
¿Está España preparada para un rebrote? La respuesta es incierta, pero sí que hay una realidad palpable. Si el coronavirus regresa con la misma virulencia que en marzo en verano, la perspectiva será mucho más seria. De cara a octubre, habrá cosas que estarán más preparadas, pero España está lejos aún de ser un país con un sistema fuerte de salud pública, herramienta indispensable para adelantarse a crisis sanitarias como una pandemia.
La sensación que desprenden los mensajes de las autoridades españolas no llega a la pasividad de febrero, pero tampoco se exceden. La posibilidad de regresar a los confinamientos duros si el virus se descontrola está sobre la mesa, no se descarta, pero no se afirma. Este periódico le preguntó a Salvador Illa por si existe una alternativa y eludió una respuesta clara.
La necesidad de no parar más la economía necesita de una agenda que priorice la prevención. El peligro ahora está más en lo que llegue desde el exterior que por lo que se produzca dentro de las fronteras. En España, desde el 11 de mayo se han producido 34 brotes que han afectado a 982 personas. Hoy hay 9 activos con 92 contagiados. "Todos están bajo control", dice Salvador Illa. Pero este domingo se abre el espacio europeo y se podrá viajar desde cualquier punto. Y desde el 1 de julio, si no hay cambios, la apertura de fronteras será total.
Para controlar al aluvión de turistas que lleguen a España el Ministerio de Sanidad cuenta con 600 profesionales de Sanidad Exterior de los que sólo 150 son sanitarios. Desde el lunes habrá 100 más, según ha confirmado Illa, en virtud a un acuerdo alcanzado por el Ministerio de Transportes. El ministro considera que el número es adecuado al tiempo que reconoce que si hace falta se incrementará.
Estos profesionales tendrán una triple tarea. Tres controles a los que someterán a los viajeros (control de temperatura y visuales, esencialmente, además de rellenar una ficha con el lugar donde se va a estar) y si se da positivo en alguno de ellos, se pasará a la atención médica. Lo que no habrá serán PCR indiscriminadas porque no son viables. En este apartado la capacidad de España son 40.000 pruebas diarias.
La situación del sistema sanitario también es dispar. La atención hospitalaria está aliviada, los niveles de hospitalización están en mínimos desde que comenzó la pandemia y las UCI están casi vacías. En la última semana han precisado hospitalización 89 personas y en UCI ingresaron 9. Además, muchos de los recursos que se añadieron a finales de marzo y principios de abril (cuando colapsó el sistema en algunas comunidades) siguen activos, por lo que el reservorio de camas es superior a las 80.000 que suele tener en condiciones normales.
Sin embargo, la atención primaria sigue desbordada. Las citas rutinarias no se han recuperado del todo y muchos de los esfuerzos siguen estando en la detección del coronavius. Un ejemplo se puede ver en la disminución que se ha producido en la vacunación ordinaria infantil. Algunas comunidades lo recuperaron el jueves tras un descenso que en algunos puntos ha llegado al 65%.
Mirando al medio plazo
Hay tres pilares que son básicos para afrontar un rebrote. El primero es desarrollar reservas estratégicas de material sensible, desde mascarillas hasta equipos médicos como respiradores. En la actualidad, Sanidad asegura que las autonomías disponen de un reservorio para entre unas seis y ocho semanas. Además, el Gobierno central también dispone de una reserva propia para apoyar si hace falta. Si el coronavirus hace acto de presencia de forma muy localizada, como prevén en Sanidad, durante los meses de verano, la situación estaría más o menos controlada. El problema es que volviera el contagio comunitario, algo que Fernando Simón descarta. "Es muy pequeña la posibilidad", afirma.
El segundo pilar a tener en cuenta es garantizar el material fundamental a lo largo del tiempo. En este apartado ha habido movimientos, pero lo cierto es que antes de septiembre no estará todo listo. El departamento de compras del Ministerio de Sanidad ha diseñado un acuerdo marco en la que el objetivo es doble: tener una producción nacional asegurada y tener listo el reservorio para cualquier momento. En el plano del medicamento, Illa cree que no aparecerán problemas, ya que durante la crisis no ha habido faltas con la excepción de terapias anestésicas de UCI durante unos días en abril.
El tercer pilar es el desarrollo de la Ley General de Salud Pública de 2011. Ha quedado clara la importancia de disponer de un centro estatal de salud pública, tal y como recoge este texto legislativo en su artículo 47, que aún está sin desarrollar. Pero este proceso es lento y nadie augura que esté preparado para estar a pleno rendimiento en otoño. Ante esto hay una solución de urgencia, aunque no tenga la misma efectividad: integrar en los sistemas de vigilancia de la gripe al covid para este otoño.