El Grupo Bon Preu anunció este jueves por sorpresa su desestimiento de comprar la cadena de supermercados Caprabo, tras meses de contactos con el Grupo Eroski -propietario de la enseña catalana- que se habían llevado con discreción. Como motivo, adujo "disparidad de criterios sobre el planteamiento de la operación y el desacuerdo en las expectativas económicas entre las partes".
Y es que la voluntad de Eroski era la de buscar un socio minoritario financiero o industrial con el que sanear la estructura financiera e impulsar el plan de inversiones de Caprabo, y para ello contrató a la consultora PwC a finales de 2019, si bien el interés de Bon Preu ha pasado siempre por planes de control.
Tras la ruptura de las negociaciones, el grupo dueño de las cadenas de supermercados Bonpreu y Esclat sacó pecho en su comunicado, anunciando que cerrará el ejercicio 2020 con una facturación de 1.620 millones de euros y un crecimiento del 20% en alimentación respecto al año anterior, y que seguirá potenciando su crecimiento a través de su "expansión territorial según los planes establecidos".
Su previsión para este año es seguir con su plan de inversión de más de 145 millones, que se destinarán a 11 nuevos establecimientos Bonpreu y Esclat, nuevos centros logísticos, la potenciación del servicio de compra por Internet y el crecimiento de la comercializadora de energía eléctrica BonpreuEsclat energía.
Por su parte, Caprabo prevé la apertura de una docena de supermercados en Cataluña en 2021, que se sumaran a su red de más de 300 establecimientos en la comunidad autónoma.
La compañía, que emplea a 6.000 personas, inauguró en junio una plataforma logística en El Prat (Barcelona) con una inversión de 20 millones. Desde Eroski declinaron hacer comentarios, si bien fuentes próximas a los contactos señalaron que siguen las negociaciones con otros interesados.