La venta de viviendas de segunda mano se desplomará previsiblemente este año un 47%, según las estimaciones de la red de agentes inmobiliarios de Club Notegés, compuesta por 748 profesionales repartidos por todo el país.
Según explica Club Notegés, esto supone que el volumen de transacciones se reducirá a 264.000 operaciones este año. Esta caída se recuperará en parte a lo largo de 2021. Así, las previsiones del director general de la consultora que desarrolla la red de profesionales inmobiliarios del Club Notegés, José Luis Jimeno, fijan un incremento en el número de operaciones para el próximo año hasta situarse en las 375.000 unidades, "lo que supondría un 25,04% menos que en 2019, aunque ya con importante mejora del 42% con respecto a las expectativas de éste 2020".
Los datos, extraídos del análisis de las ventas del pasado año ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y enfrentadas tanto con los datos de enero y febrero del INE como con los ofrecidos por los agentes inmobiliarios del país muestran que, "si finalmente concluye el confinamiento antes de fin de mayo, el sector se va recuperar muy lentamente con un 30% de las ventas del año pasado en el mes de junio, un 40% en verano, 50% septiembre y 60% el último trimestre del año", explican en una nota.
"No obstante y si para final de año se comienza a recuperar el turismo y recuperamos parte de la inversión para vivienda vacacional, esta estimación se situaría al 75% para 2021", detallan desde Notegés Consulting.
"Según el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo nos enfrentamos a la peor recesión desde 1930 y en España el 98,93% del tejido empresarial está compuesto por autónomos sin empleados o micropymes de uno a nueve trabajadores, empresas muy vulnerables y de baja solvencia por lo que muchas de ellas no van a sobrevivir", destaca Jimeno.
Las malas previsiones de los expertos del Club Notegés se fundamentan también en que "la fuerza laboral española está compuesta por 22,5 millones de personas de las cuales, algo menos de la mitad, están en estos momentos de crisis en sectores de máximo peligro y, la otra mitad, que aunque en teoría no deberían tener problema para seguir consumiendo, se espera que aplacen sus decisiones de inversión y compra porque todos tienen pintado el miedo en la cara, siendo la falta de confianza el peor enemigo para que se recupere la demanda".
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