
Mapfre ha iniciado la campaña de juntas de accionistas en nuestro país. Lo ha hecho bajo el nuevo esquema obligado por los efectos de la pandemia del coronavirus, con estrictas medidas de seguridad y de asistencia telemática. Y eso se ha notado. Tan solo un centenar, menos de la asistencia presencial de medio centenar que preveía inicialmente. En otras ocasiones acudían en torno a las 800 personas.
La compañía explicaba hace unos días que había extremado las medidas de protección, por lo que el encuentro presencial se llevará a cabo con un aforo limitado y con espacio entre los accionistas, tal y como ha sucedido. Por ejemplo, los asistentes al acto están separados dejando un asiento en medio, para evitar contagios.
El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, ha señalado al inicio del acto que la legislación no permitía suspender o aplazar la asamblea, por lo que han puesto en marcha todas las medidas para que la mayor parte de los accionistas la sigan y puedan votar a distancia. La junta, según él, ya estaba anunciada antes de "que se expandieran los efectos del Covid-19". De lo contrario, ha dicho, la fecha habría sido "probablemente" otra.
Gracias a los sistemas de delegación de votos, el 86% de los socios están representados, según los datos aportados por el secretario del consejo de la administración. Por ello, Huertas ha agradecido la baja afluencia y la utilización de las plataformas electrónicas disponibles.
La baja afluencia ha condicionado el número de intervenciones de accionistas. Únicamente dos han realizado una valoración y cuestionado a los miembros del consejo de administración. Y otro ha efectuado sus preguntas y reflexiones a través de un correo electrónico que ha leído el presidente.
Por otro lado, el pasado martes Mapfre puso en marcha una serie de medidas para facilitar el teletrabajo a padres y madres con hijos menores de doce años o con situaciones especiales, así como a los que tengan a su cargo personas mayores dependientes. En el día de hoy más de 3.000 empleados con plenamente operativos desde sus hogares. La aseguradora también ha flexibilizado la jornada laboral y ha concedido permisos y vacaciones para encajar otras situaciones.
Menos rentabilidad e ingresos
Las consecuencias del coronavirus ha sido uno de los ejes centrales de la junta. Huertas ha indicado que en las últimas semanas se ha desatado "un pánico" en la economía y la sociedad, que está paralizando industrias y negocios. Ha admitido que también la actividad de seguros y la de Mapfre ya se ha visto afectada, con una reducción de la mismas.
El presidente de la compañía ha advertido que los efectos del Covid-19 es "impredecible", pero que "trabajará" para aprovechar las oportunidades que surjan, ya no solo de esta crisis, para seguir creciendo y alcanzar los niveles de rentabilidad óptimos.
Pese al "miedo que asola", el máximo responsable de la Mapfre ha mostrado su confianza a que las medidas de estímulo de las autoridades (BCE principalmente) ayuden a mitigar el impacto y la confianza pueda mejorar. Aún así, ha estimado que la economía española se frenará hasta dos o tres décimas, al 1,4% este año. Para el conjunto mundial prevé, aunque sea pronto calcular, una bajada del PIB de un 0,5% en comparación con lo previsto hasta ahora.
A falta de conocer bien los efectos, que se irán monitorizando, Huertas ha anunciado una rebaja de los objetivos del plan 2019-2021. Espera obtener al final del periodo una rentabilidad del 8-9% sin tener en cuenta catástrofes sobrevenidas y unos ingresos de entre 28.000 y 30.000 millones.
La aseguradora se había comprometido a alcanzar una facturación de 30.000 millones y un retorno del capital del 10% en este periodo. Mapfre ya había informado en diciembre que iba a revisar estos objetivos debido a los tifones de Japón y los disturbios de Chile de 2019, que habían tenido un impacto en resultados de unos 130 millones.
Estos números números serán actualizados en función de la evolución de los acontecimientos derivados del coronavirus, ha matizado el presidente en su discurso, quien ha remarcado que mantiene la promesa de repartir el 50% de las ganancias a dividendos en los próximos años, como ha venido haciendo en los últimos ejercicios. Y en efectivo.