Empresas y finanzas

Unicaja y Liberbank cerrarán la fusión antes de 2021 para evitar otra auditoría

  • El mercado ajusta el canje elevando al 58% el peso para el grupo andaluz
Sucursales de Unicaja y Liberbank.

La aprobación de la fusión entre Unicaja y Liberbank va más lento de lo inicialmente esperado ante los flecos que quedan por negociar, que se centran en la estructura de gobernanza del nuevo grupo y la composición del consejo de administración. Sin embargo, fuentes de toda solvencia aseguran a este diario que el anuncio de fusión llegará antes de que acabe el año para evitar rehacer la auditoría y volver a revisar la due diligence, lo que además de un coste adicional, retrasaría nuevamente la operación. "No hay nada impeditivo que lleve a una ruptura, pero tampoco nada definitivo que suponga que se vaya a anunciar de forma inminente", aseguran otras fuentes consultadas.

Bajo este escenario, la previsión de los grupos es que el anuncio de fusión llegue en plenas navidades. Postergar la unión más allá de 2020 supondría, por pura normativa contable, que las cuentas de junio en las que se están basando las conversaciones ya no tengan valor porque la unión debe soportarse en los estados financieros más actuales para tener una imagen fiel y más reciente de los dos bancos.

No obstante, las mismas fuentes aseguran que la operación no diferiría demasiado basada en unas cuentas u otras porque no hay cambios significativos en la evolución de los bancos en los últimos seis meses, sin embargo, se quiere evitar llegar a este extremo.

El mercado, por su parte, ha vuelto a ajustar la ecuación de canje a favor de Unicaja, dándole al grupo andaluz un peso del 58% en el control del nuevo banco, frente al 42% que se quedaría la entidad de origen asturiano. Así, el banco que preside Manuel Azuaga ha ido ganando fuerza en la ecuación en el último mes y medio. Antes del anuncio de la vacuna, el mercado situaba el canje en el 56% para Unicaja y el 44% para Liberbank, un reparto que se ajustó al 57%-43% tras conocerse la existencia de un antídoto eficaz.

Cabe destacar que el reparto no solo tiene en cuenta la capitalización bursátil de los grupos, también el peso de los activos de cada banco, junto con los puntos fuertes y débiles de cada entidad, como el dinamismo comercial, la solvencia o la cobertura de los activos improductivos, que terminarán de ajustar la ecuación.

De momento, el tándem de poder para el nuevo grupo se erigirá sobre Manuel Azuaga (Unicaja) como presidente del banco resultante y Manuel Menéndez (Liberbank), como consejero delegado. Sin embargo, un hándicap, y lo que negocian los grandes accionistas de cada banco, es la continuidad de la gobernanza de cara a dos años, ya que Azuaga tiene 73 años, por lo que su jubilación se espera para dentro de dos años. Aunque el relevo natural podría situar a Menéndez como futuro presidente, se perfila difícil que la Fundación Unicaja, con el 50% del banco y que se quedará con el 30% del grupo resultante de la fusión, esté dispuesta a ceder el poder a un ejecutivo que no proceda del grupo andaluz.

La unión de estos bancos creará la quinta mayor entidad del país por volumen de activos con 109.000 millones de euros. La integración reportaría unos ahorros anuales de 150 millones de euros al año a partir de 2023, una vez se amorticen los costes de reestructuración que podrían estar entre los 290 y los los 350 millones de euros, según apuntan los analistas.

La escasa duplicidad que se da en la red solo conllevaría al ajuste del 10% de la misma, con la salida de casi mil empleados, que se verá incrementada con otro recorte en los servicios centrales.

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