemente golpeado por la menor demanda de reparaciones, mantenimiento o asistencia en carretera, por ejemplo. Por su parte, en el campo de la reparación y el mantenimiento, si que se incluye el aeronáutico, el espacial, el de calzado y textil.
Otro sector que se ha quedado fuera es el transporte de mercancías y la logística. Si bien es cierto que la actividad fue considerada indispensable durante el confinamiento y que el comercio online ha crecido con fuerza en 2020, muchas empresas y autónomos se han visto duramente afectados por el cierre de los bares, restaurantes y hoteles (Horeca) y la menor demanda. Según Astic, el transporte de mercancías por carretera ha sufrido una caída del 12% de media, pero sí que hay casos de pymes que han registrado descensos de más del 30%, que es la pérdida de actividad que hay que demostrar para poder acceder a los 7.000 millones de ayudas directas o a los 3.000 millones destinados reestructurar la deuda. Así, en el transporte de mercancías hay dos caras y unas firmas han mantenido el tipo mientras que otras han tenido problemas por la desaparición de sus clientes y la burocracia por el Brexit.
"Nos pondremos en contacto con el Ministerio de Asuntos Económicos para que modifique el listado de actividades. No se puede dejar a ningún autónomo o empresa atrás. Una cosa es lo que se ve desde los ministerios y otra la economía real. Pensamos que ha sido un olvido al haber tantas actividades y que se tendrá que solucionar rápidamente", explica Lorenzo Amor. En este punto, señala que lo ideal es que el RDL permita a cualquier empresas o autónomo de cualquier sector solicitar las ayudas si demuestra un deterioro de su actividad del 30 o 40% por la pandemia.
En cuanto a las actividades que sí que están incluidas en el RDL destacan las que se dedican al transporte de pasajeros, que se han visto directamente muy dañadas por la pandemia y el desplome del turismo. Así, los taxistas, que registran descensos de la facturación de más del 60%, se podrán acoger a las ayudas directas, igual que las compañías de autobús, muchas cerca de la quiebra, o las empresas de alquiler de vehículos y de motor ligeros. También se incluyen a las compañías de transporte urbano de pasajeros, aerolíneas y navieras y actividades relacionadas o anexas a los mismos. A su vez, se incluye el comercio al por menor de ropa, alojamientos turísticos, campings y parkings de caravanas, así como empresas de edición de periódicos, cines o actividades relacionadas con la fotografía.
Aunque la actividad se encuentre entre las 95 elegidas, acceder a las ayudas no es automático. Además de probar una pérdida de ingresos del 30%, las empresas tienen que haber solicitado previamente un crédito ICO para garantizar su solvencia durante la pandemia, demostrar que tiene problemas de liquidez y que ya ha negociado alternativas con la banca así como prorrogado los ICO.