
Infinity Lithium, la empresa australiana que aspira a explotar la mina de litio de Cáceres y montar una planta de enriquecimiento de este mineral en hidróxido de litio, con una inversión de 280 millones de euros, está en conversaciones con cuatro empresas europeas para la instalación de dos fábricas en Extremadura, una de cátodos y otra de baterías eléctricas, tal y como ya adelantó elEconomista.
Son dos fabricantes de automóviles, un tercero de cátodos y otro de células de baterías, según explica Vicent Ledoux-Padailler, director Ejecutivo de Estrategia Corporativa de Infinity Lithium a elEconomista. El directivo matiza que "las negociaciones siguen en curso, aunque las vacaciones de Navidad las han ralentizado. Infinity espera concluir un acuerdo en breve".
De hecho, el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, hizo mención en una reunión de los miembros de la Alianza Europea de Baterías en junio a estas negociaciones y apuntó que "los fabricantes de automóviles deberían estar muy interesados en este proyecto".
Financiación del BEI
El apoyo europeo al proyecto de Infinity Lithium para explotar la mina y montar la planta de hidróxido de litio -de mayor valor que el carbonato de litio que se usa normalmente para las baterías-, se canalizará a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI) que ha seleccionado la empresa como una de las cuatro para presentar su proyecto de inversión bajo la iniciativa de la Alianza Europea de Baterías para una línea de financiación privilegiada. Ledoux-Padailler explica que su elección abriría la puerta a otras fuentes de financiación. "Estamos aún en conversaciones con la Alianza Europea de Baterías y esperamos conocer el resultado en enero".
La aspiración de la minera australiana es cubrir al completo la cadena de fabricación de las baterías eléctricas para coches, lo que multiplicaría el valor de su inversión. Ledoux-Padailler apunta el interés que el proyecto despierta tanto en la industria como en las Administraciones ya que España cuenta con los dos elementos principales de la cadena: por un lado, un yacimiento de litio de gran calidad, considerado el segundo en Europa por volumen (1,6 millones de toneladas) y de fácil extracción.
Por otro lado, concentra una gran cantidad de los clientes finales, las empresas de automóviles, con 17 plantas que ensamblan vehículos de los grupos Volkswagen y PSA y de los fabricantes Nissan, Ford, Toyota, Iveco y Mercedes.
El responsable de Infinity Lithium no desvela con qué empresas está en conversaciones por exigencias de confidencialidad, aunque insiste en que todas ellas son europeas, descartando fabricantes chinos que ya se han mostrado interesados en la región por el atractivo de la mina. Lo que genera una mayor simpatía en la CE, que apuesta por una industria autóctona y evitar así depender de los grandes fabricantes chinos y coreanos que controlan actualmente este mercado.
El director Ejecutivo de la empresa australiana -que comparte el proyecto de Extremadura con la española Valoriza Minería (filial de Sacyr)- considera que la Junta de Extremadura debe "hacer atractiva" la inversión para las fábricas de cátodos y de baterías con garantías jurídicas y planes de incentivos.
El proyecto de Infinity Lithium estará en marcha 32 años, -la mina solo 19 años, y luego se recuperará el terreno para funciones lúdicas- con una producción de 15.000 toneladas de hidróxido de litio al año que aportarán 6.000 millones en la región y servirán para la fabricación de 10 millones de vehículos eléctricos, según el proyecto de la empresa. La actividad de las instalaciones generará unos 1.000 empleos, de los que 195 serán directos -155 en la planta química y otros 40 en la mina- a los que se suman otros 800 indirectos. A ellos se sumarán 310 en la fase de construcción que está previsto en 3 años.
Sin embargo, el proyecto de Infinity todavía sigue en el limbo, a pesar de que el proceso se abrió en febrero de 2016. Los primeros permisos de investigación se anularon este año por recursos presentados por grupos ecologistas. En mayo de 2019 se abrió el trámite de información pública que fue anulado por defecto de forma de la propia Junta. Trámite que se desbloqueó el 16 de octubre, lo que, en opinión de Lithium, confirma el interés de la Junta.
Un proyecto millonario que enfrenta
La explotación de la reserva de litio de Cáceres divide a Extremadura. La Junta, que avanza para desbloquear la adjudicación de los derechos de investigación en la sierra de la Mosca, se ha encontrado de frente con la oposición de la mayor parte de los partidos políticos, incluido el suyo, con la negativa del Ayuntamiento de Cáceres a que se realicen actividades extractivas en la región y de una parte de la población (se han recogido 35.000 firmas en contra).
"Nunca habrá en la mina de litio un interés regional"
La Consejera para la Transición Ecológica de Comunidad Autónoma, Olga García, ha dejado claro que la Junta "no va a vetar ningún proyecto" mientras que su propio compañero de partido, el diputado socialista Labrador Pulido, reiteró que si el Ayuntamiento de Cáceres no quiere una mina "lógicamente no habrá mina". Así, aseguró durante una intervención parlamentaria que "nunca habrá en la mina de litio un interés regional".
En este punto, la Junta matiza que dar un permiso de investigación no implica que finalmente se vaya a explotar una mina abierta a siete kilómetros de casco antiguo de Cáceres. Por su parte, la diputada de Podemos Irene de Miguel ha tachado de "despropósito mayúsculo" la mina y ha pedido que no se den los permisos de investigación ya que la ciudad nunca permitirá actividades extractivas. El PP está en contra del proyecto que prevé generar 6.000 millones, mientras que Ciudadanos es el único que ha defendido la reapertura de Valdeflores ante la necesidad de generar industria en la región, con un 19% de paro y un riesgo de pobreza del 40%.