Empresas y finanzas

Los fondos de litigios se abren paso en España

  • Los expertos auguran un aumento de este tipo de operaciones en el país
  • Telefónica, Acciona e Iberdrola son algunas de las grandes cotizadas españolas que está mostrando interés por estas transacciones
Foto: iStock

La maduración del negocio del capital privado en España ha despertado el interés de nuevos jugadores internacionales, que hasta hace unos años solo buscaban oportunidades en otros países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Australia. Este ha sido el caso de los fondos de litigación, que llevan meses analizando y cerrando oportunidades de inversión en el país. La fórmula es aparentemente sencilla: compran pleitos concretos a compañías a cambio de un desembolso económico; como contraprestación, se llevarán un porcentaje si consiguen ganar la demanda. Pero, ¿por qué esta alternativa puede ser interesante para las compañías?

Para Antonio Wesolowski, general counsel para España y Latinoamérica de Calunius Capital -uno de los fondos especializados en este negocio-, los beneficios que extraen las compañías de este tipo de operaciones se resumen en tres: "Cubrir los riesgos propios de litigar, esto es, obtener una cantidad de dinero cierta a cambio de compartir en el futuro una cantidad incierta; evitar invertir más recursos en un activo de dudoso rendimiento futuro; y ganar eficiencia en la gestión del balance". En otras palabras: las compañías consiguen ahorrar costes, tiempo y, en la mayoría de los casos, logran obtener financiación fuera de sus balances.

Uno de los casos más mediáticos ha sido el de Acciona y el conflicto del ATLL, que ha acabado en manos del fondo estadounidense Fortress, en un pleito valorado en 1.036 millones que la constructora española ya ha conseguido monetizar. Pero no ha sido el único. Además del ATLL, Acciona ha vendido otro paquete de litigios a esta gestora, tal y como adelantó elEconomista, valorado en 300 millones de euros, que se suman a otros pleitos que ha comprado este fondo -o está en proceso- a grandes compañías españolas como Telefónica o Iberdrola. También, hace escasos días Abengoa anunciaba que negocia la venta del arbitraje contra el Reino de España por el recorte a las renovables a varios fondos por 75 millones. Pero no son las únicas, ya que muchos expertos consideran que este tipo de operaciones es un negocio en auge, y muchas de las firmas de asesoramiento consultadas se están planteando ofrecer este tipo de servicios a sus clientes.

"Lo atractivo del mercado español es su extraordinaria predisposición a la utilización de este tipo de servicios financieros. La realidad es que no han sido los inversores los que han creado el mercado en España, sino al revés: el mercado nacional salió en busca de inversores en riesgo legal y los inversores generalistas con apetito por el riesgo recogieron el guante. Aunque España no es la única jurisdicción en la que se realizan inversores de este tipo, sí es probablemente el mercado que más ha crecido en menos tiempo", explica Wesolowski.

Apetito inversor

En esta línea, Ignacio Delgado, investment officer del fondo de litigios Therium, argumenta que "hay muchísimo hambre por invertir en España. El mercado nacional está creciendo rapidísimo y está evolucionando hacia el litigation fund puro y duro. Vamos a ver una evolución del producto mucho más rápida que en otros mercados como Reino Unido. Los arbitrajes internacionales son caros, hay muchas empresas que no pueden afrontar los costes y mediante este tipo de operación les das retornos. Hay muchas operaciones en marcha en el mercado español". "En general, el retorno va en función de la transacción, a veces va cambiando y otras está más prefijado", añade Delgado. Pero, ¿quién invierte en este tipo de operaciones? Fundamentalmente, según apuntan los expertos, son inversores institucionales: hedge funds, fondos de private equity o family offices.

En cualquier caso, los motivos por los que las compañías recurren a los litigation funds son muy variadas. "Algunas lo hacen para no tener que recurrir a los bancos, otras para refinanciar su deuda y otras porque quieren cumplir con sus planes de retribución al accionista", añade el consultor de Therium. Además, otro de los puntos a favor de estas operaciones es su rapidez, ya que no suelen prolongarse más de uno o dos meses en el tiempo. Pese a la rápida evolución de este tipo de financiación alternativa, todavía hay muchos directivos españoles que lo rechazan al considerar que los compradores están comprando a derribo.

"Muchas veces se confunden los arbitrajes con las carteras de préstamos fallidos -NPL, por sus siglas en inglés-. Estos se venden con descuento, pero en la compra de arbitrajes el upside es muy alto. Los fondos ven estas operaciones como un partenaire, la propia compañía es la que sigue apareciendo en las demandas. Siempre hay accionistas que piensan que están malvendiendo y todavía nos encontramos muchas reticencias, creo que falta esa educación financiera, pero llegará", añade el investment officer de Therium.

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