
La tregua alcanzada en el consejo de administración de Prisa de cara a la última Junta de Accionistas corre el riesgo de saltar por los aires en pocos meses. Tras maniobrar durante semanas para sacar a Javier Monzón de la presidencia del grupo, Amber llegó a un acuerdo in extremis con Banco Santander para mantenerle al frente a cambio de separar totalmente el negocio de educación, que está en beneficios, del editorial (El País, La Ser), que debe sanear y ordenar para garantizar su supervivencia y el pago de la deuda de 1.067 millones.
"La separación de los negocios es una vieja demanda de Amber, HSBC y otros accionistas. Hay muchos bonistas que no quieren asumir el riesgo reputacional y financiero que supone el negocio editorial", aseguran fuentes conocedoras de las negociaciones. "La gestión diferenciada de nuestros negocios nos permitirá atraer los recursos y el capital necesarios para cada uno y también inversores y accionistas distintos", anunció Monzón en la Junta.
"La separación de los negocios es una vieja demanda de Amber, HSBC y otros accionistas. Hay muchos bonistas que no quieren asumir el riesgo reputacional y financiero que supone el negocio editorial"
Así, mientras se preparan los detalles para separar Santillana y que las cuentas ya no consoliden, Monzón debe retomar los planes de vender las emisoras de América Latina, completar la desinversión en Media Capital, que ha sufrido reveses, y ejecutar una ampliación de capital sólo en la parte editorial para dar entrada a nuevos accionistas y asegurar su viabilidad. Fuentes oficiales de Prisa declinaron hacer comentarios.
Amber, que posee un 29% de las acciones y cuenta con el apoyo de HSBC (5%), ya había dado este mandato a Monzón cuando fue nombrado hace año y medio y lo cierto es que no ha cumplido ninguno de los hitos. En el caso de la venta de activos en América Latina fue porque no la puso en marcha y en la de la ampliación de capital porque el grupo ha tenido problemas para despertar el interés del mercado. En febrero de 2019 se aprobó una ampliación de capital de 200 millones para recomprar el 25% de Santillana que fue cubierta por los actuales accionistas. Esta operación se ideó y sacó adelante en 2018.
Fuentes cercanas al consejo explican que el reto que Monzón tiene por delante no es nada fácil ya que el coronavirus ha complicado mucho más las cosas. Por un lado, la tasa de descuento de los activos será mayor y encontrar nuevos accionistas para cubrir la ampliación de capital se complica. Dentro de casa también hay pocas opciones, puesto que Telefónica, con casi un 10%, sólo piensa en salir de Prisa, Amber no puede crecer más porque se vería obligado a lanzar una opa, HSBC no tiene interés en el grupo y otros accionistas tienen problemas.
Hace algo más de año se barajó la posibilidad de que Henneo (El Heraldo de Aragón) entrara en el capital de Prisa pero ahora, tras haber invertido en Vocento, y ante la crisis económica que atraviesan los medios parece imposible.
En este contexto, algunas fuentes han abierto la puerta a que el Gobierno pudiera echar un cable a la dueña de El País vía el fondo de 10.000 millones para entrar en empresas estratégica, pero la idea ha sido descartada por fuentes cercanas al consejo que aseguran que "sería un escándalo" y que, además, Prisa no cumple con los requisitos técnicos de solvencia precrisis.
Separar Santillana del resto de los negocios persigue que sea más fácil poner en valor el negocio de educación, que genera caja y da beneficios, y aislar el riesgo que supone la parte editorial. No en vano, Prisa ya ha perdido el grado de inversión por la pandemia, lo que llevará a fondos institucionales a salir. En este punto, se plantea un nuevo problema que puede traducirse en otro conflicto en el consejo y es el cómo se va a dividir la deuda de 1.084 millones que ostenta el holding. A marzo, Santillana tenía un caja de 32 millones y Prisa Noticias una deuda de 24 millones, lo que implica que el negocio educativo tendría mayor capacidad para pagarla mientras que el editorial tendría serios problemas.
La pata política del conflicto
A los problemas económicos que atraviesa Prisa, que tiene margen para tratar de resolver porque los vencimientos de deuda se aplazaron, se suma el conflicto político. Fuentes cercanas al grupo explican que el nombramiento de Javier Moreno como director de El País responde a un intento de Monzón de suavizar la línea editorial. El presidente no ejecutivo buscaría así acercarse al viejo PSOE de la mano de Felipe González y Juan Luis Cebrián.