
Ryanair ya ha asumido que no alcanzará el objetivo de mover 200 millones de pasajeros en 2024, tal y como tiene planeado desde hace años. La compañía irlandesa se ha visto así obligada a decir adiós a su icónico plan de crecimiento y retrasar el horizonte del número redondo hasta dos ejercicios por la crisis del 737 MAX, que Boeing dejó producir a principios de año ante la incertidumbre sobre cuándo podrá volver a volar la aeronave, en tierra desde marzo de 2019.
La aerolínea que preside Michael O'Leary, que tiene todos los huevos de su crecimiento puestos en la cesta del MAX, ha reconocido que no recibirá la primera aeronave de este moderno y eficiente y cuestionado modelo hasta "septiembre y octubre de 2020", lo que implica retrasar más de seis meses el plazo inicial y abrir la puerta a más ajustes de capacidad y cierre de bases en nuestro país, tal y como explicó el director de marketing, Kenny Jacobs, en un encuentro con prensa en España.
"El requisito de capacitación del simulador MAX también ralentizará disminuirá la entrega de aviones. Como resultado directo de estos retrasos, planeamos extender nuestro objetivo 200 millones de pasajeros transportados por año al menos uno o dos años hasta 2025 o 2026", informa la compañía.
De momento, la compañía ya se ha visto obligada a reducir su oferta en nuestro país y cerrar bases para trasladar aviones a otros destinos con más potencial de crecimiento y menos costes operativas (tenía previsto haber sumado más de 54 aviones hasta marzo de este año).
El grupo ha trasladado aviones de la Ryanair original a la polaca Buzz para impulsar su crecimiento
No en vano, el nuevo grupo de aerolíneas ha reconocido que Ryanair DAC "vio su flota reducida de 425 a 360 B737 en el tercer trimestre, ya que tanto Buzz como Malta Air asumieron más operaciones de vuelo para el grupo" mientras "Armenia se ha convertido en nuevo destino". Por ejemplo, en España, donde opera Ryanair DOC, la oferta de asientos de la compañía cae casi el 2%. En concreto, Buzz aumentó su flota de los 24 a los 32 aviones, y ha estrenado nuevas bases fuera de Polonia: en Praga y Budapest. Se espera que en verano de 2020 cuente con 50 aparatos: siete para chárter y 43 para los vuelos programados de Ryanair. Según explican fuentes sindicales, los TCP de la aerolínea polaca son autónomos, por lo que tienen menores costes.
Por su parte Malta Air ha sumado más de 60 aeronaves en menos de un año (opera con 71 Boeing 737) ya que se hizo cargo de las bases de Francia, Alemania, Italia y Malta. Se espera que para la próxima temporada estival cuente con 120 aviones. Ryanair aseguró que compró el certificado (AOC) maltés y la aerolínea para hacer contratos locales a sus trabajadores y no irlandeses.
Pese a los problemas que la compañía asegura tener de crecimiento, ha cerrado los nueves primeros meses del año con un alza del 12% de los beneficios, asta los 1.240 millones de euros, y un fuerte crecimiento de los ingresos por servicios extra (ha empezado a cobrar por llevar la maleta de cabina a bordo), que han compensado las bajas tarifas. Así, Ryanair elevó sus ingresos un 14%, a los 7.295 millones, de los que 2.374 millones de euros vinieron de los los llamados ingresos auxiliares, que crecieron un 28%.
Los ingresos extra crecen un 28% tras empezar a cobrar por las maletas de cabina
En un comunicado remitido este lunes a la bolsa del Londres, la compañía atribuyó el avance de la ganancia, entre otros factores, a una "actuación mejor de la esperada" en el tercer trimestre de su ejercicio fiscal (octubre-diciembre), con un aumento significativo de las ventas de billetes en Navidades y Año Nuevo. Una mejora que llevó a la irlandesa a mejorar el pasado enero su previsión de crecimiento para este año fiscal, que concluye el 31 de marzo, y estimó que ganará entre 950 y 1050 millones de euros, frente a la horquilla de 800 y 900 millones pronosticados en julio.
Tercer trimestre fiscal
En su nota de resultados, la aerolínea líder en Europa del sector de bajo coste también informó de que obtuvo un beneficio neto de 88 millones de euros en el tercer trimestre fiscal, el 25% más que en ese mismo periodo del año anterior.
Ryanair ingresó en los tres meses hasta el 31 de diciembre 1.910 millones de euros, el 21% más que en 2018, mientras que su tráfico de pasajeros subió el 6%, hasta los 35,9 millones.
El precio medio de sus tarifas aéreas también se encareció un 9% y los ingresos auxiliares crecieron un 28%, hasta los 720 millones de euros, debido, sobre todo, a que "cada vez más clientes eligen embarque con prioridad y asientos", explicó la empresa.