La energía solar y eólica terrestre son ahora las nuevas fuentes de electricidad más baratas para al menos dos tercios de la población mundial, amenazando aún más a las dos estrellas de los combustibles fósiles: el carbón y el gas natural.
El precio de la electricidad para proyectos eólicos en tierra ha caído un 9% a 44 dólares por megavatio-hora desde el segundo semestre del año pasado. Y la energía solar disminuyó un 4% a 50 dólares por megavatio-hora, según un informe publicado el martes por BloombergNEF.
Los precios son aún más bajos en países como Estados Unidos, China y Brasil. Los costes de los equipos han bajado, las tecnologías han mejorado y Gobiernos de todo el mundo han aumentado sus objetivos de energía limpia en su lucha contra el cambio climático. Eso podría sacar al carbón y el gas natural de la foto la próxima vez que las iniciativas públicas desarrollen nuevas centrales eléctricas.
"Los mejores proyectos de energía solar y eólica llegarán a menos de 20 dólares por megavatio-hora antes de 2030", comentó Tifenn Brandily, analista de BNEF, en un comunicado. "Hay muchas innovaciones en curso que reducirán aún más los costes".
Sin embargo, no está claro si el impacto del coronavirus en los precios del carbón y el gas erosionará la competitividad de la energía eólica y solar. "Si se mantiene, esto podría ayudar a proteger a los combustibles fósiles, por un tiempo, del ataque de las energías renovables", dijo Seb Henbest, economista jefe de BNEF, en el comunicado.
Hace una década, la energía solar costaba más de 300 dólares por megavatio-hora (una caída del 83% de media) y el viento generado en tierra excedía los 100 dólares por megavatio-hora (un 56% menos ahora de media). Hoy, la energía eólica terrestre cuesta 37 dólares en EE.UU. y 30 en Brasil, mientras que la energía solar vale 38 dólares en China, las fuentes más baratas de electricidad nueva en esos países.
El almacenamiento de baterías también se está volviendo más competitivo. El coste de la electricidad para las baterías ha caído a 150 dólares por megavatio-hora, aproximadamente la mitad de lo que era hace dos años. Esto la ha convertido en la nueva tecnología en auge más barata en lugares que hasta ahora importan gas, como Europa, China y Japón.
El coste de electricidad de BNEF mide el precio total de la producción de energía, contabilizando el desarrollo y la construcción de los equipos, la financiación, la materia prima, la operación y el mantenimiento.