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Bruselas renuncia a subir ya los objetivos de reducción de CO2 para 2030

  • El 'Pacto Verde Europeo' planteaba incrementarlos desde el 40% hasta el 50% ó el 55%
  • La UE será neutra en carbono en 2050, pero en conjunto, no país a país
Imagen de un parque e?lico. Foto: Archivo.

La Comisión Europea ha decidido poner en cuarentena el incremento de los objetivos de reducción de CO2 para 2030, tal y como recoge el borrador de la Ley del Clima comunitaria, que aspira a que la UE alcance la neutralidad de carbono en 2050: el Pacto Verde Europeo de la presidenta Von der Layen planteaba subir el actual objetivo de reducción del 40% hasta el 50% ó el 55%, y se había anunciado que la Ley incluiría el cambio, pero el texto retrasa la decisión, como mínimo, hasta junio de 2021.

La nueva y flamante Ley del Clima europea se presentará oficialmente mañana, pero el borrador del documento lo ha filtrado esta mañana el portal especializado en temas europeos EurActiv.

El texto establece que el objetivo de la neutralidad de carbono de la UE para 2050 es "obligatorio", es decir, sujeto a sanciones por incumplimiento, pero sólo a escala europea, no para cada estado miembro, lo que permitirá compensar los avances de algunos socios con los retrasos de otros. Eso sí, a partir de ese año, las retiradas de CO2 de la atmósfera -con bosques u otros sumideros- deberán superar las emisiones.

Durante la Cumbre del Clima de Madrid (COP 25) los todavía 28 no consiguieron ponerse de acuerdo y anunciar al mundo que la UE iba a ser neutra en carbono a mitad de siglo por las reticencias de Polonia, cuya economía depende de la generación de energía con carbón. Como otros socios, tal que Finlandia, han anunciado que serán neutras en carbono antes de 2050, Bruselas aspira a conseguir el equilibrio del conjunto.

Se trata de un mecanismo similar al que ya existe para alcanzar los objetivos de reducción de CO2 para 2030, adoptado en la legislación denominada Energía limpia para todos los Europeos, también conocida como Paquete de Invierno.

Rebaja de la ambición climática

Estos objetivos para 2030, por otro lado, no experimentan el incremento de ambición que se había anunciado en el Pacto Verde Europeo -European Green Deal en inglés-, sino que se retrasan. En septiembre de este año, la Comisión "explorará" opciones para incrementar el objetivo actual, fijado en una reducción del 40% sobre las emisiones de 1990, hasta el 50% ó el 55% planteado en el Pacto, pero hasta junio de 2021 no "evaluará" cómo debe modificarse la legislación actual para lograrlo.

Este retraso no le sienta mal a España. Aunque figura entre el grupo de socios que habitualmente reclama una mayor ambición, junto a Francia, Austria, Italia o Portugal, el Ministerio dirigido por Teresa Ribera ya había anunciado, con la boca chica, que rechazaba modificar su Plan para alcanzar los objetivos de 2030 -el Plan Nacional Integrado de Clima y Energía- puesto que su consecución supera las metas fijadas por Bruselas.

Ello no ha evitado que la vicepresidenta cuarta del Gobierno y otros 11 ministros europeos de esos países hayan remitido una carta a Franz Timmermans, vicepresidente de la Comisión y responsable del Pacto Verde, para que, a más tardar el próximo mes de junio, se incremente la ambición del objetivo de 2030 al menos hasta el 50% y, si es posible, hasta el 55%, según ha informado el Ministerio en una nota de prensa.

España, sea como fuere, ya ha aprobado convertirse en un país neutro en emisiones de carbono. Lo hizo el Parlamento a mediados del año pasado y lo aprobó el Consejo de Ministros el pasado 21 de enero, junto con 30 líneas de actuación prioritarias y el compromiso de desarrollar cinco de ellas en los primeros 100 días de Gobierno. 

Mayor poder de Bruselas

Por otro lado, la futura Ley europea otorga más poder al Ejecutivo comunitario para actuar en el caso de que los países se desvíen de la senda para alcanzar la neutralidad en carbono, ya que podrá adoptar "actos delegados", esto es, modificar la legislación -de un modo justificado y con el visto bueno del Consejo y la Eurocámara- para forzar a los socios díscolos a adoptar las medidas extraordinarias para alcanzar el objetivo común.

Bruselas asumirá este poder a partir del balance de emisiones que haya en 2030, y teniendo en cuenta elementos como la eficiencia económica de las medidas, la competitividad de la economía europea, la mejor tecnología disponible, la solidaridad entre los socios, la necesidad de asegurar una transición justa...

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