
La energía solar fotovoltaica siempre ha cobrado más por su electricidad que el resto de tecnologías de generación, porque produce de día, cuando hay demanda y los precios del mercado son altos. Sin embargo, en lo que va de año, por el aumento de las instalaciones y lo excepcional de la situación, está percibiendo un 8% menos que el precio medio del mercado, con descensos que han llegado al 43% el pasado 1 de mayo.
Las energías renovables bajan el precio de la electricidad porque el mercado mayorista -también conocido como pool- tiene un sistema marginalista, de modo que todas las ofertas de electricidad cobran el precio de la última oferta necesaria para cubrir la demanda, y las renovables, al generar muy barato, disminuyen el precio final de casación.
Esto es bueno para los consumidores, que ven rebajados sus recibos, pero no para los generadores, porque cuanto más producen, menos cobran. El fenómeno se denomina efecto caníbal en la jerga energética y es bien conocido en el caso de la eólica: con las ventosas borrascas los aerogeneradores producen mucha energía, pero ingresan muy poco; de hecho, la eólica suele cobrar una media de un 10% menos que el precio medio del pool.
Salvo casos puntuales, la fotovoltaica se había quedado al margen de ese fenómeno, ya que produce de día, cuando hay demanda y los precios del mercado son altos, pero ya no es así: según revela el Blog del consultor Francisco Valverde, en lo que va de año la energía fotovoltaica ha cobrado un 7,9% menos que el precio medio del pool -26,66 euros por MWh, frente a 28,95 euros por MWh- cuando el año pasado, sin ir más lejos, obtuvo un precio un 1,6% más elevado: 48,43 euros por MWh, frente a 47,68 euros por MWh.
En este cambio de signo influye la caída de la demanda eléctrica por la crisis sanitaria, pero, por encima de todo, que el parque de generación fotovoltaico se duplicó el año pasado -pasó de 4.712 MW a 8.913 MW-, con lo que ahora el sol genera mucha más energía barata al mediodía, empujando los precios del pool a la baja.
De esporádico a constante
Remontándonos hasta 2012 inclusive, sólo en cuatro meses la fotovoltaica ha cobrado menos que la media del pool, uno en 2013, otro en 2016 y dos de ellos el año pasado, junio y octubre -un 0,3% y un 0,9% menos-, pero este ejercicio 2020 lo ha hecho todos los meses, menos enero.
En abril y en lo que llevamos de mayo, coincidiendo con el hundimiento de la demanda por el confinamiento, los descensos han sido del 3,6% y el 4,3%, con días extraordinariamente bajos, como el festivo 1 de mayo, con un 43% menos, o los días 3 y 10 del mismo mes, con un 22,6% y un 22,3% menos.
Para el resto del ejercicio, Valverde apunta a elEconomista que espera un incremento de los precios y una cierta normalización de la situación, porque la eólica va a generar menos, al igual que la nuclear, pero más que nada porque con la llegada de los calores estivales los aparatos de aire acondicionado van a aumentar la demanda al mediodía, tirando de los precios al alza.
Con vistas a futuro hay un serio problema con el aluvión de producción solar al mediodía, tanto por su incidencia en el precio del pool, que puede derrumbarse, como por la capacidad de gestión técnica del sistema para evitar la desconexión de instalaciones -y la consecuente pérdida de energía- al objeto de garantizar la seguridad.