
Ence ha decidido posponer inversiones por 480 millones en la biofábrica de celulosa de Navia (Asturias), tras reducir su beneficio un 92,9% en 2019, hasta los 9,2 millones, y suspender el segundo tramo del dividendo, por culpa del hundimiento del precio de la celulosa.
Según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Consejo de Administración de la compañía de energía y celulosa ha decidido que la Junta de Accionistas del próximo marzo decida sobre el dividendo complementario de 2019, de acuerdo con su política de retribuir al accionista con el 50% del beneficio por acción de cada ejercicio.
El pasado mes de septiembre ya desembolsó 0,051 euros por título, equivalente al 50% del beneficio en el primer semestre y con ello puede haberse cumplido el compromiso, tal y como ya preveía elEconomista.
La firma presidida por Ignacio de Colmenares también ha pospuesto las inversiones previstas en su plan estratégico para el negocio de celulosa, que ascienden a unos 480 millones e iban a recalar en la biofábrica de Navia (Asturias), tras decidir trasladar allí las inversiones originalmente previstas para las instalaciones de Pontevedra.
Cancelación de inversiones
Estas inversiones se desglosan en 450 millones para una nueva línea de producción swing para aumentar la capacidad de celulosa en 200.000 toneladas, destinadas a producir viscosa, o en 340.000 toneladas de celulosas para fibra corta. Además, contemplaba invertir de 30 a 40 millones más para adaptar 80.000 toneladas para la producción de productos higiénicos.
La drástica decisión responde al criterio de mantener las ratios de solvencia financiera; concretamente, en el negocio de celulosa la relación entre el resultado bruto operativo (ebitda) y la deuda neta no debe superar 2,5 veces, a precios medios del ciclo. A 31 de diciembre la deuda de este negocio era de 305,7 millones, tras haber subido un 107% en el año; la deuda total había crecido un 68,2%, hasta los 512,7 millones.
Ence señala que los resultados están marcados por la caída del precio de la celulosa -se ha puesto a mínimos de los últimos 10 años-, que ha reducido en un 69% el ebtida de esta pata de actividad, hasta los 75 millones, mientras que el ebitda del negocio de renovables creció un 15%, hasta los 52 millones.
La empresa añade que los precios de la celulosa han comenzado a dar síntomas de recuperación y que el ritmo de producción de sus fábricas en lo que va de 2020 supera claramente el del mismo período de 2019.
Igualmente llama la atención de que en este ejercicio aportan ingresos sus nuevas plantas de generación con biomasa, y de la termosolar adquirida a Iberdrola, que aumentarán un 50% su generación de energía renovable. En otros informes al mercado la empresa ha señalado que le aportarán más de 30 millones al año.