
Iberdrola ha lanzado un concurso de técnicas innovadoras para vigilar a los mamíferos marinos en el entorno de los parques eólicos situados aguas adentro. La compañía, que ya gastó 40 millones de euros para proteger a los cetáceos durante la construcción del parque de Wikinger (Alemania), tiene su mayor proyecto de EEUU -el parque de Vineyard Wind- en aguas habitadas por un tipo de ballena en extinción.
Los estudios de viabilidad e impacto ambiental de los parques eólicos ubicados en el mar -off shore en inglés-, al igual que consideran el tráfico de embarcaciones o los caladeros pesqueros, tienen en cuenta las rutas migratorias de ballenas, delfines y otros animales para evitar perjuicios innecesarios, sobre todo en la fauna amenazada.
La ingeniería ha encontrado soluciones para prevenir el daño que pueden sufrir los cetáceos cuando se construyen los parques, porque son muy sensibles a los ruidos en el mar y al clavar en el lecho marino los pilotes sobre los que se levantarán las bases de los aerogeneradores -denominadas jackets-, el sonido les afecta considerablemente.
Para evitarlo, hace tres años, durante la construcción del parque off shore de Wikinger, en aguas alemanas del Mar Báltico, la empresa dirigida por Ignacio Sánchez Galán gastó 40 millones en levantar cortinas de burbujas alrededor de las obras de cimentación y difuminar el sonido mientras se trabajaba.
Y ahora ha lanzado un concurso orientado a pymes tecnológicas -las denominadas start-up- para encontrar técnicas que le permitan vigilar a los mamíferos marinos en los alrededores del futuro parque marino de Vineyard Wind, previsto frente a las costas de Massachussets. Busca proyectos que le permitan hacer el seguimiento de los ejemplares, recopilar datos en tiempo real y analizarlos posteriormente.
Sólo quedan 400 ejemplares
La primera fase del proyecto de Vineyard está integrada por 84 gigantescas turbinas -suman 800 MW de potencia- que deberían empezar a producir en 2024, tras culminarse una inversión de 2.500 millones. Y se da la circunstancia de que en la zona se congregan las ballenas francas del Atlántico Norte, de las que únicamente quedan 400 ejemplares.
Por eso, una de las primeras medidas adoptadas cuando se lanzó el proyecto fue donar tres millones de dólares a un fondo, denominado Wind & Whales, dentro de una iniciativa más amplia, en la que participan varios grupos ecologistas, con la intención de proteger la especie durante la construcción y la operación del parque.
Y ahora ha lanzado un concurso en el que podrán participar las empresas que tengan sistemas de información con tres exigencias: ser fiables para el seguir a los mamíferos marinos; ser eficientes, seguros y respetuosos con el medio ambiente; y ajustarse a las mejores prácticas existentes en materia de gestión de datos y políticas públicas.
Otro de los requisitos es que los proyectos sean capaces de detectar en tiempo real a los mamíferos que rondan los alrededores de los parques off shore para mejorar la protección de los animales y reducir los plazos para reaccionar en el caso de que sea necesario.
El premio concedido por la eléctrica española permitirá a la start up ganadora participar en el programa de aceleración de seis meses de Greentown labs, la incubadora de tecnologías limpias más grande de América del Norte. Las bases del concurso y más detalles sobre la participación están disponibles en la página web de la compañía. El plazo para presentarse concluye a finales de mes.