Coca-Cola European Partners (CCEP), la mayor embotelladora de la marca estadounidense en España, va a cerrar su fábrica de Málaga y trasladar la producción a Sevilla. La compañía, que cerrará también dos fábricas en Alemania, está sufriendo la crisis de la hostelería en toda Europa, pero especialmente en nuestro país.La compañía insiste, no obstante, en que la decisión no obedece a la crisis del Covid, sino a "la búsqueda de eficiencia".
Ante ello, ha convocado hoy al comité de empresa de la planta, que suma 80 trabajadores, para iniciar las negociaciones. Su intención es iniciar un proceso de consulta con los representantes de los empleados de la fábrica en cuanto se constituya la mesa de negociación, a partir de la semana que viene.
A este respecto, y según un comunicado, se muestran "confiados" en que llegarán a un acuerdo en el periodo que marca el proceso de negociación y esperan que una vez terminada la consulta mejore su posición competitiva, lo que le permitirá "seguir siendo una empresa relevante en Andalucía, tanto en generación de empleo y de valor económico como de liderazgo a nivel industrial".
La empresa expresa su compromiso de "buscar todas las opciones posibles" para mantener el nivel de empleo en Andalucía y asegurar el mantenimiento de su capacidad industrial en esta comunidad autónoma, en un centro "puntero" como el de La Rinconada (Sevilla), que es la planta más grande de CCEP en toda Europa y en la que se han invertido alrededor de 40 millones de euros anuales.
Esta planta cuenta con capacidad para producir el 25% del total del volumen vendido en el mercado español a través de sus once líneas, que sirven la totalidad del portafolio, además de un almacén robotizado con capacidad para 100.000 palés.
Plantas
La compañía tiene actualmente 4.300 empleados y cuenta con plantas en Coruña, Bilbao, Sevilla, Barcelona, Valencia y Tenerife, además de la de Málaga. En 2014 la compañía acometió ya un ERE que supuso el cierre de las fábricas de Alicante, Colloto (Asturias), Palma de Mallorca y Fuenlabrada (Madrid) y la salida de unos 800 trabajadores.
La compañía logró unos ingresos de 388 millones de euros en el segundo trimestre en su división ibérica (España, Portugal y Andorra), lo que supone un 48% menos que en el mismo periodo del año anterior.
Con ello, en el primer semestre los ingresos fueron de 917 millones, lo que representa un 28,5% menos que en los seis primeros meses del año pasado. La compañía destaca que esta caída obedece a "una tendencia débil del sector turístico, especialmente en España donde tenemos mucha exposición a la hostelería".