
Desde la masacre que para el empleo supuso la crisis económica en 2008, el emprendimiento ha sido presentado desde las instituciones de gobierno como la solución para acceder a un trabajo de calidad. Es decir, que cada uno se invente su puesto de trabajo ante las dificultades de crear empleo para toda la población activa. Sin embargo, emprender encierra un camino de dificultades que en los últimos años ha sido cubierto por la estela resplandeciente de las startups.
Las startups son empresas de reciente creación, caracterizadas por una fuerte composición tecnológica e innovadora y con perspectivas de crecimiento rápido. El European Startup Monitor las ha denominado "empresas gacela" como símbolo de su juventud y su orientación a la creación de riqueza. El ejemplo de Silicon Valley en EEUU, cuna de cientos de compañías de este perfil, ha servido de paradigma para renovar la ilusión del sueño americano en versión 2.0.
"En el mundo de las startups se ha creado un sucedáneo de sueño americano", opina Javier López Menacho, autor del libro La farsa de las startups. Traducir en cifras el popular dicho de que "no es oro todo lo que reluce" implica considerar las conclusiones del Mapa del Emprendimiento 2018, un informe realizado por el foro South Summit que ha analizado casi 1.300 startups españolas. El documento arroja datos que moldean la auténtica realidad de estos componentes alternativos del tejido económico.
Se habla de meritocracia empresarial, de éxito y de hubs tecnológicos de referencia... de un mundo idílico, cuando en el mundo de las 'startups' los pocos casos de éxito tapan todo lo que hay detrás
Un 15% de estas firmas no supera el año de vida, y únicamente el 5% de las mismas celebrará su quinto cumpleaños. De hecho, la probabilidad de fracaso del fundador de una startup alcanza el 50% en su primer intento, y va descendiendo si el emprendedor tiene otras experiencias anteriores y ha desarrollado más proyectos de este tipo. El análisis asegura que la probabilidad de fracaso se contrae hasta el 2% para los emprendedores que hayan fundado al menos otras cinco startups.
"En España se habla de meritocracia empresarial, de éxito y de hubs tecnológicos de referencia... de un mundo idílico, cuando en el mundo de las startups los pocos casos de éxito tapan todo lo que hay detrás", insiste López Menacho. De hecho, la edad media de estas compañías emergentes nacidas en nuestro país es de 2,33 años, acercándose mucho a la cifra media en el resto de países europeos, de 2,4 años -Sólo Reino Unido presenta una edad mayor, de 2,7 años-.
Empresas que se crean... y se destruyen
Según el último Barómetro de Emprendimiento del Ministerio de Economía, la dinámica de destrucción de empresas en el sector de las TIC, muy vinculado a las startup, es del 9,2% -dato de 2017-, superando con creces el 8% de media de la UE aunque por debajo de Reino Unido, que roza el 11%. En global, la tasa de cierre de las compañías españolas se sitúa en el 7,9%, muy por encima de Francia (4,9%) o Italia (7,1%), y sólo superada, de nuevo, por Reino Unido (12,5%).
Sólo un 24% de estas firmas españolas se encuentra en la denominada fase growth, que implica que ya está completamente creado y comercializado el producto o servicio y mantiene un elevado volumen de ventas. El desarrollo de software, aplicaciones y servicios para otras empresas constituye el eje de actividad de estas compañías.
¿Cómo es el perfil de una 'startup' española?
Con todo, estos informes ofrecen un dibujo muy concreto que permite conocer mejor la naturaleza de las 'empresas gacela' en el caso español. Sus fundadores son hombres de 35 años y formación universitaria, de las ramas de Ciencias Sociales e Ingeniería, y el 46% es recurrente, y ha creado más de un negocio de esta clase.
En España, la mayor parte de estas firmas emergentes son fundadas entre dos socios, y dan empleo a una media de 12,7 empleados
La penetración de las mujeres en la fundación de startups aún es escasa, con cifras que difieren por parte de los dos informes consultados en esta información. Mientras quel el Mapa del Emprendimiento del South Summit apunta a un aumento en 2018 hasta el 22% de empresarias tras la creación de startups, el barómetro del Ministerio de Economía establece el porcentaje en el 15,6 en el mismo año.
En España, la mayor parte de estas firmas emergentes son fundadas entre dos socios, y dan empleo a una media de 12,7 empleados. Las motivaciones se centran en la vocación emprendedora -un 61%- y no tanto en la necesidad. De hecho, sólo el 2% de los fundadores de startups analizadas en el South Summit se encontraba en desempleo antes de lanzar su proyecto.
Pese a las dificultades que presentan las startups para mantenerse a lo largo de los años, el crecimiento de proyectos con este perfil es más que sostenido. Ya son 3.258 las empresas de estas características que existen en el mercado del emprendimiento español, y el incremento frente al año 2016 es del 20%. Entre ellas, Citibox (Madrid), Clicars, Sherpa (Bilbao), Nido Robotics (Murcia) o Spotahome representan algunos de los casos más conocidos de éxito. No obstante, el autor Javier López Menacho aconseja apartarse del "discurso del pelotazo" y tener en cuenta que el éxito de un proyecto emergente necesariamente está ligado a ingredientes como "una posición económica holgada, contactos, formación y suerte".