Cinco son las compañías que se encuentran en la última fase de ensayos para lograr una vacuna para el coronavirus, según refleja el monitor de la Organización Mundial de la Salud. Algunas de ellas han ido dando a conocer el futuro precio de sus inyectables y la sorpresa son las enormes diferencias que existen entre ellas.
La vacuna descubierta por la Universidad de Oxford y que desarrolla AstraZeneca dio a conocer su precio mediante unas declaraciones del CEO de la compañía británica, donde aseguró que estaría en torno a los 3 euros, el precio de coste de la misma. Sin embargo, otras compañías como la china Sinopharm, la última en dar a conocer el valor de su antígeno, situó el precio en torno a los 120 euros, 40 veces más cara que el inyectable británico.
Para la de GSK-Sanofi, el precio rondaría los 10 euros
Estas dos vacunas representan los dos extremos de una horquilla de la que también se han conocido otros precios. Según el acuerdo suscrito entre Pfizer y Biontech con el Gobierno de Estados Unidos (100 millones de dosis por unos 1.700 millones de euros), el precio del antígeno se sitúa en unos 17 euros, mientras que los directivos de la estadounidense Moderna hablaron de 31 euros.
Otras compañías cuyas investigaciones tienen gran potencial según los ensayos de Fase 2 (aún deben concluir los de Fase 3) son las de GSK-Sanofi y Janssen. Para las compañías inglesas y francesas el precio rondaría, según fuentes conocedoras, los 10 euros, mientras que el de Janssen no se conoce, si bien fue la primera que anunció que asumiría el riesgo de la producción temprana de su antígeno. "Para las grandes compañías occidentales el referente será el de la gripe A, donde la horquilla estuvo entre los 7 euros y los 10 euros. Los precios están dentro de la normalidad, además de que responderán a la lógica de precio por volumen. Quizá la de Moderna parece algo alta porque la tecnología de RNA es más barata", comenta un experto en vacunas vinculado con la industria farmacéutica.
La cuestión de la tecnología también es importante. El aluvión de investigaciones está provocando que la llegada al antídoto se esté tomando por diferentes caminos, algo positivo dado los diferentes perfiles de los ciudadanos que la necesitarán. Por ejemplo, aquellas que utilizan un adyuvante, por un lado, duplican la capacidad de producción y, además, son más potentes para perfiles de riesgo, como pueden ser los mayores de 65 años. Por otro lado, la tecnología del RNA mensajero es más barata y rápida para producir en masa.
Volviendo a la disparidad de precios, las fuentes apuntan a intereses o bien bursátiles o de campaña de Responsabilidad Social. Lo cierto es que cada vez que se realiza un anuncio, las bolsas donde cotiza la empresa objetivo se suelen disparar, siempre y cuando acompañe al mensaje positivo, claro. "En cualquier caso, lo cierto es que nadie va a comprar una vacuna que cuesta 120 euros si existen otras mucho más baratas", afirma este experto.
Otro de los pormenores que se están conociendo mediante el informe periódico que hace la Organización Mundial de la Salud es el número de dosis que serán necesarias para alcanzar la inmunización. Los precios anteriores responden a todo el proceso, por lo que no habría que multiplicar ninguna cifra. De las cinco vacunas que están en su última fase de ensayo, la única que valdría con una sola dosis sería la de Oxford y AstraZeneca. El resto sería mediante dos dosis y varían en la fecha de repetición: algunas a los 14 días, otras a los 21 0 28 días.
El papel español
Más allá de las investigaciones que se están llevando a cabo dentro de España, en fases incipientes, la industria tendrá un papel moderado dentro de la consecución de la futura vacuna. El papel protagonista lo tiene Rovi, quien acordó envasar la vacuna de Moderna. Además, Reig Jofré también se está posiconando para ello con la nueva planta de la que disponen. Por otro lado, empresas de perfil veterinario hasta ahora también prensentan credenciales, como Algenex o Fabri.