
Entre el 40 y el 55% de los actuales trabajos son susceptibles de ser automatizados. En el caso concreto de España, el 48,5% de las labores puede ser sustituido a día de hoy por los robots y demás tecnologías. Nuestro país ocupa el quinto puesto europeo, tras República Checa (52,2), Turquía (50,4), Italia (50,3) y Polonia (49,5). Nos encontramos justo antes que Alemania (47,9), Grecia (47,8) y Austria (47,4). Así lo refleja un estudio llevado a cabo por la consultora McKinsey, que sitúa a Japón (55,7) y Tailandia (54,6) como los países en los que más puestos de trabajo pueden ser ejecutados por máquinas. En la elaboración del informe, llamado El futuro del trabajo: automatización, empleo y productividad, los responsables de la firma advierten de que esa cifra oscila del 40 al 55% debido a la diversidad de sectores productivos y también al grado de madurez de la transformación digital en cada país. | Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Factoría 4.0.
Aún así, esta cifra podría quedarse corta según expertos consultados. Enrique Serrano, CEO de MBIT School, apunta: "Diría que el 80% de los procesos es automatizable en las empresas medianas y grandes, lo cual no es directamente proporcional a las pequeñas. Por ello, tanto empresas como trabajadores deben irse preparando para esa gestión del cambio que conlleva una transformación de los puestos de trabajo, pero no necesariamente una destrucción total". Y cita algunas de las profesiones emergentes como data scientist, chief data officer, data analyst, responsables de calidad del dato, gestores de felicidad, gestores de equipos virtuales de trabajo, arquitectos Big Data...
Una estrategia de cambio
Le preguntamos sobre cómo conseguir que esos procesos de automatización permitan renovar el empleo. "Para ello, debe existir una planificación previa. Son proyectos de gestión del cambio que pueden durar años y que si se hacen bien no tiene por qué sufrir la plantilla. Es perfectamente posible transformar y reconvertir puestos hacia nuevos roles basados en perfiles y habilidades digitales". Añade que habrá una demanda no cubierta que "excede realmente a los puestos que van a desaparecer", por lo que no tiene porqué incrementar las cifras de desempleo, "más bien todo lo contrario". Sí advierte que lo tendrá muy difícil aquel que se resista a cambiar o a adquirir nuevos conocimientos y hábitos. Y recuerda cómo, para que nos hagamos una idea de la profundidad de esos cambios, incluso la mitad de las empresas que hoy configuran el Ibex "no van a existir en los próximos cinco años, o al menos no en su configuración actual". Como posibles ejemplos de esa transformación, habla de cómo "algún banco será una empresa tecnológica, y empresas de telecomunicaciones se convertirán en empresas de consultoría, tecnología y servicios".
Una idea parece clara: "Ninguna geografía y ningún sector permanecerá intacto". Lo explica Michael Chui, socio del McKinsey Global Institute con base en San Francisco y director de este trabajo. "En nuestra investigación ofrecemos una mirada detallada a 46 países, que representan alrededor del 80% de la fuerza de trabajo global. Examinamos su potencial de automatización hoy en día así como las similitudes y las diferencias sobre cómo la automatización podría tener lugar en el futuro", añade. Incluso han llegado a cuantificar los salarios de los puestos que podrían ser sustituidos por robots e inteligencia artificial: 13.000 millones de euros anuales. Esta cantidad, sin embargo, no sería para nada la que las empresas se ahorrarían como resultado de sustituir a esos trabajadores por robots.
A cambio de una mejora en la producción y de procesos más eficientes, también surgen todos esos nuevos perfiles profesionales: que mencionábamos antes y otros más como el mecánico y programador del robot, sus supervisores... Las diferencias sectoriales entre las economías a veces conducen a variaciones sorprendentes, como es el caso de Japón y EEUU, ambas economías avanzadas. El país asiático cuenta con un potencial total de automatización del 55% de las horas trabajadas, en comparación con el 46% de la primera potencia mundial.
China e India, los más afectados
Los dos países del mundo en los que, por población, se verían más afectados, son China e India. El impacto potencial en el empleo de ambas naciones sería de más de 700 millones de trabajadores. Ese margen de desarrollo de la automatización técnica también es muy representativo en el viejo continente: "Según nuestro análisis, más de 60 millones de empleados equivalentes a tiempo completo y casi 1.700 millones de euros en salarios están asociados con actividades automatizables en las cinco mayores economías de esta región (Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido)", explican.
Los responsables de este informe no han olvidado tampoco considerar los aspectos demográficos y sociales de estos cambios en la manera de producir. "La disminución de los índices de natalidad y la tendencia hacia el envejecimiento afecta desde China a Alemania. El descenso esperado de la población en edad de trabajar abrirá una brecha de crecimiento económico que la automatización podría potencialmente llenar", aseguran.