Empresas y finanzas

Tragsa multiplica sus ingresos en plena pandemia y roza los 1.000 millones

  • Prevé participar en el desarrollo de actuaciones de los fondos Next Generation
Jesús Casas, presidente de Grupo Tragsa

El Grupo Tragsa cerrará el ejercicio 2020 con unos ingresos que se situarán entre los 950 y los 1.000 millones de euros impulsados por las actuaciones que la empresa pública ha tenido que acometer por la pandemia de Covid-19. No en vano, la compañía que preside Jesús Casas ha sumado emergencias por alrededor de 80 millones en el último año, entre las que se incluyen acciones demandadas por la crisis sanitaria y también otras derivadas de incendios o de la DANA del Mediterráneo. De este modo, superará en el presente curso los cerca de 900 millones que facturó en 2019.

El Grupo Tragsa, que tiene más de 40 años de vida y en 2020 ha celebrado el 30 aniversario de su filial tecnológica Tragsatec, concentra sus actividades en tres áreas principales: medio ambiente, agrario y desarrollo rural y consultoría informática. Y es, además, "una empresa de emergencia". La pandemia ha resaltado esta condición. "Algunas administraciones han contado con nosotros y hemos arreglado hospitales en Andalucía, Canarias, Galicia, Baleares y Valencia, hemos arreglado colegios en Castilla-La Mancha y Madrid, hemos limpiado residencias en Asturias, Murcia y Cantabria y hospitales en Canarias, hemos ayudado al Ministerio de Inclusión a poner en marcha el Ingreso Mínimo Vital y al de Trabajo los ERTE... El volumen de actividad durante la pandemia está siendo muy superior a lo que esperábamos", remarca Casas en una entrevista con elEconomista.

Para 2021, Tragsa está pendiente de los fondos Next Generation. "El año que viene es una incógnita", señala Casas. La instrumentación de los fondos europeos propiciará que "habrá mucho dinero que tiene que ir a las empresas y a la actividad económica en general, pero es plausible que las Administraciones tengan más gasto propio y que alguna medida nos pueda repercutir", sostiene el presidente de la firma, medio propio del Estado, las Comunidades Autónomas, los cabildos y las diputaciones. Prevé que la compañía participe incluso en el diseño de algunas iniciativas relacionadas con regadíos, biodiversidad o restauración de hábitat.

"Planteamos un escenario prudente y no queremos generar ninguna sensación de empresa ambiciosa que se come el mundo, porque somos un medio propio"

En cualquier caso, Casas aboga por la prudencia y, de hecho, el programa operativo anual de 2021 estima una producción de 820 millones, sustentado en un escenario de "normalidad" y sobre una cartera actual de 1.300 millones. "Las emergencias nunca se prevén, llegan", explica Casas, quien considera que "lo razonable es que el año que viene no haya pandemia y que la media docena de vacunas empiecen a funcionar". "Planteamos un escenario prudente y no queremos generar ninguna sensación de empresa ambiciosa que se come el mundo, porque somos un medio propio, no queremos ser más", abunda.

Esos 820 millones para el próximo ejercicio encajan dentro del plan estratégico que Tragsa aprobó en 2019, en el que "establecimos un horizonte de estabilidad que permite a la empresa cubrir sus costes estructurales, ganar muy poquito o no ganar, porque un medio propio no debe ganar dinero, y dar respuesta a la demanda de las Administraciones", subraya Casas. "Si gano mucho dinero es que mis tarifas son caras y estoy haciendo los trabajos por encima del precio que debo, pero tampoco debo perder porque estaría cargando a déficit público mi balance negativo", asegura el directivo.

En este escenario, "hemos planteado una senda de ingresos de entre 800-850 millones de euros anuales como una línea horizontal que nos permitiría mantener unas cifras de entre 15.000 y 17.000 empleados, un gasto de estructura de no más del 7% y un beneficio del orden máximo del 0,5-1%", afirma. "Evidentemente, este año vamos a rebasar esa línea por las emergencias y probablemente superemos los 950 millones y estaremos cerca de los 1.000 millones", proyecta.

"Tragsa es probablemente de las pocas instituciones que existen en este país que pertenecen simultáneamente a todas las Administraciones"

Casas pone en relieve la condición de Tragsa como medio propio de todas las Administraciones. "Es probablemente de las pocas instituciones que existen en este país que pertenecen simultáneamente a todas las Administraciones", resalta. "En este proceso de construcción de país y de ver qué vamos a hacer de España cuando seamos mayores nos encontramos con una estructura muy poco ambiciosa en lo volumétrico pero que sirve de nexo de unión y de relación a todas las administraciones territoriales", enfatiza el presidente de la compañía pública Las vallas de Ceuta y Melilla, los alojamientos de inmigrantes en Canarias, el sellado de vertederos, la restauración del Mar Menor, los arreglos de caminos rurales..., las acciones de Tragsa, que tiene cerca de 2.500 contratos abiertos en la actualidad, son muy heterogéneas y en todo el país, lo que le confiere la capacidad de ser "un instrumento para la Administración para construir territorio". El nivel máximo de ingresos se remonta a 2010-2011, con 1.200 millones por el Plan E y el plan de regadíos.

Con la nueva ley de contratos, la compañía ha ido incorporando nuevos accionistas "porque las diputaciones y cabildos se han unido". Una situación que propicia que "poco a poco empiecen a generar actividad". Esto ayudará a que la producción crezca, si bien Casas precisa que "sería un error plantear que tenemos que expandirnos y acabar ocupando ámbitos de actividad que a lo mejor ni sabemos, ni podemos ni estamos preparados; nosotros no competimos, no estamos en el mercado, pero es verdad que dependemos unívocamente a través de un cordón umbilical de la Administración, y en función de su inversión actuamos más o menos".

Suprime su presencia exterior

Jesús Casas, que fue nombrado presidente de Tragsa hace poco más de dos años, defiende la existencia de los medios propios, ahora bien, critica el "equilibrio dual" que la compañía -como otros medios propios- "empezó a jugar a mediados de la pasada década". "No puede ser que un medio propio pretenda jugar con dos cartas. Si soy medio propio admito las reglas del juego, me olvido del mercado, estoy cautivo, hago lo que me diga la Administración, no tengo vocación de ganar dinero, tampoco debo aumentar la cartera extraordinariamente más que lo que se refiere a los encargos y tengo una actitud prudente y callada, no tengo, en definitiva, más ambición que la de hacer un servicio público", asevera. Desde su llegada, ha eliminado las actuaciones que se salían de su objeto social y, además, ha suprimido su actividad internacional -salvo aquella con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), para lo que está cerrando su última filial en Brasil que arrastra varios pleitos.

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