
Las grandes entidades no terminan de arrancar los micropréstamos al alquiler avalados por el ICO y destinadas a las personas más golpeadas económicamente por la crisis sanitaria. A pesar de que la mayoría de grandes bancos se han unido a esta iniciativa, la adhesión es muy reciente y aún no han comenzado a dar las ayudas, según informan fuentes conocedoras de la situación.
BBVA fue la última entidad en suscribir el acuerdo con el ICO para estos avales, se hizo oficial el martes, y según las mismas fuentes, el siguiente banco en adherirse será CaixaBank, cuya gestión ya está en marcha. Con ella, quedarían prácticamente la totalidad de grandes bancos adheridos ya que Santander, Sabadell y Bankia se unieron en semanas anteriores. Asimismo, previo a estos, también suscribieron el acuerdo Caja Onteniente, Caja Pollença, Laboral Kutxa, Bankoa, Abanca, Unicaja, Liberbank y Cajamar, según informa el ICO. Aún quedan fuera de la lista Bankinter, Ibercaja o Kutxabank.
Fuentes cercanas al instituto de crédito confían en que a partir de la semana que viene las grandes entidades comiencen a dar estos micropréstamos al alquiler porque, de momento, no han empezado a concederlo y solo lo están dando un par de entidades bancarias de menor tamaño que fueron de las primeras en unirse a los avales. De hecho, el ICO aún no tiene datos de cuántas solicitudes se han recibido por parte de los clientes, ya que están a la espera de que las grandes entidades las pongan en marcha. No obstante, confían en poder ya iniciar un primer balance oficial a partir de esta semana.
El Gobierno anunció en abril la puesta en marcha de una línea de avales de 1.200 millones para conceder créditos a los inquilinos, pero la medida que no se oficializó hasta el 1 de mayo, con carácter retroactivo desde el 1 de abril.
Préstamos de 900 euros al mes
La ayuda consiste en préstamos de hasta 900 euros al mes durante seis meses (5.400 euros), sin comisiones ni intereses. El crédito se puede devolver en un plazo de entre seis y diez años, aunque pueden beneficiarse de una carencia de capital de seis meses.
Fuentes del sector financiero explicaron en su día a este diario que había problemas para suscribirse al plan del ICO ante la falta de un protocolo entre los bancos y el instituto de créditos para gestionar estos avales. "Se necesita cerrar un proceso administrativo y también un desarrollo tecnológico en las entidades. Esto lleva tiempo", aseguraban.