
El mercado espera que Airbus termine el año de la pandemia con beneficios gracias al arreón del cuatro trimestre y el ajuste de más del 30% de la producción. Según recoge el consenso de analistas elaborado por FacSet, el fabricante cerrará 2020 con un beneficio ajustado de 889 millones frente a las pérdidas de 1.367 millones registradas en 2019 por las cargas derivadas del avión A400M. El consenso de Bloomberg apunta un beneficio de 953 millones.
"Airbus ha recortado la producción de aviones y ha logrado defender las entregas, que han superado las expectativas, por lo que el control de los inventarios ha frenado la salida de caja, llegando a ser positiva en el cuatro trimestre. Han acabado el año fuertes y ha sido buen ejercicio debido a lo complicado del año", señala Álvaro del Pozo, analista de Sabadell, que también prevé un buen final de año para el fabricante con un ebitda ajustado de 1.797 millones y un beneficio neto ajustado de 1.250 millones sólo entre octubre y diciembre, lo que permitirá compensar los números rojos ajustados de 424 millones de segundo trimestre del año.
Eso sí, los resultados reportados arrojarán pérdidas ya que la cotizada europea se ha apuntado fuerte provisiones para realizar los ajustes de producción y de personal, que en España siguen adelante. En los nueve primeros meses del año perdió 2.686 millones.
La compañía presidida por Guillaume Faury, que presentará resultados el jueves 18 de febrero, ha terminado el año de la pandemia con 566 aviones entregados, un 34% menos que en 2019, pero más que lo previsto por los analistas. Así, aunque apenas ha recibido pedidos en los últimos meses, las entregas se han ido acelerando en el segundo semestre pasando de las 125 de verano a las 225 de los últimos tres meses del año.
Esta mejora, que se suma a la buena marcha de Helicópteros y Militar, llevará al grupo a registrar un ebitda ajustado de 4.004 millones, ligeramente mejor que el de 2019, según FacSet, pese al desplome del 30,9% de las ventas a los 48.700 millones. El arreón de la recta final del año le ha permitido generar caja positiva por unos 4.500 millones, que es un buen indicio aunque no consiga compensar los 11.800 millones quemados tras la paralización de la economía y la oleada de retrasos de entregas de pedidos.