
Los nuevos edificios consumirán un 40% menos de energía que los actuales, de acuerdo con los nuevos requerimientos de construcción del Código Técnico de la Edificación (CTE), aprobados este viernes por el Consejo de Ministros, después de dos años de tramitación. Supondrá un encarecimiento de la obra nueva del orden del 2,5%.
El nuevo CTE principalmente actualiza las exigencias de eficiencia energética de los inmuebles para cumplir con una normativa comunitaria aprobada hace una década, la Directiva 2010/31/CE. Toda la documentación puede consultarse en una página web específica.
A grandes rasgos, la revisión incrementa el nivel de exigencia para tender hacia los denominados Edificios de consumo de energía casi nulo -equivalen a los de Categoría A en la escala de calificación energética-, que deben cubrir sus necesidades de energía -e iluminación en el caso del terciario- con energía renovable producidas in situ o en el entorno.
Las nuevas exigencias se establecen en función de la zona climática del edificio, del uso que vaya a tener y, en el caso de los inmuebles existentes, del alcance de la reforma o la intervención que deba acometerse.
Así, se fijan valores límite para la envolvente térmica, como su nivel de permeabilidad al aire; para las instalaciones de calefacción y refrigeración, de acuerdo con el Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios (Rite); para las de iluminación -en un aparcamiento el límite es de 5 vatios por metro cuadrado-, y también se fija una contribución mínima de producción de energía renovable.
50% de renovable en el agua caliente
En este ámbito se exige un mínimo del 50% de contribución energética verde en el consumo de agua caliente sanitaria y climatización de piscinas, considerando únicamente la producida in situ o en el entorno.
Igualmente, establece un mínimo de producción de energía eléctrica, con instalaciones dimensionadas según la superficie del edificio, que en ningún caso puede superar los 100 kW. Esto es independiente de la zona climática y de la fuente verde -incluida la aerotermia con elevado rendimiento- cuando hasta ahora sólo se refería a la solar fotovoltaica.
En ambos casos, la producción de renovables está directamente relacionada con el autoconsumo y el desarrollo de mercados locales de energía; la estructura de peajes eléctricos que prepara la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya tiene uno específico para la generación de proximidad.
El objetivo del nuevo CTE es que el consumo de energía se reduzca en todos las zonas climáticas hasta alcanzar unos umbrales de consumos térmicos de 25 a 40 kWh por metro cuadrado al año. Según las estimaciones del Ministerio de Fomento, las nuevas exigencias apenas incrementarán un 2,5% el coste de la obra nueva y su amortización dependerá del uso que se haga de las instalaciones del edificio; un 30% de los costes de los inmuebles son energéticos.
Seguridad contra incendios
También se incluyen dos aparatados nuevos, uno relativo a la seguridad en caso de incendio, para prevenir la propagación del fuego por las fachadas con las nuevas exigencias de ahorro energético y la innovación tecnológica, y otro sobre la protección frente a la exposición al radón, un gas radiactivo.
Este segundo punto es una trasposición de normativa europea (Directiva 2013/59/EURATOM del Consejo), para la protección contra los peligros de la exposición a radiaciones ionizantes, con medidas para limitar la penetración del radón en los edificios en función del municipio en que se ubiquen.
La semana pasada el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) anunció cinco actuaciones en relación al Plan Nacional contra el Radón para evaluar la exposición de la población, promover la fiabilidad y la calidad de las determinaciones de concentración de este gas, y reducir las exposiciones ocupacionales.
Para ello desarrollará y actualizará el mapa del potencial de radón de España y coordinará e integrará los mapas de radón a escala regional o local, estudiará las contribuciones a las dosis por radón del agua corriente y de los materiales de construcción, organizará comparaciones periódicas de medida de la concentración de radón en el aire, validará y mejorar las estrategias de muestreo temporal utilizadas para comparar el promedio anual de concentración de radón y el nivel de referencia y facilitará la aplicación de los estándares internacionales sobre la evaluación de dosis por radón en lugares de trabajo con condiciones extremas.