
El confinamiento y las normas de distanciamiento social han convertido la firma electrónica en imprescindible para asegurar la continuidad de cualquier negocio. SIA, la empresa de Indra que lidera el mercado de ciberseguridad en España y Portugal, ha visto cómo la demanda para implantar este servicio se ha duplicado en los últimos meses.
Esta compañía cuenta con más de 1.200 profesionales especializados en ciberseguridad; más de un centenar son expertos especializados en firma electrónica, tanto ingenieros como abogados. Gestiona más de 400.000 firmas al día, 150 millones de documentos cada año en organizaciones tanto del sector público (Administración General del Estado, Autonómica y Local, Sanidad, universidades) como del sector privado (bancos, aseguradoras, energía, servicios, etc.) ubicadas, principalmente, en Europa y en Latinoamérica.
El pasado 15 de marzo el Gobierno español declaraba el estado de alarma por la pandemia del Covid-19 y la actividad económica en nuestro país quedaba prácticamente paralizada.
Abrir una cuenta bancaria o una hipoteca, contratar un servicio de telefonía o cerrar una póliza de seguro pasaba a ser una tarea compleja o imposible. Las limitaciones de movilidad impedían a compañías de todos los sectores cerrar contratos con sus proveedores.
Si antes de la emergencia la firma electrónica ya era una pieza de la transformación digital de cualquier compañía o Administración, de la noche a la mañana se convirtió en una cuestión de supervivencia
Si antes de la emergencia sanitaria la firma electrónica ya se encontraba en los planes de transformación digital de cualquier compañía o Administración Pública, de la noche a la mañana disponer de ella se convirtió en una cuestión de supervivencia. "Hemos recibido una avalancha de peticiones", aseguran desde SIA.
Los beneficios y ahorros que aporta la firma electrónica son, por otra parte, enormes. No solo se refuerza la seguridad, también se potencia la agilidad y la eficiencia, se elimina el uso de papel, se mejora la calidad del servicio que se presta al cliente, la protección de sus datos y el cumplimiento de la normativa RGPD. "Pretender que el cliente haga uso del correo postal u obligarle a desplazarse a una oficina hoy en día equivale prácticamente a perderlo", señalan desde SIA.
Por suerte, si hace años emplear la firma electrónica era complejo y requería el empleo de dispositivos externos, ahora ha pasado a ser algo extremadamente sencillo de utilizar.
Marco legal europeo
A ello ha contribuido el potente y claro marco legal que la Unión Europea puso en marcha en 2014, conocido como Reglamento eIDAS, y que establece unas reglas de juego comunes para todos los países socios y que además iguala el valor legal de la firma electrónica con la manuscrita.
Por otra parte, los avances tecnológicos han conseguido que la experiencia de uso de esta potente herramienta legal sea equivalente a la que tenemos al utilizar cualquier otro servicio en Internet.
Una de las modalidades más seguras y sencillas que SIA está ofreciendo a sus clientes como mecanismo de firma cualificada es el empleo de una contraseña que solo conoce el usuario y un código de un solo uso (OTP o one-time password) que el usuario recibe en su dispositivo móvil, consiguiendo el más alto nivel de seguridad y garantía jurídica existente a día de hoy en el mercado y con una experiencia de usuario óptima.
Entre las ventajas de la firma electrónica, se cuentan que proporciona más seguridad y que posibilita un mejor servicio y cumplimiento del RGPD
El firmante recibe un enlace con el que accede al documento, lo firma con su certificado cualificado que está alojado en la nube y, a continuación, recibe en su móvil un código OTP de un solo uso que debe introducir para completar el proceso. "Se realiza así una doble comprobación de la identidad. Es un procedimiento con el que ya todos estamos familiarizados", explican desde la compañía.
El trabajo de SIA consiste en convertir en sencillo un proceso que en realidad es mucho más complejo. La compañía se encarga de supervisar todo el procedimiento y de incorporar su sello como prueba de que está conforme con las evidencias generadas durante la firma, que custodiará durante un periodo de, al menos, cinco años y que se podrán consultar de forma rápida y fácil a través de la web.
También se mantiene alerta ante cualquier posible fraude, supervisando quién es la persona que firma, qué rol tiene en la empresa, dónde se encuentra, en qué horario realiza la gestión, desde qué dispositivo, si está realizando un trámite que ha realizado en otras ocasiones, etc.
Mientras todo esto ocurre, los usuarios se encuentran con un procedimiento extremadamente flexible, ya que el sistema de firma cualificada en la nube de SIA permite rubricar electrónicamente un documento en cualquier momento y desde cualquier dispositivo, ya sea un smartphone, una tableta o un ordenador portátil o de sobremesa. "La intervención de SIA y el servicio en la nube protegen la identidad del usuario. Esta es la clave para evitar fraudes que a menudo generan importantes pérdidas económicas y dañan el prestigio de la empresa o entidad", señalan en la compañía.