
El programa de avales públicos en los créditos que otorgue la banca a las empresas castigadas por el coronavirus en España se queda corto en comparación con los planes de garantías anunciados por los principales países europeos. Aunque la línea del Gobierno supone la mayor movilización de recursos, tal y como ha recalcado Pedro Sánchez, representa un 8% del PIB, en torno a la mitad del alcance que llega en las naciones de nuestro entorno. En la UE el montante medio llega al 15%.
De acuerdo con los importes de este tipo de ayudas al tejido industrial, en España el Gobierno está dispuesto a conceder hasta 100.000 millones en avales públicos, con lo que el sector financiero movilizaría entre 150.000 y 200.000 millones. El montante estimado final dependerá de la demanda y la concesión de las entidades y de las coberturas que lleven aparejadas.
De momento, Moncloa ha activado solo un primer tramo, de 20.000 millones, con una garantía de entre el 60 y el 80%, tal como reclamaba el sector financiero, con el objetivo de controlar los préstamos y evitar que España cuente con problemas de déficit en el futuro, además de bloquear que las entidades aprovechen esta oportunidad para hacer negocio.
El montante español es muy inferior al de otros planes de garantías europeos. Así, por ejemplo, en Italia (país más dañado por la pandemia) el programa de avales del Estado asciende a 350.000 millones, lo que representa cerca de un 20% del PIB, mientras que en Alemania, la cuantía se sitúa en 550.000 millones (16%). En Francia y en Reino Unido, el Estado asumirá una posible pérdida de 300.000 y 330.000 millones, respectivamente, es decir, el 12,5 y 15% del PIB.
Tanto en Alemania como en Italia o Francia las garantías públicas de los préstamos que se concedan llegan al 80% en términos generales, un porcentaje que ha fijado España tras la reclamación del sector financiero. En el país germano y en Francia, no obstante, se ha creado una línea especial para inversiones en el que el aval sube hasta el 90% del importe.
Flexibilización de provisiones
Todos los gobiernos europeos han puesto en marcha medidas especiales para mitigar el impacto del coronavirus, tanto en el ámbito sanitario como el económico. Además, para facilitar la efectividad de las iniciativas y que éstas ayuden lo máximo posible, el BCE ha flexibilizado sus exigencias al sector financiero, al que le va a permitir no realizar provisiones o que éstas sean menores en el caso de los préstamos ligados al COVID-19. Además, el organismo monetario se ha comprometido a comprar activos tanto públicos como privados por hasta 750.000 millones.
La intención de todos estos paquetes es evitar una recesión prolongada y que la economía remonte una vez pase la crisis sanitaria en la que se ha adentrado el mundo por los contagios masivos. La CE ha dado por hecho que la economía de la zona euro descenderá en 2020 debido a la pandemia.