Empresas y finanzas

Renfe despide a las constructoras de su mayor taller en Arabia por los retrasos

  • Les reclama 13 millones por los incumplimientos y aplaza el fin de la obra a 2021
Los trenes de Talgo circulan por Arabia

La construcción del principal taller de Renfe en Arabia Saudí se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el operador ferroviario. La sucesión de imprevistos han llevado a la compañía que preside Isaías Táboas a retrasar hasta diciembre de 2020 la puesta en marcha del taller de Medina y a ampliar por cuarta vez el contrato del proyect manager Rail-Getinsa, cuya misión es dar apoyo integral a los procesos relacionados con la construcción de los talleres.

"Sólo se encuentran operativas de forma parcial las instalaciones correspondientes al mantenimiento de primer nivel. En este contexto, esperamos que la finalización del taller se produzca el 31 de diciembre de 2020", explican fuentes cercanas al proyecto.

El enésimo retraso en la entrega del centro de reparación y mantenimiento (en origen debía estar terminado a finales de 2016) esconde un conflicto entre Renfe y las firmas encargadas de las obras que incluye sobrecostes, un arbitraje, un despido, penalizaciones y una negociación para tratar de desbloquear la situación.

Les comunicamos que Renfe ha adoptado la decisión de resolver, con efectos al día de hoy, el subcontrato

Y es que, a mediados de este año Renfe decidió resolver el contrato con Atco-Cart, formada por las empresas valencianas Torrescamara y Rover Alcisa, por "incumplimientos sustanciales del mismo" ya que habían incurrido en varios retrasos a la hora de concluir los trabajos. "Les comunicamos que Renfe ha adoptado la decisión de resolver, con efectos al día de hoy, el subcontrato. La citada resolución se fundamenta en los múltiples y reiterados incumplimientos de obligaciones (...) como los retrasos en los hitos parciales y de finalización de las actividades de construcción del taller de Medina y la manifiesta falta de calidad de los trabajos realizados", señala la compañía en un escrito remitido a las firmas.

En 2017 el operador estatal amplió el alcance del contrato con Acto Cart, de la que también forma parte la empresa saudí Turki, duplicando el presupuesto de las obras hasta los 117 millones de euros y fijando como fecha de finalización febrero de 2018. Conforme se acercaba el día D y viendo que los trabajos no se iban a concluir en tiempo y forma, las partes pactaron un nuevo plazo sin coste adicional: septiembre de 2018. Hito que tampoco se ha cumplido. Y es que, a pesar de que las constructoras han intentado en varias ocasiones que el operador recepcione las obras del taller de Medina, Renfe se ha negado alegando que no estaban finalizadas.

Rover y Torrescamara solicitaron un arbitraje contra el operador por impagos

Y aquí es donde se agrava el conflicto. Torrescamara y Rover, dando por terminado el proyecto, exigieron a Renfe el pago de unos 6 millones de euros que consideraban adeudados entre obra certificada y obra ejecutada y no certificada. Tras casi un año reclamando pagos sin obtener respuesta de Renfe, las firmas decidieron solicitar un arbitraje para desbloquear los mismos, acto al que, según fuentes de Atco-Cart, el operador respondió resolviendo el contrato de forma unilateral. Decisión que ratificó el consejo de administración de Renfe poco después.

Según explican fuentes de la UTE, el arbitraje sigue en marcha y paralelamente se han abierto una serie de negociaciones para tratar de resolver el conflicto de forma amistosa y desbloquear la finalización de las obras, que están prácticamente concluidas (faltan remates, liquidaciones, equipamiento...).

Por su parte, Renfe ha exigido a Atco-Cart el pago de unos 13 millones de euros en compensación de los incumplimientos contractuales y los retrasos registrados. Así, le ha aplicado una serie de penalizaciones por retrasos en la finalización de actividades parciales, en la conclusión total de la obra y por incumplir los niveles de calidad recogidos en el contrato. Penalizaciones que las constructoras valencianas se han negado a aceptar y que implicarían no cobrar las últimas cantidades reclamadas y, además, pagar de su bolsillo otros siete millones.

Renfe, que es el responsable único del taller ante el consorcio del AVE a la Meca, adjudicó el taller de Medina a la joint venture hispano saudí a finales de 2014 tras presentar una oferta de 56,7 millones de euros, la mitad de lo planteado por firmas como Copasa u OHL. Tras varias modificaciones en el proyecto, errores en la licitación, desviaciones y un problema con Cobra, el presupuesto de la obra se duplicó hasta los 117,3 millones de euros.

AVE a la Meca reabre

Pese a los problemas con el principal taller de Renfe en Arabia, la operación de la red de alta velocidad entre La Meca y Medina vuelve a coger ritmo tras el parón que tuvo que realizar por el incendio de la estación de Yeda. El consorcio restableció el servicio comercial el 11 de diciembre tras construirse un desvío, se ha incorporado la estación de la KAIA como parada en el recorrido y se irán aumentando las frecuencias. De momento se operan siete frecuencias al día entre Medina, KAIA, de las que dos al día llegan hasta la ciudad santa de La Meca.

Según confirman fuentes del consorcio Al Shoula, formado las firmas españolas Renfe, Adif, Consultrans, Ineco, Indra, Imathia, Copasa, Talgo, Cobra, Abengoa, Siemens y OHL, el AVE del Desierto ya ha ofrecido más de 2.000 servicios comerciales desde el 11 de octubre de 2018. El consorcio rechaza hablar del número de pasajeros transportados en el periodo y no da visibilidad sobre la previsión de viajeros que se podrá alcanzar.

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